fbpx

Una ministra contra el miedo escénico

Algo sorprendente por el momento elegido pero en absoluto inesperado, el cese de María Jesús San Segundo como ministra de Educación y su sustitución por Mercedes Cabrera ha generado impresiones diversas entre las principales organizaciones de la comunidad educativa.
Miércoles, 26 de abril de 2006
0

Autor: Rodrigo SANTODOMINGO

Como es lógico, la nueva ministra cuenta con los votos de confianza otorgados por todos los grupos que componen el mapa de la enseñanza en España, incluso por aquellos menos afines al Gobierno del PSOE, caso de la Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos) o la CECE (Confederación Española de Centros de Enseñanza).

Más allá de la obligada cortesía con el recién llegado, la decisión más aplaudida en la corta vida de Cabrera al frente del MEC es la de haber mantenido al equipo que elaboró y negoció la LOE, en especial Alejandro Tiana, secretario general de Educación.

Una opción elogiada explícitamente por sindicatos como ANPE y patronales como la Federación de Religiosos de la Enseñanza (FERE), y que, de forma más sutil, también han destacado otras organizaciones como la Federación de Enseñanza de CCOO (FE-CCOO), la Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos) y la CECE.

“Nos da cierta tranquilidad”, asegura el presidente de ANPE, Juan Miguel Molina. “Es una medida más que acertada”, apunta, por su parte, Manuel de Castro, presidente de FERE.

Carácter

Tampoco han faltado valoraciones personales sobre la capacidad y el carácter de Cabrera para afrontar, en un momento crucial para nuestra enseñanza, un cargo de tan alta responsabilidad.

“Nos consta que es una mujer competente y muy bien preparada desde el punto de vista académico”, afirma Pepe Campos, secretario general de FE-CCOO.

Para la presidenta de CECE, Isabel Bazo, la ministra Cabrera –a la que conoció en la Comisión de Educación del Congreso durante la tramitación de la LOE–, “es una persona educada y muy respetuosa”. En resumen, continúa, “me causó buena impresión”.

Lola Abelló, presidenta de Ceapa, aprecia especialmente que el primer acto público de Cabrera como ministra fuera la inauguración del congreso estatal de esta organización, celebrado la pasada semana. “Es un signo de reconocimiento de la importancia que concede a los padres en la Educación”, dijo.

Al otro lado del espectro, el presidente de la Concapa, Luis Carbonel, hubiera deseado alguien con un “perfil ideológico menos sectario” y una “mayor capacidad de diálogo”. Según Carbonel, las primeras declaraciones de Cabrera sobre la LOE (dijo que era “una gran ley” que nacía con “un amplio consenso”) no apuntan en esta dirección. Sin embargo, para el presidente de la Concapa, la ministra Cabrera sí cuenta con un activo para su nuevo cargo del que carecía su antecesora: “esta señora al menos tiene hijos”.

Pero, a la hora de establecer comparaciones entre Cabrera y San Segundo, el tema más recurrente es la proyección pública (o ausencia de esta) a la que obliga el cargo de ministra.

Proyección

[Cabrera] “da la impresión de tener más personalidad y un carácter más decidido que la anterior ministra para hacer frente a los retos que tiene planteados”, sostiene el presidente de ANPE. “Parece que es la persona adecuada para dar un nuevo impulso al MEC y a la Educación en España”, añade Campos.

“Seguramente ha sido elegida para dar a conocer la LOE a la opinión pública. El trabajo de San Segundo ha estado más en la sombra. Es cierto que en algunos momentos debería haber aparecido más”, certifica Abelló.

Menos diplomático, Carbonel considera que “es difícil ser peor que San Segundo”, a la que Bazo tilda de “ministra fantasma”. “Se ha limitado a ostentar el cargo, sin ejercerlo. A nosostros no nos ha recibido en dos años”, señala la presidenta de CECE.

Universidad: la reforma pendiente

Tras más de dos años volcado en la elaboración, negociación y aprobación de la LOE, la gran laguna del Ministerio de Educación durante la etapa San Segundo ha sido, en opinión de muchos, la reforma de la Ley Orgánica de Universidades (LOU), un texto aprobado durante el mandato de Pilar del Castillo, última ministra del Partido Popular.

No es por tanto sorprendente que Mercedes Cabrera haya desembarcado en el MEC con ánimos renovados para abordar una reforma que la comunidad universitaria espera con urgencia desde hace tiempo. “La universidad es mi preocupación y mi desafío inmediato”, anunció Cabrera al poco tiempo de tomar posesión de su nuevo cargo. No en vano, corre el rumor de que la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) prestó su apoyo al PSOE en la última campaña electoral con la condición de que un potencial gobierno socialista realizara una reforma acorde al gusto de los rectores.

Lo cierto es que el secretario de Estado de universidades, Salvador Ordóñez, ya presentó en enero de este año un borrador de reforma que en absoluto satisfizo a la CRUE. Fundamentalmente por dos razones: su escasa ambición en el tema de la financiación y su poca o nula utilidad para adaptar nuestro sistema universitario al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que a mediados de los años noventa estableciera el proceso de Bolonia.

Además, los rectores sostienen que la nueva defición de las titulaciones se está haciendo de forma apresurada, sin antes definir un marco común. Algo así como empezar la casa por el tejado.

Por ahora, Cabrera ha señalado en una reciente entrevista que la “reforma va a exigir esfuerzo y colaboración, y hay que hacerla hablando y negociando. No se pueden cambiar titulaciones porque sí”.

Autonomía en la privada

La Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (Acade), valora muy positivamente el reconocimiento explícito en la LOE de una Autonomía diferenciada para los centros totalmente privados no concertados, ya que no están sostenidos con fondos públicos, tal como se refleja en la Disposición Final Primera punto seis.

Este artículo consolida un nuevo marco educativo ya que al no contar con financiación ni subvenciones públicas, los centros totalmente privados deben gozar de un mayor margen de libertad para desarrollar propuestas educativas diferenciadas, poner en marcha proyectos innovadores que mejoren el sistema educativo, y consolidarse como centros de vanguardia que sirvan de motor a la Educación y que les permita atraer a alumnos a sus aulas. Para Acade “la autonomía diferenciada es un derecho del sector educativo privado”.

0