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Sprint final para los opositores a maestros

Los opositores son corredores de fondo, y el día del examen no es más que la culminación de muchos meses, a veces incluso años, de esfuerzo y sacrificio. Los resultados, como en cualquier otro estudiante, están en función de sus capacidades, del interés y de un buen estudio.
Miércoles, 15 de junio de 2005
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Autor: Carmen TABERNÉ

El mes de junio es el mes de los exámenes por antonomasia. Y no son los alumnos los únicos que ponen a prueba sus conocimientos y habilidades. También los profesores se pasan al otro bando. El 23 de junio es la fecha que se ha fijado para la convocatoria de las Pruebas Selectivas para el Ingreso en el Cuerpo de maestros, un tanto polémica por los problemas que está ocasionando a los centros públicos, que atraviesan la recta final del curso.

Las oposiciones a funcionarios de los cuerpos docentes son una de las mejores opciones para licenciados y diplomados porque pueden adquirir la estabilidad de un puesto fijo de trabajo. Pero para algunos alcanzar esta meta puede suponer una “experiencia traúmatica”. Es el caso de Marta S., de 30 años, diplomada en Magisterio con especialidad en Música. Esta será la cuarta convocatoria a la que se presente y asegura que “cada año está más complicado, es más difícil y hay menos plazas”. Recuerda que “el primer año, podías optar a Primaria y también a la especialidad. Sin embargo, el tercero ya era necesario superar un examen para poder acceder a las listas de Primaria.

Esta y otras cosas han ido minando mi moral”, declara. Asevera que los nervios pueden jugar una mala pasada, sobre todo en la parte práctica, y “es frustrante pensar que te has pasado todo el año estudiando y que no has dado lo mejor de ti”.

Saber enseñar

A este respecto, representantes del sindicato ANPE han organizado una reunión de interinos y opositores para proporcionarles las claves más importantes para enfrentarse a este examen. “Se trata de seleccionar a los mejores profesores, no a los que sepan más”, han dicho. En este sentido, cualidades como la capacidad comunitiva, la expresión oral, la reacción ante situaciones reales en la escuela o los recursos didácticos que se posean, serán muy valorados por los tribunales.

Novedades

Este año se tendrán en cuenta, especialmente, aspectos relevantes que no se tenían en años anteriores, como la corrección ortográfica o la letra legible. En definitiva, el opositor debe demostrar que sabe cómo enseñar y cómo solucionar los posibles problemas o conflictos que se puedan producir en el ejercicio de su trabajo.

Otra novedad es la correción anómima, ya que en el sistema de asignación de exámenes al tribunal han cambiado los nombres por números. Ni el alumno sabe quién le corrige, ni el tribunal conoce la identidad de a quién corrige.

Este será el primer año que las oposiciones se realicen de acuerdo al Real Decreto 334/2004, una normativa de carácter estatal que obliga a las Administraciones Autonómicas a realizar las convocatorias de acceso de acuerdo a lo establecido en ella. Se rige por los principios de igualdad, de publicidad del procedimiento y del mérito y la capacidad.

Vanesa S., de 24 años, se enfrenta por primera vez a un examen de estas características. Durante todo el año ha compaginado el estudio con su trabajo en una guardería. Se diplomó en Educación Especial y más tarde cursó los estudios en Audición y Lenguaje. Para ella todo es una novedad y confiesa estar “un poco asustada y nerviosa”. “Todo depende de cómo te lo tomes. Puede ser el peor año de tu vida. Yo llevo estudiando muchos meses y he aprendido que debes renunciar a muchas cosas, a los fines de semana, por ejemplo, al tiempo libre, etc.”, comenta resignada. Precisamente eso es lo que a esta joven le falta, tiempo libre. Se levanta a las 7’30 de la mañana y estudia hasta las 9’30 que se va a la guardería. Sólo descansa un rato a la hora de comer, e inmediatamente después comienzan las horas intensivas de estudio hasta antes de acostarse, haciendo un pequeño parón para cenar. “Lo peor de todo es que no se si al final sacaré algo en claro. Mi reto es, por lo menos, lograr entrar en las listas de interinos”, afirma. En su opinión, las oposiciones favorecen a los interinos. Para ella, presentarse a las pruebas supone una doble lucha. Por una parte, para conseguir su plaza, y por otra, competir con los interinos que se presentan, que cuentan con más puntos, tienen acceso a más cursos y poseen una serie de privilegios que no tienen otros.

Las Comunidades les nombran para cubrir las necesidades de maestros de los centros que no pueden cubrirse con funcionarios docentes. En la mayoría de las autonomías los aspirantes no seleccionados en las oposiciones entran a formar parte de la lista de la especialidad y el cuerpo al que se opta si así lo solicita.

Las pruebas

La convocatoria consta de varias pruebas. Una tiene como fin demostrar los conocimientos para impartir la docencia y está dividida en dos partes: una práctica, y otra de desarrollo por escrito de un tema de la especialidad, elegida por el aspirante de entre dos extraídos al azar por el tribunal. La segunda prueba es oral. En ella, debe presentar una programación didáctica para un curso y elaborar y exponer ante el tribunal una unidad didáctica sobre un tema concreto, elegido por el alumno de entre tres temas que correspondan a su especialidad seleccionados al azar por el tribunal.

Para sacar el máximo partido a todo el esfuerzo se recomiendan unas de técnicas de estudio. Lo primero es cambiar la mentalidad típica del universitario que, habitualmente, deja todo para lo último. El éxito reside, en gran parte, en la constancia, la planificación y la dosificación. Es también importante marcarse objetivos concretos y próximos.
 

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