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"Las clases magistrales no sirven para nada"

Entrevista en exclusiva para MAGISTERIO con Carmen Ruiz-Rivas, directora general de Universidades.
Miércoles, 24 de noviembre de 2004
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Autor: Marta SERRANO

El proceso de entrada en el Espacio Europeo de Educación Superior constituye la principal ocupación de la directora general de Universidades, Carmen Ruiz-Rivas, que se muestra optimista ante los profundos cambios que se avecinan en materia de Educación, aunque precisa que “va a ser necesaria la colaboración de todos para que la adaptación salga bien”.

—¿Cree que habrá ordenadores para todos los estudiantes universitarios como prometió Zapatero en campaña electoral?
—Sí. Creo que las cosas van a cambiar mucho en poco tiempo, aunque la situación dista mucho de unas comunidades a otras.

—En Secundaria es verdad que algunas CCAA como Extremadura, donde hay un ordenador por cada dos alumnos, están tirando de otras, pero en Universidad, con algunas clases de más de 100 alumnos, las cosas parecen ir por otro lado…
—Es que lo más importante es eso. Las clases magistrales donde el profesor está subido a un púlpito ya no sirven para nada. La mentalidad tiene que cambiar y tiene que cambiar el rol del profesor por encima de que cada estudiante tenga un ordenador o no.

—¿Cuál es el eje fundamental de las reformas?
—El papel protagonista del estudiante, que lleva a un cambio en las metodologías docentes, en la organización, en las estructuras y los medios, y estoy segura de que contarán con nuestro apoyo y el de las CCAA, ya que éstas tienen un papel básico.

—La recomendación de la UE de adelantar la fecha de adaptación del marco europeo de Educación de 2010 a 2007, ¿qué efectos reales puede tener?
—En lo que se refiere al ámbito superior, el nuevo catálogo de títulos de grado debe estar acabado en octubre de 2007. Luego las universidades tendrán tres años para implantarlos. Pero simultáneamente podemos empezar a diseñar los nuevos postgrados, sobre todo aquellos como los máster internacionales, que requieren una mayor cooperación.

—Desde que el PSOE llegó al poder se ha destacado la sintonía entre gobierno y universidades como uno de los grandes logros del nuevo equipo, ¿tan crispados tenían los ánimos Pilar del Castillo y su equipo?
—Hubo un debate y una cierta confrontación con el desarrollo de la LOU durante la última etapa del PP. Llevamos poco tiempo pero el apoyo que estamos recibiendo de muchos sectores, especialmente de las universidades, es muy grande. En el proyecto de diseño de las nuevas titulaciones y de creación del Espacio Europeo de Educación me parece imprescindible la colaboración. Si no lo consideran como algo suyo en todos los sectores no tendrá éxito.

—Uno de los principales objetivos del Espacio Europeo de Educación Superior es fomentar la movilidad, ¿cómo se va a abordar este tema?
—La principal novedad es la implantación del sistema de créditos como acumulación, es decir, que sea el estudiante el que diseñe su propio currículum y pueda moverse con su bagaje de un lado a otro. En los proyectos de decreto de grado y postgrado buscamos reforzar esta idea, de forma que se facilite la movilidad y se eliminen algunas barreras existentes. Esto permite al estudiante ir acumulando experiencia en distintas etapas. No es sólo movilidad de unos lugares a otros, si no también movilidad entre distintos niveles de enseñanza. Esto es el centro de la reforma, que el alumno elija su propio perfil.

—Magisterio, por ejemplo, actualmente diplomatura, pasará a ser titulación de grado de cuatro años. ¿Hay terreno avanzado respecto a cómo serán las nuevas titulaciones?
—Es verdad que hay mucho trabajo adelantado por parte de los grupos de trabajo constituidos en las universidades pero aunque sea un punto de partida muy útil no significa que se hayan empezado a diseñar los nuevos planes, porque hay que recoger también información de cómo son los planes de esa titulación en otros países de Europa. Tenemos que conseguir que las titulaciones sean homologables a todos los efectos y por eso la configuración de los estudios debe ser similar.

—¿Qué grado de autonomía tendrán las universidades para desarrollar sus propios planes de formación?
—Éso es importante. En el caso de los estudios de Grado, el margen de los contenidos formativos comunes está entre el 50% y el 75%. Hay que diseñarlo titulación a titulación y por universidades. Aunque el título de Grado no tenga especialización sí puede tener distintas orientaciones o itinerarios curriculares que diseñen las propias universidades.

—¿Qué aportarán los nuevos postgrados?
—La apuesta en este campo es la cooperación, no sólo entre universidades, sino también con otras instituciones como las empresas. Hay que fomentar el trabajo conjunto a través de redes. Los estudios de máster van a tener un abanico muy grande de funciones que cubrir desde los más académicos hasta los más profesionales, como ya sucede en otros países de la Unión Europea.

—¿Cuándo se cerrará la revisión de la LOU?
—La ministra anunció ante del Consejo de Coordinación Universitaria en julio los temas básicos de la reforma y sus plazos. Esperamos tenerlo finalizado a finales de 2005, ahora estamos en una primera fase de diseño.

—¿El PP afirma que este año habrá menos becas universitarias y de investigación?
—Bueno. Realmente el programa general de becas depende de la Secretaría General de Educación que dirige Alejandro Tiana. No obstante, he de decir que el programa general de becas ha experimentado este año un gran aumento. Las cifras son claras.

—Pero también aumenta el umbral de renta…
—Éso es otra cosa.

Los estudiantes no pueden estar desinformados

Para Carmen Ruiz-Rivas, “el estudiante debe ser el centro de todas las reformas porque es el principal protagonista del sistema educativo”. Por eso considera que una de las principales misiones del Ministerio de Educación y Ciencia es informar de forma exacta a los alumnos sobre los cambios que se van a llevar a cabo.

Con este fin primordialmente se ha creado un grupo de expertos en Educación en el ámbito europeo universitario que se dedicarán a crear documentos, realizar visitas a las facultades, organizar seminarios y celebrar otras iniciativas “que ayuden a comprender el desarrollo del proceso”.

De hecho, “en estos momentos el grupo está elaborando un documento de Buenas Prácticas en el Espacio Europeo de Educación Superior y otro con las preguntas más frecuentes que se puedan plantear ante el nuevo sistema”, admite la directora general de Universidades.

Con este amplio flujo de información se espera que la importancia de los cambios sean comprendida por todos antes de su implantación. 

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