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Andalucía no incluye la elección de la Religión en la matrícula

A instancias del Defensor del Pueblo andaluz, que atendió la reclamación de un padre, la Consejería de Educación andaluza ha eliminado de la matrícula la opción confesional.
Miércoles, 16 de junio de 2004
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Autor: José M. LACASA

La Consejería de Educación de Andalucía ha decidido este año no incluir en los impresos de matriculación la opción para que los padres elijan si quieren la asignatura de Religión para sus hijos, y en su caso cual de las “modalidades” quieren.

Según Sebastián Cano, viceconsejero de Educación, dicha modificación se hizo a instancias del Defensor del Pueblo andaluz, el sacerdote José Chamizo, que atendió así la reclamación de un padre, que consideraba discriminatoria la presencia de tales opciones frente a otras. También dijo que se informó a las autoridades eclesiásticas competentes de dicho cambio.

Sin embargo, Rafael Martín Gómez, presidente de Apprece-Andalucía –asociación que agrupa a más de 1.300 profesores de Religión en la enseñanza pública andaluza– afirma que la ausencia de la opción confesional en la matrícula ha pillado por sorpresa a dicho colectivo.

Mal ambiente

Para el presidente de Apprece-Andalucía la explicación no es muy creíble: “es un manipuleo político al que han buscado una explicación racional”. En su opinión, en un ambiente correcto de respeto esto no levantaría sospechas –“si lo hubieran hecho mejor, y no de tapadillo”–, pero en el mal ambiente actual y con todo lo que está pasando con esta asignatura…

Para Rafael Martín “todos los alumnos que estaban en Religión deben seguir en esta asignatura salvo que los padres expresen lo contrario por escrito”. El problema –continúa– está con los nuevos alumnos: allí es donde el profesor de Religión puede denunciar a la dirección del centro que no cumpla la normativa y no recabe expresamente dicha información a los padres”. Y anuncia: “Estaremos vigilantes y llevaremos a los tribunales a quien haga falta”.

Sin trabajo

Y es que los profesores de Religión de la enseñanza pública –el eslabón más débil de los que trabajan en el sistema educativo español, tanto por sus condiciones de trabajo como por su dependencia– ven en esta medida otra vuelta de tuerca más que vuelve a poner en peligro sus puestos de trabajo.
Este colectivo no sólo está desprotegido frente a la Consejería, sino que muchas veces, si un director es hostil a esta asignatura o le interesa cubrir el horario de otro compañero, hay triquiñuelas para despojar al profesor de Religión de los alumnos, y con ello de su puesto de trabajo.

Algunos profesores han denunciado cómo la alternativa a la Religión “es un mamoneo” con el cual los miembros del claustro con menos horas completan su jornada con estas horas –el profesor funcionario que se queda con menos de un número de horas lectivas determinado, y según qué circunstancias, puede perder su plaza y estar obligado a trasladarse de centro–, en un momento en que la falta de alumnos hace más necesario que nunca completar el mínimo de horas.

“Un equipo directivo que quiera cargarse la Religión del centro puede hacerlo por varios medios: contactando con algunos padres para hacerles cambiar de opinión, utilizando a la Ceapa, etc.”, confiesan algunos profesores. Siguen siendo, por razones ideológicas, los menesterosos del sistema.
 

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