Buscando huellas de dinosaurios en Teruel

Salir al campo con los paleontólogos y aprender todo sobre los dinosaurios a partir de sus huellas es toda una experiencia. Así lo pudieron comprobar un grupo de alumnos de 2º de ESO y sus profesores en Dinópolis.
Miércoles, 27 de abril de 2005
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Autor: Belén BRITO

En el marco de Geódromo 05 se han desarrollado una serie de actividades relacionadas con las ciencias de la tierra. Un grupo de alumnos de 2º de ESO del IES “Segundo Chomón” y del Colegio “Victoria Díez” tuvieron la oportunidad de compartir un día con los paleontólogos Alberto Cobos y Eduardo Espílez, de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel, en busca de huellas de los extintos dinosaurios.

Un día en el campo

Los chicos y sus profesores visitaron la localidad turolense de El Castellar, que cuenta con numerosos yacimientos de icnitas –marca dejada en el sedimento– de hace más de 145 millones de años y que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. En 300 metros cuadrados se pueden llegar a contabilizar más de 328 huellas identificadas. Divulgar los avances y fomentar la conservación de estos yacimientos entre los niños es el objetivo que persigue Dinópolis con estas actividades.

Cobos y Espílez iniciaron una particular clase con los alumnos. Entre preguntas y respuestas surgieron conceptos interesantes de estos animales que habitaron la tierra hace millones de años: “Los dinosaurios vivieron en tierra firme y cuando caminaban por las orillas del delta dejaban huellas que luego se recubrían de un material sedimentario más blando. Después de millones de años, y gracias a la erosión, esas capas blandas desaparecen y las huellas quedan al descubierto”, aclararon a los niños.

Al aire libre, y tras las explicaciones de los palentólogos, los estudiantes empezaron a buscar y marcar con una tiza todas los rastros de los dinosaurios que encontraban a su paso. Aquello que parece una simple estría o un agujero en el suelo erosionado puede ser una huella de uno de estos animales desaparecidos. Paso a paso, se va diferenciando cuáles son las huellas de un dinosaurio carnívoro (permite ver perfectamente la forma) o herbívoro (tienen una forma circular), o reconocer las manos del dinosaurio.

Interpretar los datos que nos proporcionan estos rastros también se convirtió en una tarea divertida para los chicos. Atentos, realizaron mediciones y tablas para conocer a qué velocidad se desplazaban gracias a la distancia entre una huella y otra, cuál era el peso y el tamaño de estos animales a través de la profundidad de la huella, o cómo se comportaban si iban en manadas o si estaban lesionados.

Los pequeños buscadores

Tras la intensa jornada, sus protagonistas, los estudiantes, sólo tenían opiniones positivas de esta experiencia. Uno de ellos comentaba: “Es mucho más divertido que dar clase en el aula. Viendo y tocando las huellas aprendes más sobre los dinosaurios. Es la primera vez que veníamos y me gustaría volver”.

Las diferentes actividades fueron del gusto de todos los niños. A Juan lo que más le divirtió fue buscar las huellas, marcarlas con la tiza y, con ayuda de los monitores, comprender todo sobre los dinosaurios, mientras que a Isabel le interesaron mucho más las mediciones y las interpretaciones que se obtenían a partir de éstas.

Por otra parte, los profesores de ambos centros coincidieron en la importancia de poner en práctica los conocimientos que se adquieren en las aulas. “Los estudiantes aprenden más con esta clase de actividades que si son simples oyentes en unas aulas”, nos comentaron. Eso lo sabe bien el equipo de paleontólogos de Dinópolis.

Un parque para aprender

Dinópolis se ha convertido en un centro de interés y de esparcimiento tanto para jóvenes como para adultos. A través de los fósiles del Museo Paleontológico y de las animaciones y atracciones tematizadas, nos podemos acercar al interesante mundo de la paleontología y, así, aprender la historia de la vida en la tierra desde hace millones de años.

Este parque paleontológico cuenta con diversos centros y yacimientos ubicados en la provincia de Teruel. La sede principal está situada en la capital turolense y, además, se pueden visitar las otras ubicadas en Peñarroya de Tastavins, Galve y Rubielos de Mora. En todas ellas se puede aprender sobre las excavaciones y la restauración de los dinosaurios, así como también la clasificación de los fósiles. Todo está preparado para que “aprender” no se convierta en una aburrida tarea.
 

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