fbpx

Elogio de la ambigüedad en los textos catalanes

¿Cómo se llama a Cataluña en los libros de texto que se editan en esta comunidad? ¿País? ¿Nación? ¿Región? ¿Reconocen los editores catalanes la existencia de España como entidad política legítima? ¿Se culpa a Castilla de los muchos males padecidos por Cataluña entre los siglos XIV y XVII? Mientras medio país discute acaloradamente los puntos más conflictivos del proyecto de Estatut catalán, MAGISTERIO ha querido analizar el contenido de los materiales escolares editados por cuatro empresas catalanas.
Miércoles, 19 de octubre de 2005
0

Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

Con fina sutileza y alguna que otra pirueta terminológica, las grandes editoras catalanas de libros de texto se las arreglan, curso tras curso, para nadar y guardar la ropa. Es decir, para mantener un frágil equilibrio obligado por la ardua tarea de vender una imagen conciliadora en el debate territorial, al tiempo que se proclama (o se insinúa, según los casos) el carácter nacional de Cataluña.

Como era previsible, un repaso a los textos de Ciencias Sociales de 5º y 6º de Primaria, y 2º y 4º de ESO, traslada impresiones confusas. Sobre todo en la siempre polémica cuestión de las definiciones, donde los propios redactores de materiales escolares en lengua catalana parecen querer jugar al malabarismo dialéctico con tal de no disgustar a nadie, al menos no demasiado.

Por un lado, la noción “España” suele permanecer cerrada a cal y canto en el baúl de las palabras tabú. Sus sustitutos son varios: Estado español, Península Ibérica, Monarquía Hispánica… En cuanto a Cataluña, todos acaban, pronto o tarde, refiriéndose a ella como país, un concepto que algunas editoriales también atribuyen –aunque en menor medida– al conjunto de España.

Els Segadors

Así, Vicens Vives asegura en Medi Social y Cultural de 5º de Primaria que “Cataluña es uno de los países que tiene más monumentos catalogados como Patrimonio de la Humanidad”. En otro tema se reconoce a Els Segadors (canción homenaje a los segadores catalanes que se sublevaron contra el Conde Duque de Olivares en el siglo XVII ) como “himno nacional”.

En el mismo curso, Baula va un poco más allá al representar un mapa que, bajo el título “¿Dónde está Cataluña?”, agrupa como ente unificado a todos los territorios de habla catalana: los famosos Països Catalans (Valencia, Baleares, Valle de Arán…). Baula apuesta deliberadamente por la estrategia del despiste, porque poco más tarde aclara que el mapa se refiere al “dominio lingüístico del catalán”. Algunas páginas más allá, la misma editorial traza una férrea línea divisoria hispano-catalana recurriendo a una pregunta nada inocente: “¿Cuántas veces es más pequeña Cataluña que España?”, formula Baula a sus alumnos.

En principio menos ambigua en sus postulados, Cruïlla (del Grupo SM) alterna, no obstante, halagos a la cultura española y a España como realidad histórica con evidentes guiños a la identidad nacional catalana. “El nacimiento de Cataluña como nación”, así arranca la introducción a la Edad Media del libro de Cruïlla Ciències Socials de 2º de ESO.

Sospechosamente, esta editorial –que, insistimos, no escatima elogios, por ejemplo, al patrimonio artístico español, al que se refiere como “nuestro”– ilustra una sección dedicada a “Banderas y escudos” con una fotografía en la que la senyera figura ondeando al lado de la enseña europea y de las de estados europeos como Suiza, Alemania, Francia o Bélgica. ¿Un desliz? Quizás…

Mapa lingüístico

O quizá no. Observemos si no un párrafo del mismo texto referido al legado andalusí en Cataluña. Como “restos importantes de la presencia musulmana en nuestro país”, Cruïlla mete en el mismo saco al castillo de Tortosa (Tarragona) y a los baños árabes de Valencia o Palma de Mallorca.

Los Països Catalans vuelven a relucir en el libro de 2º de ESO de Barcanova: son “el primer destino turístico de Europa”, asegura la editora en su análisis del “sector terciario en Cataluña”. Barcanova se muestra de nuevo parcial en exceso cuando incluye un mapa de lenguas europeas ciertamente excluyente. Tras visionar el dibujo, uno concluye que el catalán es la lengua propia de toda la Comunidad Valenciana, donde, al decir del mapa, no se habla castellano.

