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Contra la exclusión digital

¿Cómo han facilitado las nuevas tecnologías el acceso a la información de las personas discapacitadas? ¿Cuál es la actitud de estas personas frente a las TIC? ¿Qué problemas encuentran en su camino de acceso a la información? ¿Qué soluciones se apuntan para superar las barreras que les impiden el aprovechamiento de estas tecnologías?
Miércoles, 7 de julio de 2004
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Autor: Marta SERRANO

El ordenador pero, sobre todo, el teléfono móvil e internet, son las herramientas tecnológicas más valoradas por las personas con discapacidad. Gracias a la tecnología, de hecho, muchas personas con discapacidad han tenido un acceso a todo tipo de formación e información que antes era impensable. Las nuevas tecnologías han posibilitado, además, el teletrabajo, rompiendo esquemas y facilitando el acceso al mercado laboral de muchas personas.

Así, en términos generales, la actitud de las personas con discapacidad frente a las TIC es muy positiva o positiva. Según el Informe Anual sobre el desarrollo de la Sociedad de la Información en España de 2004, de la Fundación Auna, “los grupos más predispuestos son el colectivo de personas con discapacidades físicas (64%) y visuales (63,6%)”. No obstante, el grado de accesibilidad o de facilidad de acceso a la información no es igual para todos. Por eso, el informe también señala que “cuanto mayor es el grado de accesibilidad, mayor es la predisposición hacia las TIC”. No es de extrañar que algunas personas con disfuncionalidades físicas importantes se desanimen a la hora de acercarse a las TIC, ya que deben superar muchos problemas de accesibilidad.

También resulta interesante determinar la elección que cada colectivo de discapacitados hace de la tecnología que más les ha aportado o les puede aportar. Así, las personas sordas y las personas con discapacidad física consideran que el teléfono móvil es la tecnología que más impacto les ha causado, mientras que las personas invidentes prefieren internet y las personas con discapacidad intelectual, el ordenador.

El móvil y la seguridad

El teléfono móvil destaca por ser un canal permanente de comunicación a disposición de las personas con discapacidad que aumenta de forma considerable su autonomía ya que, en muchos casos, permite prescindir de la ayuda de terceros y les ofrece un sentimiento de seguridad tanto a ellos como a sus familiares.

No obstante, las personas con discapacidad física encuentran en los problemas de accesibilidad o ergonómicos otra causa de considerable relevancia. En este sentido, hasta un 73% del colectivo de personas con discapacidad visual destacan que los teléfonos estándar no son válidos, mientras que el 76% de las personas con discapacidad intelectual piensa que si lo son.

Formación y trabajo

Como explica el director de Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC), Enrique Varela, “cada discapacitado es distinto y tiene unas necesidades distintas”. En este sentido, el ordenador, como herramienta de trabajo y de formación, ha adquirido mucha importancia para los discapacitados de todo tipo, ya que puede compensar ciertas discapacidades y ampliar el desarrollo personal. Es más, una peculiaridad que incrementa sus utilidades es el hecho de estar considerado como una herramienta para la rehabilitación y la recuperación de las habilidades cognitivas.

Según el estudio de la Fundación Auna, “el uso del ordenador es frecuente para las personas con discapacidad visual o física, que alcanzan unos porcentajes del 73% y del 64% respectivamente. Por su parte, la frecuencia de uso de las personas sordas sólo llega al 36% y, en el caso de las personas con discapacidad intelectual, al 45%.

Para todos, la comunicación es la razón más importante del uso tanto del ordenador como del móvil, seguida del trabajo y el ocio. Como subraya Varela, “el colectivo de discapacitados, que representan aproximadamente a un 10% de la población total representa un sector ávido de información y de formación. La tecnología debe estar al servicio de todos, incluso de aquellos que no nacen con 10 dedos para teclear”.

Implantes cocleares para sordos

Acceder a la información es cada vez más fácil gracias a internet y a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que han permitido abrir ventanas al mundo exterior a personas con dificultades de movilidad, y a discapacitados de todo tipo, tanto físicos (como personas con deficiencia visual o sonora), como psíquicos.

