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Los alumnos que utilizan materiales clásicos obtienen mejores notas

Según la evaluación del Inecse a alumnos de 6º de Primaria, el uso excesivo de materiales alternativos y la cultura de la participación en la toma de decisiones empeoran los resultados.
Miércoles, 26 de octubre de 2005
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Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

A la luz de las conclusiones extraídas de la evaluación a alumnos de 6º de Primaria realizada por el Inecse (Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo) en 2003 –a las cuales ha tenido acceso MAGISTERIO–, existen ciertos mitos en el mundo de la enseñanza que conviene ir desterrando.

Ante todo, parece claro que el uso de materiales alternativos al libro de texto (ordenadores, videos…) en clase no sirve necesariamente para mejorar los resultados. Muy al contrario, la tendencia inclina a pensar que, cuanto más considera el alumno que la clase discurre por derroteros tradicionales (explicación magistral con apoyo exclusivo del libro de texto), mejor será su rendimiento.

De hecho, tomando como puntuación media el dígito 250 (medida de referencia para el Inecse), los estudiantes con utilización “baja” de dichos materiales obtuvieron en su conjunto una nota de 261, respecto al 235 de los alumnos con una utilización “alta”. Ante tal evidencia, los técnicos del Inecse se preguntan: si este tipo de medios “requiere que el profesorado dedique mucho tiempo” a preparar la clase (para que el alumnos no “se distraiga”, sino que “básicamente aprenda”), “¿disponen los docentes de ese tiempo?”.

Deberes

El Instituto describe de la siguiente forma otra sorprendente conclusión: “si el alumnado afirma que sus niveles de participación y colaboración en el establecimiento de las normas de clase son altos, su rendimiento es significativamente más bajo que si considera que participa en menor medida”. Y, en este caso, encuentra una explicación bien sencilla: son los alumnos de la Pública los que más participan en este sentido. Como anunciábamos la semana pasada, las diferencias Pública-Privada son pronunciadas a favor de la segunda en todos los baremos de rendimiento estudiados por el Inecse.

Respecto al tiempo dedicado a hacer los deberes en casa, el Inecse viene a recomendar que, ni tanto ni tan poco. Es decir, los alumnos que no destinan “nada” de tiempo son, con diferencia, los que peores resultados obtienen, pero los que se van más allá de las tres horas consiguieron un rendimiento más bajo que los que dedican entre cero y tres horas. Quizá porque muchos de los estudiantes que dedican tanto tiempo al estudio lo hagan por extrema necesidad (ya que son menos brillantes que la media), si bien el Instituto no apunta en esta dirección ni en ninguna otra.

Más fácil de explicar resulta la relación entre expectativas de estudio para el futuro y rendimiento actual. Los que quieren ir a la universidad sacan más de 50 puntos a los que tienen previsto quedarse en los estudios obligatorios como mucho. En el medio, los de FP y aquellos que sólo pretenden hace el Bachillerato.

Al cole, cuanto antes

tro dato interesante ofrecido por el Inecse se refiere a los vínculos entre escolarización temprana y rendimiento académico. Y es que los alumnos que antes inauguran su carrera escolar son los que mejores resultados obtienen en 6º de Primaria. Si aquellos que fueron escolarizados antes de los tres años consiguen un rendimiento superior a la media en las tres áreas curriculares analizadas (Lengua, Matemáticas y Conocimiento del Medio), los que empezaron a acudir a un centro educativo al empezar el 2º ciclo de Infantil (tres años) se sitúan ligeramente por debajo de la media.

El problema aparece cuando se analiza a los colectivos escolarizados a los cuatro, cinco o más años. El Instituto se limita a certificar una pronunciada caída en el rendimiento, sin matizar que estos alumnos provienen en su mayoría de ambientes marginales.

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