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Hombres y mujeres pendientes del reloj

El pasado viernes el Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de la futura Ley de Igualdad que nos involucrará a todos y que incluso afectará a los planes de estudios. El Ministerio de Educación ya ha anunciado que los currículos que desarrollarán la LOE incorporarán contenidos en pro de la igualdad entre hombres y mujeres y también contra la violencia de género.
Miércoles, 8 de marzo de 2006
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Autor: Marta SERRANO

Conciliar vida familiar y laboral resulta aún a día de hoy más difícil a mujeres que a hombres, porque son éstas las que a menudo realizan una doble jornada tanto fuera como dentro del hogar. Pero todo sea dicho, los tiempos cambian y en plena celebración del Día de la Mujer Trabajadora (8 de marzo ), los hombres empiezan a reclamar un papel más activo en la búsqueda de la conciliación familiar.

Y es que un día tiene 24 horas para todos por igual, por lo que hombres y mujeres deben aprender a compartir las tareas tanto dentro como fuera del hogar. En este sentido, el V Congreso Mujer, Familia y Trabajo, organizado de forma conjunta por esta Asociación y la Comunidad de Madrid, pone al género masculino en el centro de la cuestión. Con el lema Los hombres también quieren conciliar el evento tiene como principal objetivo involucrar al hombre en la adopción de medidas de conciliación para conseguir un equilibrio en la participación de la vida familiar y laboral. El asunto influye en todos los campos de la sociedad e incluso afecta a la Economía.

Menor competitividad

“En España tenemos un problema”. Lo dice un hombre. Es el astronauta español Pedro Duque quien lo sugiere con los pies en el suelo, como profesional y como padre también. Según ha comprobado él mismo, muchos organismos internacionales y grandes empresas tienden a evitar las companías españolas cuando se trata de coordinar trabajos de alta eficiencia. El problema no radica en la profesionalidad o capacitación de los trabajadores, sino en los horarios. Así, con aquellos países que interrumpen a mediodía su trabajo para almorzar entre las doce y la una, perdemos el contacto hasta las cuatro o las cinco de la tarde, que es nuestra hora de vuelta al trabajo tras la comida. Durante cuatro horas perdemos todo contacto, ¿nos lo podemos permitir?

La pregunta es: ¿Nos podemos permitir unos horarios que nos obligan a llegar a casa muy tarde y agotados, a dormir poco y mal y que apenas nos permiten estar con nuestro hijos?

Menores desatendidos

Otro hombre. En esta ocasión el empresario Ignacio Buqueras, señala el perjuicio de los horarios y los peligros de desatender a los hijos que esto entraña. Miguel Ángel, un chico de 13 años al que sus padres han llevado al psicólogo “porque está rebelde e imposible, tiene problemas de fracaso escolar y absentismo, comete pequeños hurtos en casa y sólo se preocupa por estar bien en su pandilla” según sus padres, lleva desde los ocho años regresando del colegio o del instituto y encontrándose solo. Es hijo único, sus padres trabajan y no suelen volver hasta las nueve de la noche, así que cuando Miguel ángel vuelve no encuentra a nadie a quien contarle sus preocupaciones o que controle lo que hace o come.

Según Buqueras “estos chicos de la generación de la llave y la mochila –como la han empezado a llamar los psicólogos– ya sean hijos únicos o con hermanos (en cuyo caso el mayor se ocupa de los otros acarreando una responsabilidad excesiva para su edad), tienen problemas en los estudios, albergan sentimientos de soledad o abandono, son indisciplinados y rebeldes o pasan por fases de pasotismo, aislamiento y tristeza”. Algunos son incapaces de amar y no se sienten queridos e incluso el problema se complica si aparecen alteraciones del sueño, pérdida de apetito y peso y dolencias intestinales que pueden derivar en trastornos severos como alcoholismo y anorexia.

Ayudas a la familia

No es un problema sólo de horarios. España es uno de los países con menos ayudas por hijo y a la familia. Además, las políticas de conciliación están lejos de lo que ocurre en otros países. En Francia, por ejemplo, los colegios y los centros de trabajo cierran sus puertas a las cinco, por lo que toda la familia puede estar junta desde las seis hasta la hora de acostarse. Entonces aún no se está demasiado cansado y se puede evitar que los niños pasen demasiado tiempo solos viendo la televisión o estando en la calle sin control. A propósito de los contenidos de TV, Núñez Morgades, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, ha criticado en numerosas ocasiones “la zafiedad, contenidos sexistas y violencia gratuita de los programas vespertinos entre las cinco y las ocho de la tarde”, cuando muchos padres aún no están en casa por su jornada laboral. La película estadounidense Sólo en casa (Home alone) relataba en clave de humor la odisea de un pequeño por defender su casa de los ladrones tras ser descuidadamente abandonado por su familia. La realidad a veces no es tan divertida como la ficción y Buqueras no olvida todos los niños que mueren a veces por accidentes y en incendios de su vivienda estando solos.

