La sensibilidad del teatro
Autor: José Luis ORTEGA
El Centro de Drogodependientes Cortijo de Buenos Aires (Granada) ayuda a sus residentes a través del teatro, que les permite descubrir nuevas formas de ocio y les motiva como modo de superación y de realización personal.
El profesor José Luis Ortega Jaldo ha sido el encargado de realizar esta actividad con los drogodependientes del centro. Comenzó enseñándoles textos cortos del poeta granadino Ladrón de Guevara, con los que comenzaron a poner en práctica la memorización y algunas pautas de dicción.
Una vez superada esa fase, dramatizaron fábulas en grupos, escenificándolas e interpretándolas, con un narrador y personajes-animales que intervenían en el diálogo.
Al ver que la interpretación entusiasmaba a sus alumnos, el profesor decidió preparar sainetes como Sangre gorda, de los hermanos Quintero, o Los pobres, de Carlos Arniches. Esta última es una obra de tinte social que gustó por su puesta en escena y la vivacidad verbal. Las representaron en la Comunidad Terapéutica ante sus compañeros y, a raíz del éxito despertado, pensaron en llevarla a otros Centros de Educación Permanente.
Movidos por este interés, los drogodependientes participaron y se integraron en el Festival de Comparsas de Carnaval 2005, en el Teatro de Calicasas (Granada), con tres chirigotas montadas con coreografía. Gracias a este festival, su imagen se proyectó fuera de la comunidad terapéutica, consiguiendo que comenzase a haber un conocimiento de la realidad de las personas con problemas de drogas.
Ante estos éxitos, se animaron a preparar un montaje de mayor embergadura, la tragedia Las palabras en la arena, de Antonio Buero Vallejo, en un acto de unos 35 minutos de duración. Esta función puso definitivamente a prueba su capacidad de trabajo, su constancia y su fuerza interpretativa.
En un primer momento, tenían dudas sobre si seguir adelante con una obra tan seria, ya que pensaban que se sentirían más cómodos con una trama cómica. Pero al comenzar a trabajar el texto sus dudas se disiparon, dado que les pareció muy apasionante.
Tras mucho esfuerzo y ensayos interminables, la obra se representó con un éxito rotundo el pasado junio en el Teatro Municipal de Alfacar, dentro del acto de clausura del curso escolar.
Dificultades del montaje
Al trabajar con actores no profesionales, el montaje de la obra fue más complicado de lo habitual. Las principales dificultades fueron las siguientes:
—La memorización: hace años que dejaron los estudios y, además, llevan años sin leer ni memorizar, lo que dificulta más el trabajo. Hicieron una minuciosa fragmentación de la obra para que fuera más sencillo. También repetían pequeños fragmentos del texto al mismo tiempo que botaban balones en la sala de ensayos.
—La calidad interpretativa: la obra, de fuerte contenido dramático, requería un alto nivel de interpretación para hacer creíbles y dignos los personajes interpretados.
—Interpretar a dos personajes femeninos: Noemí y La Fenicia, que rompían su concepción del machismo, supuso otro reto. Los actores mantuvieron sus voces masculinas.
—La escena del beso: según los comentarios del público esta escena fue lo más delicado y sutil de la obra.
