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Datos que despiertan el ánimo a la Pública

Un estudio elaborado por un joven matrimonio de investigadores de la Universidad de Illinois ha reavivado el debate sobre la calidad educativa en las redes pública y privada de EEUU. Sus resultados apuntan hacia las características socioeconómicas del alumnado como el principal factor para explicar los mejores resultados de la Privada, algo que cuestiona la opinión generalizada según la cual los colegios privados obtienen mayor rendimiento gracias a sus características inherentes.
Miércoles, 8 de febrero de 2006
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Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

¿Qué ocurriría si todos los centros públicos y privados de EEUU tuvieran idéntico alumnado? Esta es la pregunta que se hicieron Chris y Sarah Lubienski, un joven matrimonio de investigadores de la Universidad de Illinois que no dudó en pedir financiación al Departamento de Educación de EEUU para solventar sus dudas. El Gobierno financió el faraónico estudio, y ahora se encuentra ante una evidencia estadística que contradice el rumbo de su política educativa.

Elaborado a partir de los tests de matemáticas entregados por más de 340.000 alumnos de 4º y 8º grado (equivalentes a 4º de Primaria y 2º de ESO) en el National Assesment of Educational Progress (NAEP) de 2003, el informe de los Lubienski llega a una conclusión tan sorprendente como controvertida. En resumen, viene a decir que, en igualdad de condiciones, la Pública funciona mejor que cualquier otro tipo de escuela, con la excepción de los colegios luteranos y concertados en 8º grado.

Con el don de la oportunidad estampado en sus páginas, el estudio llega en el momento justo para levantar el maltrecho ánimo de los profesores de la Pública.

Y es que, al igual que ocurre en España, la escuela estatal de EEUU vive sometida a un permanente debate sobre su falta de eficacia respecto a la Privada. Ferviente defensora de la superioridad innata de ésta, la Administración Bush se ha encargado de promover el mito de la Pública fracasada a través de medidas como el cheque escolar o la concertación en masa. Muchos confían en que los nuevos datos obliguen al gobierno a comprometerse de una vez por todas con una red de centros que aún escolariza al 90% de la población.

Punto de partida

Los Lubienski tomaron en consideración un buen número de variables que pueden condicionar el rendimiento para intentar así controlar su efecto sobre los resultados escolares. Raza, ayudas de comedor, necesidades educativas especiales, recursos materiales en el hogar, problemas con el inglés, ubicación del centro… Aunque no tan completo como el PISA –que incluye otros factores esenciales en la enseñanza como es el nivel educativo de los padres–, el método cuenta, según los investigadores (ver entrevista), con el beneplácito de los expertos.

Como era previsible, la situación de partida reflejaba grandes disparidades entre lo que los americanos llaman demografía del alumnado. Nada nuevo: los colegios públicos tenían (y tienen) proporcionalmente más negros, hispanos, beneficiarios de ayudas de comedor y alumnos con necesidad de apoyo educativo que cualquier modalidad de privado.

En cuanto a la Concertada, las diferencias de concepto respecto a su homóloga europea (en EEUU la mayoría de concertados cuentan con una importante dimensión social) resultaron en porcentajes de alumnos desfavorecidos superiores incluso a los de la Pública.

Efecto escuela privada

El siguiente paso se centró en determinar la influencia de las diferentes variables socioeconómicas sobre las notas obtenidas en el NAEP.

Una vez conocida ésta, era el momento de jugar a la ficción simulando que las redes pública, privada y concertada tuvieran alumnados clónicos. La comparación hizo que se evaporase por arte de magia el llamado efecto escuela privada, esto es, mejores resultados por su mera naturaleza empresarial y su alta motivación para competir con otros centros. “En general”, apuntan los Lubienski, “las diferencias demográficas en los estudiantes de la Pública y la Privada sirven para explicar la relativamente amplia ventaja de la Privada cuando se analizan los resultados en bruto”.

