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El MEC ningunea a la escuela católica

El MEC se ha comprometido a la reincorporación de FERE en el Consejo Escolar del Estado. No obstante, su inclusión en el apartado de “titulares de centros privados” en vez de en “personalidades de reconocido prestigio” restará un voto afín a las tesis de la escuela católica.
Miércoles, 22 de septiembre de 2004
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Autor: Marta SERRANO

La presidenta del Consejo Escolar del Estado, Marta Mata, no ha sabido o no ha querido mantener el clima de consenso y diálogo necesario en dicho organismo para trabajar en pro de los alumnos y de la Educación. Se podría incluso decir que la politización de la Educación ha llegado al máximo órgano de representación de la comunidad educativa, provocando una guerra entre pública y privada, entre escuela confesional y no confesional, que responde a sus ideales personales como fundadora de los Movimientos de Renovación Pedagógica.

De hecho, fue el voto de calidad de la presidenta el que inclinó la balanza a favor de la proposición del sindicato STE que pedía que las enseñanzas religiosas se impartieran fuera del horario escolar.

Serenar los ánimos

El mal clima en la institución se extendió a la comunidad educativa con el cese de las “personalidades de reconocido prestigio”, sustituyendo a los consejeros cesados a bote pronto en el BOE por otros de ideología monocolor. Uno de los perjudicados fue Manuel de Castro, secretario general de FERE-CECA, la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza-Centros Católicos, una institución que representa a más de 2.000 centros de ideario católico en nuestro país y a un millón de alumnos.

En concreto, los cesados fueron Ignacio Escanero; Mª Dolores Lorenzo; José Mª Hernández; Manuel de Castro Barco; Lorenzo San Pablo; José Luis García Garrido; Ramón Pérez Juste; Lorenzo Rodríguez; Manuel Aznar; José Barrena y Pilar Figueras.

Por contra las nuevas incorporaciones en el Consejo Escolar del Estado incluyen a Irene Balaguer, Marina Subirats, Josefina Camba y Giné, Patricio de Blas Zabaleta, Carlos Sierra Sosa, Roberto Rey Mantilla, Luis Balbuena Castellano y José Antonio Martínez Sánchez.

El caso del secretario general de FERE-CECA, que provocó una avalancha de manifestaciones de apoyo a favor de su reingreso en el CEE, aún colea, porque se da la circunstancia de que fue el propio Manuel de Castro quien solicitó hace ahora dos años su cese como miembro del Consejo Escolar del Estado en el apartado de “personalidades de reconocido prestigio” con el fin de incorporarse en el apartado de “titulares de centros”.

De hecho, FERE está modificando sus Estatutos a todos los niveles para poder representar a sus centros no sólo como Federación de Religiosos, sino también a nivel laboral y empresarial como patronales tales como CECE o Acade.

Gol en propia puerta

Según la presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), Isabel Bazo, “Manuel de Castro presentó una solicitud de cese como personalidad de reconocido prestigio porque pretendía que se ampliara el número de vocales en el Consejo Escolar del Estado, pero la presidenta de este organismo, Marta Mata, se ha negado en rotundo, ya que supondría la elaboración de un nuevo Real Decreto sobre el funcionamiento y la composición del CEE”.

Se da la circunstancia de que cuando Manuel de Castro presentó dicha solicitud se acababa de aprobar la LOCE, Ley que permitía reconocer a FERE como titular de centros y su inclusión en dicho apartado dentro del CEE. Sin embargo, ni el equipo de Pilar del Castillo, por entonces ministra de Educación, ni el de Alfredo Mayorga, presidente entonces del Consejo Escolar del Estado, tramitaron dicha solicitud, que quedó en el cajón de los olvidos. Tras las elecciones, con la llegada de María Jesús San Segundo y Marta Mata al frente del MEC y del CEE respectivamente, la solicitud de Manuel de Castro llegó a puerto, con lo que si la reunión del CEE del próximo jueves 23 de septiembre no lo remedia, la escuela católica perderá un voto en el seno del Consejo Escolar del Estado.

“La escuela católica no puede perder un voto”

Entrevista con Manuel de Castro, secretario general de FERE-CECA .

—¿Cuándo volverá FERE al Consejo Escolar del Estado?
—Gracias a la benevolencia de Educación y Gestión, que cede una plaza, podremos estar en el próximo Pleno del Consejo Escolar del Estado.

—¿Están de acuerdo con la solución adoptada?
—En absoluto, porque no nos han dado ninguna otra opción. Nos han obligado a los titulares de centros a repartirnos las plazas de este departamento, que son cuatro, como solución única.

—¿Quienes tienen la representación de estas plazas?
—Acade, CECE y EyG, que hasta ahora tenía dos después de 11 años luchando por esta representación doble.

—¿Qué supone reincorporarse en el apartado de titulares de centros en vez de en el capítulo reservado a las personalidades de reconocido prestigio?
—Supone poder participar en los Plenos del Consejo Escolar del Estado además de una mayor estabilidad, ya que las personalidades de reconocido prestigio son nombradas por la administración educativa.

—¿Cómo actuarán ahora que han perdido un voto afín a la escuela católica en el CEE?
—Cuesta creer que la intención del Ministerio de Educación y Ciencia y del Consejo Escolar del Estado es ir contra la escuela católica, pero a la vista está. No vamos a ser ingenuos porque no podemos serlo, y no vamos a permitir esta pérdida de votos, así que tendremos que movilizarnos en cuanto conozcamos la solución definitiva.

—¿Cuál sería la solución ideal a su juicio?
—Sería aumentar la representación de los titulares de centros pero, de momento, nos han dicho que eso no puede ser porque habría que cambiar el Real Decreto que regula el CEE. Sin embargo se han comprometido a estudiarlo de cara al futuro, ya que el Proyecto de Ley sobre violencia de género también incluye un representante en el CEE.

—¿Qué opina de que la Religión pudiera salir del currículo escolar?
—Los titulares de oímos y leemos nos hacen ser pesimistas, pero eso implicaría no respetar la libertad de elección de los padres que quieren religión católica y que son el 80%.

—¿Cree que una decisión así provocaría una guerra entre la escuela confesional y la escuela laica?
—Creo que hay una lucha soterrada para evitar el influjo de los valores que propone la Religión. El Estado es aconfesional, pero eso no significa tomar como modelo un Estado laicista como el Estado francés. Las clases de Religión no significan ni catequesis ni adoctrinamiento y el PSOE utiliza un discurso incoherente en muchas ocasiones. 

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