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Construyendo la paz en las aulas de Ulster

Con los mejores resultados de todo el Reino Unido, la Educación en Irlanda del Norte encuentra su gran reto en superar la segregación religiosa que padecen nada menos que el 95% de sus alumnos. Con el fin de conseguir un modelo de enseñanza que siente las bases para una paz duradera, un grupo de padres inauguró a principios de los años 80 la primera escuela integrada, acogiendo estudiantes católicos y protestantes en similares proporciones.
Miércoles, 5 de abril de 2006
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Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

Arropado por un decidido apoyo entre la población norirlandesa, el movimiento de escuelas integradas se abre paso lento pero seguro en el peculiar sistema educativo del Ulster.

Un modelo que aún escolariza al 95% de sus alumnos en centros con un perfil religioso claramente definido. Son católicos o protestantes, sin medias tintas. El 5% restante (unos 18.000 estudiantes) acude a colegios donde no puede haber más de un 70% de pupilos adscritos a alguna de las dos confesiones: el requisito esencial para formar parte de club integrated.

No son pocos los que consideran que el acercamiento educativo interreligioso traza un luminoso e insoslayable camino para alcanzar una paz duradera en Irlanda del Norte. Según un estudio publicado en 2003, un 20% de los ciudadanos del Ulster juzga “importante” que alumnos de ambas comunidades compartan aula. Para un 61%, lo mismo era “muy importante” con vistas a una reconciliación definitiva.

Pero esto no es –si nos guiamos por los hechos– lo que opina el Gobierno británico. No en vano, la Oficina de Irlanda del Norte (dependiente de Londres) denegó este pasado mes de marzo financiación estatal a cuatro grupos de padres deseosos de poner en marcha otras tantas escuelas integradas.

Polémica decisión que la ministra de asuntos educativos para Irlanda del Norte, Angela Smith, explicó recurriendo al elevadísimo número de plazas libres que la crisis demográfica ha dejado en los centros norirlandeses. Una cifra que en 2005 alcanzó las 50.000 vacantes, y que se prevé que llegue hasta las 80.000 en los años venideros.

“El Gobierno británico está comprometido con la Educación integrada, pero también tenemos la responsabilidad de coordinar los espacios escolares atendiendo a la caída en las matriculaciones”, argumentó Smith.

Debate

Superávit de puestos escolares contra libertad de elección de los padres. Un debate en el que los promotores del movimiento cuentan con un impagable comodín que, a largo plazo, podría hacerles ganar la partida: la fuerte demanda de plazas que año tras año registran este tipo de escuelas.

El National Ireland Council for Integrated Education (Nicie) –una asociación que aboga en todo tipo de frentes públicos por la extensión de la red integrada– asegura que los centros “no segregados” tienen que rechazar unas mil solicitudes cada curso. Más aún, cuatro de cada cinco escuelas con exceso de demanda acogen alumnos católicos y protestantes de manera aproximadamente equitativa.

Por el momento, y ante la falta de compromiso por parte de la Administración, el Integrated Education Fund (IEF, organización hermana del Nicie) ha acudido al rescate para garantizar que al menos dos nuevos centros integrados abran sus puertas el próximo septiembre. Con este fin, el IEF ha previsto un fondo de 750.000 libras esterlinas (casi millón y medio de euros) a extraer de sus propios presupuestos, que a su vez se nutren de donaciones voluntarias.

Malos tiempos para un movimiento que este año cumple 25 años de existencia. Los mismos que lleva en activo el Lagan College, la primera escuela que hizo de la no discriminación religiosa su bandera pedagógica.

Sin pretenderlo, la creación de este centro en las afueras de Belfast sirvió también para establecer el mínimo común denominador de las escuelas integradas: mixtas, cristianas (ni católicas ni protestantes, sino ambas) y no selectivas por rendimiento o clase social.

Orígenes

La inauguración del Lagan College en 1981 estuvo precedida por una de las décadas de enfrentamiento religioso más sangrientas en la historia del conflicto norirlandés. Por aquel entonces, muchos aún se oponían si quiera a la idea de que católicos y protestantes convivieran pacíficamente, no digamos a la pretensión de crear espacios de interacción y diálogo entre los dos grupos enfrentados.

Kerry Burchill, de la Universidad de Pittsburgh (EEUU), analizó en su tesis doctoral la buena o mala prensa de las escuelas integradas en los principales periódicos del Ulster durante las tres últimas décadas del pasado siglo.
Asegura Burchill que, en los años 70, “el volumen y contenido de los artículos anti-integración indican que los opositores al movimiento dominaban el debate”.

Esta profesora sólo percibe un cambio de tendencia a partir de mediados de los 80. Y concluye: “cuando abrieron las primeras escuelas integradas, pocos padres deseaban enviar allí a sus hijos. La gran mayoría no confiaba ni en la seguridad ni en la calidad académica de este tipo de centros”.

El aumento en la popularidad del movimiento tuvo su refrendo legislativo en 1989, cuando la Education Reform Order para Irlanda del Norte estableció la obligación de “animar y facilitar el desarrollo de la Educación integrada”.

Superar heridas

En 1997, la propia Unesco recomendó en un informe que se tomaran “medidas apropiadas” para establecer “escuelas integradas” en zonas donde los padres las demandaban. Y un año más tarde, el acuerdo de paz conocido como Good Friday agreement mencionaba el papel esencial de este formato educativo para superar las heridas de tantos años de conflicto.

La orden del 89 obligaba también a enseñar contenidos curriculares destinados a mejorar el “entendimiento mutuo” en todas las escuelas del Ulster. Sin embargo, muchos piensan que los colegios con proyectos inspirados en una sola confesión ofrecen visiones parciales o bien evitan los temas más controvertidos.