Los docentes

Tampoco olvida Buqueras al profesorado, un sector que debería ser “mimado” a su juicio. Señala que muchos padres están convencidos de que son los docentes quienes se deben ocupar de educar a los niños cuando “en el colegio o en el instituto no hay ni capacidad ni oportunidad de transmitir todo el bagaje de principios y la referencia ética necesarios”.

“España, tenemos un gran problema”

“Trato de llegar a tiempo a las cosas y de utilizar de forma efectiva el tiempo de trabajo para poder terminarlo a una hora razonable por la tarde”, señala Pedro Duque. El astronauta reconoce además que el nacimiento de sus tres hijos le ha obligado a valorar el tiempo de otro modo, sobre todo el que pasa con ellos.

Ante todo, siempre tiene en cuenta una observación de sus preparadores y de los médicos rusos: Quien mucho trabaja, mucho ha de descansar.

“No estoy dispuesto a perderme su infancia”

El actual ministro de Administraciones Públicas es un político atípico y un ejemplo a seguir. Tiene tres hijos adoptados y ha asegurado en multitud de ocasiones que son su prioridad por encima del cargo que ocupa y que no está dispuesto a perderse su infancia.

Hace lo imposible en las reuniones de tarde para “llegar a tiempo de bañar a los niños” y con la llegada de su tercer hijo se tomó la mitad de la baja de paternidad con la venia de ZP.

«Cada día más es un día menos a cualquier edad”

Para Federico Mayor Zaragoza “la puntualidad no es una cortesía, es una exigencia ética”. Señala que “los horarios laborales españoles deberían adelantarse una hora u hora y media, sobre todo en familias con hijos en edad escolar”.

Reconoce además que se levanta muy pronto, en torno a las seis de la mañana y procura cenar siempre en casa y descansar bien, desde las once y media. “Este programa se altera por viajes, bastante frecuentes todavía”, lamenta.

“Hace muchos años que no puedo hacer la siesta”

Valora el concepto tiempo de manera distinta desde que su marido sufrió un atentado terrorista y confiesa tener siempre nostalgia “de pasear tranquilamente por la ciudad una mañana, sin prisas”.

Considera que para conciliar vida laboral y familiar es necesario flexibilizar horarios y está convencida de que “es posible y algún día llegará”. Además añade que “hacer reuniones a las seis de la tarde impide llevar una vida familiar medianamente lógica”.

“Se confunde estar en el lugar de trabajo con ser productivo”

Economista, académico numerario de la Real Academia de Doctores de España, presidente de la Fundación Independiente… Ignacio Buqueras ha estudiado los horarios de los españoles y ha constatado fehacientemente que nos alejan de Europa y que influyen negativamente en nuestra calidad de vida.

¿Tiene esperanza en que algún día los horarios sean más racionales en España?
Más que esperanza lo que tengo es la plena seguridad de que se va a producir un cambio sustancial en relación con los horarios. No habrá que esperar mucho, creo que lo veremos entre el 2009 y el 2010. De hecho empezamos a trabajar en 2002 en el asunto y en los últimos meses la atención de los medios de comunicación a esta cuestión es muy importante. Se han preocupado del tema en los últimos 40 días 23 cadenas de televisión, 32 emisoras de radio y más de 30 periódicos entre los que se encuentran los de mayor tirada nacional. Las empresas también están sensibilizadas.

Usted es el presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los horarios españoles y su Normalización con los de los demás países de la Unión Europea, ¿pero, de quién depende esto?
La Comisión la puso en marcha la sociedad civil a través de Fundación Independiente en mayo de 2003 y hoy agrupa a 86 representantes de nueve ministerios (Exteriores, Trabajo, AAPP, Educación, Sanidad…). También están los sindicatos CCOO y UGT, están las empresas a través de la CEOE, el Consejo Económico y Social, también están 11 universidades, etc.

