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“Los padres deberían objetar Educación para la Ciudadanía”

Monseñor Antonio Cañizares es arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal. Además, recientemente ha sido nombrado cardenal. Nos recibe en su despacho y, cansado, pregunta por la duración de la entrevista. Tras una mañana agotadora, se muestra reacio a posar para el fotógrafo, aunque no tiene ningún problema en hablar con sinceridad y firmeza.
Miércoles, 8 de marzo de 2006
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Autor: Shenai MARTÍNEZ
José Mª de MOYA

La Educación para la ciudadanía es ahora mismo uno de los centros de debate. ¿Qué le parece esta asignatura?
Me parece que se trataría de una nueva materia obligatoria para todos y en todos los centros. A través de ella el Estado se convierte en educador de todos los ciudadanos en todo aquello que afecte a la vida en sociedad, a la convivencia, a las relaciones humanas, con lo cual, el adoctrinamiento por parte del Estado es, dígase lo que se diga, una realidad a través de esta materia. Después tenemos un desarrollo que se ha hecho ya público, elaborado por la Universidad Carlos III a través del departamento de laicidad. Ahí se ofrece una visión del hombre sin ninguna trascendencia, un hombre muy intervenido, controlado, muy en función de la sociedad, para que funcione bien.

Hay quien dice que es puro relativismo moral…
Por eso digo que no se trata de lo bueno y lo malo, lo valioso o no valioso en sí mismo, sino de aquello que se dice por parte del Estado que tienen que hacer los ciudadanos, para que sean ciudadanos correctos. Es más, diría que con esta ley no importa que los alumnos sean buenos, sino que se porten bien: y que se porten bien conforme a unos parámetros previamente establecidos, según un modelo de sociedad que dicta quien tiene el poder. Es inadmisible.
Entra, dígase lo que se diga, en el sagrario de la conciencia. Por eso mismo, podría ser una vulneración del derecho a la libertad de conciencia.

Cree usted que un padre podría objetar si a su hijo se le obligara, como de momento está planteado, a cursar esta asignatura y viera que el programa va en contra de su conciencia.
Creo que por parte de los centros con carácter propio debe haber desobediencia civil, además de la objeción de conciencia de los padres. Y no solamente un padre católico, sino cualquier ciudadano aunque no tenga ninguna creencia, porque invade el terreno de los padres, invade el terreno de la conciencia. El Estado no tiene capacidad ni poder para hacer eso.

En el Ministerio se esfuerzan en decir que no van a aceptar la propuesta de la Carlos III, y que van a suavizar al máximo el programa y van a hablar de cuestiones básicas, sobre las que todos estamos de acuerdo.
Eso, en lo que atañe a los católicos, lo tenemos en la enseñanza de la religión y moral católica. Si se trata de educar para la convivencia, ¿hay alguna Educación que se le pueda comparar a la Educación que nos forma en la caridad, que nos forma en el conocimiento de Dios, que nos lleva al respeto de todos?¿hay algo que pueda superar a una Educación moral cristiana que comporta el perdón, la libertad en el sentido de lo bueno y de lo malo? Y, sobre todo, ¿hay alguna Educación en la convivencia que pueda prescindir de la verdad del hombre que es inseparable de la verdad de Dios?

Entonces, ¿cómo lo solucionaría?
Que no se imponga, si se quiere ofrecer como una posibilidad para aquellos ciudadanos que la pidan, me parece bien, siempre en respeto a la conciencia. No se puede imponer una Educación específica.
Por otra parte, tengo que decir que llama la atención que una materia que ha sido rechazada unánimemente por todas las fuerzas sociales, representadas en el Consejo Escolar del Estado, se imponga obligatoriamente a todos. Se está desoyendo al Consejo Escolar.
La contrapropuesta que ha hecho FERE de hacerla voluntaria, ¿les parece aceptable?
Me da mucho miedo, incluso en ese caso. Porque no es el Estado quien deba imponer o poner unos conocimientos morales, salvo aquellos que correspondan a la recta razón.

