Un ángel llamado Daniel

¡Hola! Soy Daniel, un niño con Necesidades Educativas Especiales. Os voy a contar todas las actividades que realizo en la escuela. Para mí es muy importante estar en una escuela ordinaria con un programa de integración, teniendo accesibilidad, adaptaciones curriculares, recursos materiales y personales.
Miércoles, 9 de noviembre de 2005
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El día comienza con la Asamblea, una de las rutinas más representativas de esta etapa educativa donde los niños tomamos conciencia de la pertenencia a un grupo y fomentamos muestra comunicación. Para permanecer con el tronco derecho y la cabeza erguida me sientan con punto de apoyo, la pared, y cerca de la educadora, permitiéndome el contacto visual con la educadora y mis compañeros.

Durante la actividad tienen en cuenta las posibilidades y dificultades que puedo tener y hago un montón de cosas:

—Actividades de manipulación: al tener movimientos involuntarios en los brazos no controlo el trazo, pero con un poco de ayuda consigo realizar la tarea. Me ofrecen siempre útiles (pinceles, esponjas…) de mayor grosor para facilitarme el agarrado. En algunas actividades que realizamos en el suelo, a mí me colocan en la mesa y una silla para conseguir una posición más adecuada.

—Actividades de movimiento: me desplazo gateando o de pie con punto de apoyo, la verdad es que prefiero ir gateando. A veces me lanzo y voy solo (un secreto: “tengo un poco de miedo”). Algo importante es que ya no necesito ayuda para ponerme de pie, permitiéndome mayor autonomía. Las actividades que más me satisfacen son las de psicomotricidad, que me permiten tener iniciativa por mí mismo.

—Juego heurístico: es una actividad que me gusta mucho y en ella manipulo todo tipo de material no estructurado (cartones, latas, conchas…).

Juego, aseo y comida

En el juego libre, elijo la zona que prefiero, desplazándome yo solito. Las zonas están todas accesibles para mí, sin ningún tipo de obstáculos. Su distribución me permite moverme libremente. Algunos materiales me los colocan a una altura determinada para provocarme y ponerme de pie… ¡qué brujas!

En el aseo, necesito el uso de pañales. Para mí este momento es muy placentero, porque la educadora me mima, está sola conmigo, y no para de hablar y hacerme reír. Como me gusta tanto el agua, me desplazo rápidamente al baño, en cuanto veo el agua, bueno, en cuanto la oigo, allí estoy yo. La ubicación de los lavabos está a mi altura y puedo ponerme de pie para lavarme las manos con facilidad.

En la comida, me acompañan al comedor llevándome de la mano y me ayudan a sentarme. Siempre me sientan en un extremo de la mesa para facilitarme esta tarea.

La granja escuela

La salida que más me ha gustado y he disfrutado ha sido la granja escuela. Ha sido la primera vez que me he separado de mi familia dos días enteros, ¡un triunfo! Fui en autocar (esto ya lo he hecho más veces, pero me gusta); mis profes llevaban mi silla de paseo por si la necesitaba en los paseos, o para ir de un sitio a otro, pero la verdad es que la utilicé poco. Nos recibió Luz de Luna, una señora que iba vestida muy rara, decían que era un hada. Todas las personas que estaban allí estaban pendientes de mí y fueron muy amables.

Cantamos canciones y monté a caballo. Tenía más miedo mi educadora de que me cayese que yo mismo, que estaba feliz y contento en la yegua… se me daba genial. Con lo que más disfruté fue cuando fuimos a visitar a los conejos y las cobayas… ¡qué bonitos y qué suaves!, me encantaba estar acariciándolos.

Lo mejor es que he estado con mis compañeros y educadoras, todo el día, y hemos convivido juntos.

Marta CAÑADILLA
Rosa GARCÍA BERNARDINO
Estrella RUEDA
EI “Los Gorriones”, Madrid  

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