Desde la Confederación Española de Padres y Amigos de los Sordos (Fiapas), la responsable del Área de Accesibilidad, Begoña Gómez, señala que 5 de cada 1.000 recién nacidos padece una sordera de distinto grado, lo que en España supone la cifra de 1.890 niños más cada año. Alrededor de 2.000 nuevas familias, cada año, están afectadas por la presencia de una discapacidad auditiva en uno de sus hijos, mientras más del 90% de los niños sordos nacen en el seno de familias cuyos padres son oyentes.

No obstante, desde Fiapas se afirma también que “a día de hoy son muchos los recursos que favorecen la accesibilidad a las TIC de las personas con discapacidad auditiva”. Audífonos e implantes cocleares (prótesis que permite restablecer la capacidad de comunicación oral de una persona sorda) se complementan con otros elementos como teléfonos fijos de texto y móviles, despertadores luminosos o con vibrador, televisores con información subtitulada, video porteros, internet, chat, videoconferencias, etc. Todos ellos recursos tecnológicos con el fin de facilitar la vida y la integración total en el terreno personal y laboral de las personas con una discapacidad auditiva profunda o severa.

“Una página web bien diseñada debe ser accesible para todos”

Director de nuevas tecnologías e I+D de la Fundación ONCE y administrador único de Fundosa Teleservicios, Enrique Varela conoce bien las ventajas que los avances tecnológicos han supuesto para las personas con alguna discapacidad.

—¿Cómo ayudan las NTIC en la integración de las personas discapacitadas?
—En la medida en que las tecnologías son facilitadoras de vida, los usuarios con alguna discapacidad ven cómo pueden hacer cosas que antes no podían. Pensemos en alguien con graves dificultades motóricas y como ahora, a través de internet puede hacer la compra desde casa y todo se lo envían al domicilio. Las ventajas son múltiples.

—Quizá por eso los discapacitados no son reticentes al uso de las NTIC sino todo lo contrario…
—Exacto y aunque la brecha digital es grande, entre los discapacitados es mucho menor.

—¿Qué herramientas son las más utilizadas?
—Depende de las necesidades individuales. En general, la herramienta central es un ordenador, un PC, al que se dota con las aplicaciones que cada cual necesite para mejorar su accesibilidad a la información. No obstante, los móviles de tercera generación, que incorporan programas de voz y son como pequeños ordenadores, son la mejor solución para las personas con grave deficiencia visual.

—Las TIC son caras, ¿pueden acceder a ellas todos los discapacitados?
—Sí, eso es verdad y es una dificultad. El mercado es pequeño y se fabrica al por menor. En este sentido, además de tener mayores dificultades para el empleo, tenemos que enfrentarnos a mayores gastos.

—¿Cuáles son las mayores dificultades de los discapacitados hoy desde el punto de vista de la accesibilidad?
—Se está haciendo un gran esfuerzo en el tema del diseño para todos. Es el hándicap principal porque mientras existen las soluciones desde el punto de vista físico (lectura por el sistema de puntos para los ciegos, ratones de bola o teclados en pantalla para las personas con dificultades motóricas, sensores musculares, etc.), a la hora de crear páginas web, no se conocen los estándares de accesibilidad. De hecho, las páginas pueden ser bonitas, bien diseñadas y además, ser accesibles para todos. Que una página web sea accesible no significa que sea una página con sólo texto.

—¿Parece que la sociedad está últimamente más concienciada en este sentido?
—La verdad es que poco a poco el “diseño para todos” se está empezando a imponer, pero es que al final nos beneficia a todos porque ¿quién es discapacitado y quién no? ¿Dónde está la barrera? Porque el colectivo de la tercera edad también es discapacitado y eso nos afecta al final a todos. Es decir, no cuesta nada hacer los edificios accesibles o las puertas de 70 cm de ancho en vez de empeñarse en que midan 62 cm. Es una cuestión de concienciación y que nos beneficia a todos. 

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