La reacción de los defensores de la Privada no se ha hecho esperar. La consigna es desacreditar el estudio recordando que otros análisis revelan conclusiones opuestas. Algo que refrendó Holly Kuzmich, del Departamento de Educación, al señalar al New York Times que “habían visto diferentes informes al respecto” y que este sólo “añade uno más a la lista”.

Algo envalentonados, los sindicatos de la Pública estadounidense como la American Federation of Teachers han retado al gobierno a que demuestre con datos las ventajas inherentes a la escuela privada. Y es que los Lubienski han enviado una auténtica patata caliente a la Administración Bush. Ahora le toca a ella mover ficha.

Una regla de oro

Los gráficos muestran los resultados obtenidos en matemáticas (NAEP 2003) en los distintos tipos de escuela privada que operan en EEUU antes y después de tener en cuenta la influencia de las características socioeconómicas del alumnado. El valor “0” corresponde en ambos casos a la nota media de los centros públicos, de manera que las cifras negativas revelan siempre peores resultados que la Pública, y los positivos, mejores.

Dejando a un lado la Concertada (que en EEUU tiene características muy particulares), podemos inferir una regla que admite pocas excepciones: la Pública puntúa peor que todas las privadas antes de eliminar la influencia socioeconómica, y mejor una vez que ajustamos los resultados a la realidad demográfica de los alumnos. Como salvedad, los colegios luteranos, que superan a la Pública en 8º grado aunque se eliminen las desventajas sociales y económicas.

Los Lubienski llaman especialmente la atención sobre los pobres resultados de los centros cristianos más conservadores, un formato en boga en el sistema estadounidense y activamente fomentado por la Administración Bush.

“El rendimiento tiene más que ver con el entorno familiar que con el tipo de escuela”

Profesores e investigadores en la Universidad de Illinois (Urbana-Champaign), el matrimonio Lubienski explica orgulloso para MAGISTERIO las repercusiones de su estudio.

¿Existe acuerdo entre los investigadores educativos de EEUU sobre la validez del método utilizado en su estudio? ¿Hay gente que piense que las modificaciones introducidas pueden distorsionar los resultados finales?
Sarah (S): El método es bastante estandar, en realidad mejor que el que utiliza la mayoría. Otros estudios toman las ayudas de comedor como único factor para medir el estatus socieconómico del alumnado. Nosotros tenemos un enfoque bastante más completo. Me ha sorprendido la reacción de algunos críticos de la escuela pública atacando nuestros métodos. Está claro que esta gente no ha leído el estudio: basan sus argumentos en un artículo aparecido en el New York Times en el cual no se explicaba con claridad nuestra metodología. Aquellos que han leído el estudio completo sin prejuicios ideológicos han quedado sorprendidos por el rigor y el cuidado que hemos tenido en su elaboración.
Chris (C): En los últimos años, los métodos de investigación se han convertido en un asunto político en EEUU, con la Administración Bush impulsando algunos que le son de especial interés. Son métodos que utilizan muchos estudiosos y analistas políticos conservadores, aunque la mayoría de los investigadores cree en la necesidad de utilizar distintos enfoques. El tipo de análisis que hemos empleado está ampliamente aceptado entre la comunidad educativa que se dedica a la investigación.

¿Creen que las conclusiones serían diferentes si hubiesen analizado los resultados en “high school”? En esta etapa se plantean más problemas de convivencia, y lo cierto es que la Pública posee menos mecanismos para desembarazarse de los alumnos problemáticos.
(S) No había datos disponibles sobre alumnos de instituto. La verdad es que los resultados de la Pública son mejores en 4º que en 8º grado, y es posible que el rendimiento también baje algo entre los estudiantes de Secundaria. Pienso que el ambiente en casa y la motivación del alumno juegan un papel más importante en los niveles superiores. Eso podría explicar las diferencias entre los distintos cursos.
Dejando a un lado las diferencias entre Pública y Privada, en Europa existe la impresión de que el verdadero problema de la escuela pública en EEUU no es el pobre nivel general, sino las enormes diferencias que existen entre unos centros y otros.
(S) Es cierto que hay grandes desigualdades entre las escuelas ricas y pobres de EEUU. De hecho, uno de los principales descubrimientos de nuestro estudio es que, en términos de resultados, el hecho de que una escuela sea pública o privada influye mucho menos que las características socioeconómicas del alumnado.