Con la tasa de graduados en Secundaria más alta de todo el Reino Unido, a nadie escapa que la auténtica asignatura pendiente de la Educación norirlandesa pasa por desterrar los patrones segregadores que la definen. A medio plazo, el objetivo del Nicie es lograr que en 2010 haya un 10% de alumnos en escuelas integradas. Un propósito algo utópico pero por el que merece la pena soñar.

Un proyecto pionero

Ante el asombro y la sorpresa de un Ulster aterrado tras décadas de intensa violencia sectaria, un grupo de padres procedentes de ambas comunidades decidió crear en 1981 un centro educativo sin cabida para la segregación religiosa. Así nació la primera escuela integrada de Irlanda del Norte: el Lagan College, con sede en los alrededores de Belfast. Tras aumentar de forma fulgurante el número de solicitudes, el centro obtuvo financiación estatal en 1984, algo que le ha permitido ampliar progresivamente sus instalaciones. Con poco más de 20 alumnos en el momento de su inauguración, el colegio cuenta en la actualidad con unos 1.100 estudiantes y más de 80 profesores.

Auténtico símbolo para el movimiento pro-integración, el Lagan College sirvió de inspiración para los casi 60 centros que han decidido seguir su estela desde 1985, año en que abrió, también en Belfast, el segundo centro de estas características bajo el nombre de Hazelwood. En 1989 ya eran 10 escuelas. En 1994, 23. Entre el año 2000 y el 2003, el número de alumnos que acuden a centros integrados ha pasado de 12.900 a 16.500.

Un territorio y dos comunidades históricamente segregadas

Aunque la violencia en Irlanda del Norte ha alcanzado su nivel más bajo desde que empezara el conflicto, el territorio del Ulster mantiene una fuerte división por grupos religiosos. Como se observa en el mapa, los protestantes son mayoría en el este y en el norte, mientras que la población católica se aglutina en distritos del sur y el oeste. También existen áreas mixtas, aunque lo habitual es que dentro de ellas persista la separación por localidades o barrios. La capital, Belfast, da buena fe de una constante que se repite en otras zonas de la región.

“Blair cree en la libertad de elección, pero no para el Ulster”

Desde su creación en el año 1987, el Consejo de Irlanda del Norte para la Educación Integrada (Nicie en sus siglas en inglés) actúa como el principal promotor de este tipo de enseñanza en el Ulster. Hablamos con su portavoz, Philip O´Sullivan.

¿Desean aún la mayoría de padres norirlandeses que sus hijos vayan a escuelas segregadas, claramente definidas desde el punto de vista religioso?
Si hablamos de números, lo cierto es que sí. Pero esto ocurre porque existen 1.200 escuelas segregadas y sólo 58 integradas, muchas de ellas con largas listas de espera. En los últimos siete años se han rechazado 5.700 demandas de plazas. La única razón por la que un 50% de padres no envía a sus hijos a una escuela integrada es porque no tienen ninguna cerca.

¿Hay gente que no entiende, incluso que no respeta sus objetivos como asociación?
Seguro que existen…, la mayoría políticos protestantes de derechas. Es evidente que a algunos no les gustamos, pero ahora tenemos una oposición que actúa de forma más sutil.

¿Y en el pasado?
En el pasado hemos tenido oposición tanto de políticos como de las dos iglesias. En la actualidad, éstas se mantienen por lo general bastante al margen. En cuanto a los partidos existen divisiones. El Partido Democrático Unionista y el Partido Unionista del Ulster (ambos protestantes), bastante en contra. El Partido Socialdemócrata y el Sinn Féin (católicos), a favor de la libertad de elección. Y el Partido Alianza (mixto) nos apoya expresamente.

El Gobierno británico ha rechazado financiación pública a cuatro nuevas escuelas integradas aduciendo que el Ulster tiene exceso de plazas libres. ¿Cree que la Administración debería aplicar algún tipo de discriminación positiva en este caso?
En breve: creemos que el Gobierno tiene que ser fiel a su compromiso de “fomentar y facilitar” la extensión de la Educación integrada, y en consecuencia debería establecer una estrategia que promueva la elección de este tipo de escuelas. Si esto es discriminación positiva, entonces creo en ella.

¿Existe evidencia científica de que los alumnos de escuelas integradas tienen mejor predisposición hacia los miembros de la otra comunidad?
Si, desde luego. Hay cantidad de estudios que lo demuestran.

Hay muchos jóvenes norirlandeses que todavía tienen un contacto mínimo con la otra comunidad.
Claro. Un estudio demuestra que dos de cada tres norirlandeses entre 16 y 25 años no mantiene conversaciones significativas con miembros de la otra comunidad.

¿Perviven los prejuicios hacia el otro? Hablemos por ejemplo de matrimonios mixtos. ¿Hay aún muchos padres que se opondrían?
Aproximadamente uno de cada diez matrimonios son mixtos en la actualidad. Algunos encuentran problemas, pero el clima general es mejor que hace diez años. Ahora el principal tema de debate son los matrimonios entre personas de distinta raza.

¿Cree que las escuelas integradas no tienen cabida en la agenda educativa de Tony Blair? ¿que hay otras prioridades como las Specialists schools o las City academies?
La política británica tiende a mirarse el ombligo: no suele tener la vista puesta por estos lares… Lo cierto es que Blair sostiene que las plazas libres no deberían afectar a la libertad de elección de los padres, pero esto no se aplica por aquí.
 

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