Entonces, ¿a quién habría que convencer para que los horarios sean más flexibles?
En primer lugar a las rutinas, que son difíciles de vencer, porque aunque todas las personas comprenden que estos horarios en un mundo globalizado son unos horarios únicos que no tienen sentido. Igual que tenemos una misma moneda habría que rectificar los horarios por competitividad y acuerdos comerciales. Además, las jornadas largas no sólo afectan a nuestra productividad, también perjudican a nuestra vida familiar y personal. Estas jornadas de trabajo, interminables en muchos casos, ni nos permiten lograr una mayor productividad ni indudablemente estos horarios nos permiten conciliar adecuadamente la vida personal, laboral y familiar. Lamentablemente en España estamos en la cola de la productividad de la UE teniendo las jornadas más largas –sólo superados por Grecia y Portugal–. Es la mayor contradicción. Que una persona con una jornada de once horas aquí tenga menor productividad que una de 7,5 horas en otro país. Algo pasa.

¿Y qué es?
Que confundimos a veces estar en el lugar de trabajo con ser productivos, es decir, con estar trabajando. Y son conceptos completamente diferentes. Uno puede estar en su lugar de trabajo, pero comentando con el compañero de al lado la película de ayer o el partido de mañana, o puede estar levantándose a cada segundo o leyendo el periódico.

¿Propone flexibilidad horaria al estilo de los países de la UE y además, exportar la siesta…
Un trabajador eficiente es un trabajador satisfecho, contento con lo que hace. Si tiene flexibilidad horaria para llevar a los niños al colegio y llega más tarde, luego tendrá que salir más tarde. Pero eso no implica parar más de 30 ó 40 minutos para comer. Está claro que si uno come dos platos fuertes más el vino, el postre y el café, luego difícilmente va a ser productivo para la empresa. Lo que proponemos es realizar una comida ligera de tipo mediterráneo, que se puede hacer en unos 30 minutos y luego un descanso de 10 o 15 minutos. La empresa de envíos MRW, por ejemplo, además del comedor de empresa pone a disposición de los trabajadores una sala con sillones para descansar unos minutos antes de retomar la jornada, que no debe acabar nunca más tarde de las seis.

Conciliar vida laboral y personal también es un asunto de familia, ¿cree que en España la familia recibe suficientes ayudas?
Considero que todo lo que son ayudas a la familia es muy importante. España es un país donde se habla mucho de ayudas a la familia pero que está a la cola de la UE en prestaciones por hijo. Es vergonzoso. Nos faltan más ayudas, desde luego. También es importante contar con más guarderías y más permisos por nacimiento tanto para las madres como para los padres, porque la verdadera conciliación es en la pareja. Pero si todo esto no viene acompañado por unos horarios más racionales sólo serán parches.

Al final el tema de los horarios a quien más perjudica es a los hijos, ¿no?
Por supuesto. Es un problema de una cultura inadecuada. Aquí lo que se prima es la presencia en el lugar de trabajo por encima de la efectividad. O sea, que nos engañamos y engañamos. Lo que hay que premiar es siempre la efectividad. De ahí la nueva “generación llave”, de chicos que pasan mucho tiempo solos mientras sus padres regresan del trabajo.

¿Se deben desconectar los ordenadores a cierta hora?
Sí. Con una jornada larga de trabajo sólo se consigue la frustración de los empleados.

Tiempo al tiempo

El último libro de Ignacio Buqueras es Tiempo al tiempo (Planeta Prácticos, 2006). Propone un nuevo método de organización y utilización del tiempo. Se trata de una propuesta valiente para un cambio de los horarios en España que califica como “drástico y necesario”.

Convencido de que algún día en España se racionalizarán los horarios, Ignacio Buqueras presenta un ensayo que no deja ningún aspecto en el tintero. De hecho, incide en que si tenemos una jornada de las más largas de Europa y una de las productividades más baja es porque algo falla.

Según Buqueras dormimos menos de lo que necesitamos, de lo que culpa a la programación de televisión en prime time y durante la madrugada. Como la pescadilla que se muerde la cola, esto influye en en las altas tasas de siniestralidad laboral que hay en nuestro país.

Buena parte del libro está dedicada a las familias porque la conciliación de la vida familiar, personal y laboral conlleva efectos para los más pequeños de la casa. Buqueras dice que están desatendidos y que la “generación llave” traerá consecuencias.
 

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