¿Hay enfado entre los profesores de la Pública por las constantes acusaciones de incompetencia?
(S) Creo que los profesores de la Pública están hartos de que se les retrate como parte de un sistema escolar fracasado. Trabajan duro, y espero que los resultados de nuestro estudio insuflen ánimos a los muchos buenos docentes que hay en la Pública de nuestro país.
(C) Hay buenos y malos colegios públicos en EEUU, pero también hay privados muy mediocres junto a otros francamente buenos. Las razones que explican el mejor o peor rendimiento parecen tener más que ver con el entorno familiar que con el tipo de colegio que uno elija para sus hijos.

En su estudio apuntan que las escuelas cristianas ultra-conservadoras están experimentando una gran expansión en EEUU. ¿Qué tipo de centros son? ¿Gozan de mucha autonomía?
(C) En comparación con Europa, casi no existe regulación sobre los centros privados en EEUU. Aquí tienen una autonomía casi completa para decidir sus curricula, pedagogía, sistema de admisión, presupuestos…
En cuanto a los colegios cristianos más conservadores, en general se centran en temarios tradicionales y dan mucha importancia a la Educación religiosa o moral. Hay muchos que promueven una visión del mundo basada en la Biblia, tipo creacionismo [el movimiento que se opone a enseñar la teoría evolutiva de Charles Darwin]. Muchos votantes de Bush envían a sus hijos a este tipo de centros.

Confía en que el Gobierno de EEUU tenga en cuenta los resultados de su estudio y quizá rediseñe algunos puntos de su política educativa.
(C) Considero que la comunidad investigadora debería tener en cuenta nuestros hallazgos y estar atenta para ver si otros estudios consiguen contradecirlos. Creo que son hallazgos importantes, e idealmente deberían hacer que los políticos se replantearan determinadas reformas educativas. Me refiero a que el estudio pone seriamente en cuestión las premisas que sustentan determinadas políticas sobre los cheques escolares, la libertad de elección o la ley No Child Left Behind en su conjunto. No obstante, no me hago ilusiones sobre la posibilidad de que muchos políticos cambien el rumbo tras leer nuestro estudio. La verdad es que la Administración Bush se ha mostrado especialmente inmune ante la evidencia.

Me sorprendió que la escuela concertada no obtuviera mejores resultados. No sé si esto es debido a que la Concertada en EEUU suele apostar por barrios conflictivos o alumnos difíciles.
(C) Bueno, creo que “escuelas charter” puede significar cosas diferentes en diferentes países. Aquí en EEUU empezaron a principios de los 90 como una forma de promover la innovación y la excelencia a través de la desregulación. Puede que sea distinto en España. Incluso en EEUU hay mucha variación entre lo que significa “charter” en unos colegios y en otros. Algunos se dedican a estudiantes en situación de riesgo, mientras otros acogen a alumnos con más ventajas sociales.

En España mucha gente opina que nunca se deberían publicar las diferencias entre Pública y Privada, precisamente porque no se suele tener en cuenta la procedencia del alumnado. En algunos países se publican listas oficiales con los resultados por centro educativo, algo impensable en España.
(S) Creo que la gente tiene razón al mostrarse escéptica sobre la posibilidad de eliminar por completo la influencia de los factores socioeconómicos. En cualquier caso, este estudio me hace ser mucho más optimista al respecto siempre y cuando se tengan en cuenta muchas variables.
(C) Nosotros no identificamos escuelas individuales en nuestro estudio. Es cierto que las listas de las que habla existen en EEUU, Gran Bretaña y otros países en los que se publican los resultados escolares por centros que, por desgracia, sirven como un indicador impreciso de calidad educativa. El problema es que los factores que afectan a la calidad de la Educación es un tema enormemente complejo. Entenderlo a fondo precisa aún de mucho trabajo.  

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