En ocasiones, las editoriales sucumben a la tentación de encumbrar el acervo cultural catalán por encima de su verdadero valor. Para Vicens Vives, Gerona y Tarragona son (en otra ilustración) ciudades con interés histórico y artístico, un lujo que no merece, según su libro para 6º de Primaria, Cádiz, la ciudad más antigua de Europa occidental. Y Cruïlla afirma sin pudor que el Estudi General de Lleida fue –al igual que las universidades de Salamanca, La Sorbona o Bolonia– uno de los principales centros de estudios superiores durante el medievo.

Injusto sería no hacer mención a la enorme cantidad de alabanzas que también reciben los grandes hitos de la cultura española. Velázquez, Goya, Cervantes, el Plateresco… Todos atesoran comentarios elogiosos en los libros de texto catalanes, los cuales admiten sin reservas que Cataluña (aún siendo un país prolífico en artistas de renombre internacional) perdió el tren de períodos clave como el Renacimiento o el Barroco.

Auténtico encaje de bolillos para agradar a todo tipo sensibilidades, el panorama editorial de la Educación catalana sintetiza a la perfección el guirigay de pareceres que existe sobre asuntos siempre complejos. Postura encomiable por su rechazo de la verdad monolítica, su riesgo radica en los escollos que plantea para asimilar conceptos seguros a inamovibles. La pregunta es: ¿existen estos acaso?

Dos formas de ver Al-Andalus

Otra manera de conocer las preferencias de las diferentes editoriales catalanas es analizar el espacio que cada una de ellas dedica a épocas cruciales de nuestra historia. En el caso de Ál-Ándalus, la disparidad de criterios es abismal entre dos empresas editoras como Cruïlla y Barcanova. Si la primera destina un capítulo entero a estudiar la aventura musulmana en la Península, la segunda reserva tan sólo un breve epígrafe de cinco páginas, el cual pasa a incluir en el capítulo que se ocupa del mundo islámico en su conjunto.

De esta forma, los niños que estudien Ciències Socials de 2º de ESO con Cruïlla podrán conocer en profundidad la evolución política, social y cultural de Al-Andalus, ayudados por numerosas fotografías que muestran la Alhambra, la Mezquita, la Giralda, el Palacio de la Alfajería de Zaragoza o el mudejar de Teruel. Por contra, los alumnos que adquieran el libro de Barcanova se tendrán que conformar con una visión superficial de la cultura islámica en España, visión, además, centrada ante todo en la presencia de los musulmanes en territorio catalán. Fotos, sólo una de la Alhambra y otra de un cofre de marfil tallado por artistas cordobeses.

Rigor histórico: mitos fuera

En general, las editoriales tratan los períodos clave de la historia de Cataluña con exquisito rigor científico, limitándose a deslizar conceptos y razones que suscitan un acuerdo más o menos unánime entre los historiadores.

Por ejemplo, el ascenso y caída de la Corona de Aragón se explica huyendo de absurdas mitificaciones, evitando atribuir miserias internas a Castilla –chivo expiatorio para ciertos sectores nacionalistas–, y grandezas a la superioridad de la cultura autóctona. De esta forma, todas las editoriales asumen que la lenta decadencia de Cataluña entre los siglos XIV y XVII estuvo motivada por la crisis demográfica de la Baja Edad Media, las propias guerras civiles catalanas, las dificultades crecientes para comerciar en el Mediterráneo o el ascenso de otras potencias marítimas como Génova o Venecia. Algunas –como Barcanova o Vicens Vives– dejan caer que la llegada de las dinastía castellana de los Trastámara al trono aragonés en la figura de Fernando de Antequera contribuyó a acelerar la crisis y agravó las tensiones internas, pero en ningún caso fue causa determinante.

En cuanto a los conflictos de Cataluña con la Monarquía española durante buena parte del siglo XVII (Guerra d´Els Segadors, Guerra de Sucesión) los textos achacan la participación de las clases populares a los abusos de las tropas castellanas, y nunca a un genuino sentimiento de identidad excluyente o a un verdadero deseo de independencia política.

Sobre el milagro industrial catalán, sí se encuentran diferencias entre aquellas editoras –Vicens Vives o Cruïlla– que potencian factores que conectan a Cataluña con España (mercado americano, proteccionismo económico) y otras, como Barcanova, que prefieren resaltar la estructura de la propiedad en Cataluña (no latifundista) o la vocación comercial intrínseca al carácter catalán. Todas confluyen, no obstante, al asegurar que la posición geográfica de Cataluña resultó decisiva para convertir a ésta en la “fábrica de España”, como dice Vicens Vives.
 

0