Tampoco, por tanto, plantearla como alternativa a la religión…
Sería una solución con menos riesgos, pero habrá que esperar a ver qué proyecto presentan de manera oficial. Yo me atengo al texto de la ley, que dice que es una asignatura que está presente en todos los niveles y cursos. Y me atengo, también, al texto oficial del Ministerio. La ley no clarifica cuál va a ser el contenido y llama la atención que se continúe con la imposición para todos.

El argumento que se esgrimía para sacar la religión de la escuela era que no se podía evaluar la fe, los valores… Curiosamente, esta asignatura, en buena parte, trata de valores y en este caso sí que se pretende evaluar.
Es una contradicción. Más aún, lo que dice la Constitución es que el único contenido obligatorio en el ámbito moral es la formación religiosa y moral. Se habla de que debe ser una materia académica con el mismo rigor que tienen las Matemáticas, la Geografía o la Filosofía. El alumno tiene derecho a ser evaluado de Religión.

Por tanto, no están conformes con cómo ha quedado la Religión en la LOE.
No podemos quedar conformes porque no se le reconoce el estatuto de materia fundamental, y eso marca al profesorado, la evaluación, el tratamiento.

Por cierto, que algunos profesores de Religión se quejan de que no les apoyan en sus reivindicaciones laborales…
Yo les digo a esas asociaciones de profesores de Religión que si esta materia no tiene este carácter fundamental va a desaparecer. Hay que buscar la máxima equiparación, pero si no tiene un carácter fundamental, se convertirá en una materia para la esfera de lo privado, y tendrá los años contados. La mejor defensa de los profesores de Religión es defender la naturaleza propia de la asignatura de Religión.

Sin noticias del Ministerio

Han salido a la luz pública diferencias de criterio entre las organizaciones llamadas anti-LOE y la FERE, que es quien está negociando. Desde su punto de vista, ¿qué es lo que ha pasado ahí?
Es complejo, pero, en lo que respecta a la posición de los obispos, se reclama también todo lo referente a la enseñanza de Religión, y cómo la situación no era satisfactoria: era incluso violenta. La FERE ha considerado que era suficiente y satisfactoria la LOE. Los padres de familia, que son los primeros y principales sujetos de derecho respecto a la Educación de sus hijos, han considerado, igual que hemos considerado los obispos, que la ley no les satisface.

FERE acusó a estás organizaciones de moverse por motivos espurios…
Me parece profundamente injusto. Yo no le quito ningún mérito a FERE, pero tampoco hay que quitarle ningún mérito a estas organizaciones que están luchando muy decisivamente y están siendo conciencia crítica en aspectos muy fundamentales y que necesitarían mucho más apoyo. Aunque las manifestaciones han convocado a más un millón de personas, y hay varios millones de firmas recogidas.

¿Le parece que FERE está cediendo demasiado?
Ellos verán, pero lo que no pueden decir es que cuentan con el apoyo de la Conferencia Episcopal, porque los obispos hemos dicho que no es suficiente. Nosotros no rechazamos todo, pero hay que luchar por mucho más. No olvidemos que la LOE es prolongación de la Logse y los resultados son un fracaso, no solamente en los conocimientos, sino también una quiebra de aspectos morales.

Parece que, además, a quien más perjudica es a la enseñanza pública.
En efecto, los perjudicados en esta ley son los de la enseñanza pública, y yo abogo por ellos de manera muy prioritaria. Son la mayoría de los ciudadanos, y muchas veces su voz es la menos escuchada.
Las relaciones con el Ministerio de Educación desde el Episcopado, ¿cómo se encuentran es este momento?
Las relaciones han sido muy escasas. He sido presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y ha sido el tiempo que ha habido algunas conversaciones con el Ministerio de Educación, pero no se nos hizo caso.
En octubre estuve con Fernández de la Vega y con Pérez Rubalcaba y, pese a su cordialidad, no conseguimos llegar a acuerdos en aspectos que eran fundamentales y necesarios por el bien de los ciudadanos. La Iglesia no defiende intereses propios, sino los derechos de los ciudadanos.

¿Cree que Paco Vázquez podrá arreglar algo?
Es una excelente persona y va a favorecer todo lo que esté en su mano, como lo han intentado todos los que han estado en esta misión. Aunque creo que llegamos tarde.
 

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