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El MEC, detrás de la aplicación de la Logse a la Universidad

Desde que comenzó a hablarse del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), no paramos de conocer cambios proyectados en la Universidad española, todos amparados bajo el epígrafe común de “lo exige Europa”. Pero, ¿está detrás Europa o, más bien, otros intereses más inconfesables que los europeos? ¿Quién está detrás?
Miércoles, 28 de junio de 2006
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Autor: José M. LACASA

No son pocos los problemas que el sistema educativo Logse está creando a la Universidad. Por si fuera poco el conseguir que menos alumnos accedan a la Educación superior –en plena crisis demográfica–, la escasa preparación de los alumnos forzó a muchas facultades a implantar los “cursos cero”. Cuestión sorprendente si pensamos que era la propia universidad la que, por medio de la Selectividad, marcaba el nivel mínimo de conocimientos. Pero eligió dejar pasar a todos ante el riesgo de quedarse sin alumnos (que son los que dan de comer a toda la estructura).

Entonces llegó la salvación: Europa nos obligaba a cambiar de arriba a abajo la Universidad. El anterior secretario de Estado de Universidades, Salvador Ordóñez, comenzó a proclamar que la Universidad tenía que cambiar sus métodos de enseñanza, aplicar la pedagogía centrada en el alumnos, que la convergencia europea, Bolonia y no sé cuantas cosas más nos obligaban. De paso, nos obligaba a eliminar el cadáver administrativo que más olía en nuestro sistema educativo: el famoso CAP.

A aquellos que conocemos la Logse y sus resultados en el sistema educativo no universitario, todo eso no sonaba precisamente a nuevo: más bien olía a Cabrales. Además, todo encajaba demasiado bien: si los chavales accedían a la Universidad con rémoras en sus conocimientos, se creaba un sistema donde el conocimiento no fuera lo más importante. Todo por exigencias del guión europeo.

El problema está en que sólo España parece haber descubierto que el EEES implica la adopción de los métodos constructivistas y su filosofía a la enseñanza universitaria. Filosofía que impregna la Logse por sus cuatro costados. Ningún país lo está haciendo. Ninguna directiva europea lo dice. Sin embargo, las páginas web de multitud de universidades públicas están llenas de documentos sobre la aplicación del constructivismo en la universidad, y hay grupos organizados por todas ellas: Zaragoza, Carlos III, Málaga, Politécnica de Valencia… Incluso, si uno escribe en Google “Constructivismo EEES”, lo primero que le sale un documento colgado de la página del MEC, un verdadero manual de constructivismo aplicado, con miles de arbolitos.

El secretario general del Consejo de Coordinación Universitaria, Félix García Lausín –que no lleva un mes en el cargo, decía que “no se trata de cambiar por cambiar, sino cambiar aquellos aspectos que contribuyan a mejorar la calidad de la docencia y la investigación”. Para Lausín, no se trata de aplicar la Logse (o la LOE) a la Universidad, sino que “se utilizan en el discurso público elementos comunes en todos los países europeos”, entre ellos el “trasladar el énfasis de la enseñanza al aprendizaje”. También dijo que “no es un asunto que me interese demasiado”, sino “cómo hacer que la calidad de la docencia en la Universidad sea mejor”. Desde luego, no suena igual que lo declarado por el asesor Guárdia, ni por Salvador Ordóñez.

De todas formas, todo parece indicar que, aunque la aplicación de la Logse –o de la LOE, de los planteamientos constructivistas en definitiva– a la Universidad no será la salvación de la Universidad, sí que puede serlo de la Logse (o la LOE). Si lo consiguen, será una jugada maestra. Luego, las consecuencias.

La ‘nueva pedagogía’

Según Amparo Fernández March, del Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Politécnica de Valencia, el constructivismo aplicado a la Universidad española consistiría en:

–Docencia centrada en el alumno: aprendizaje autónomo, aprender a aprender, aprendizaje a lo largo de toda la vida.
–Resultados de aprendizaje (shift from input to output):competencias.
–Nueva organización actividades de aprendizaje-enseñanza: actividad, contexto, colaboración.
–Cambios en la organización del aprendizaje: modularidad, espacios curriculares multidisciplinares.
–ECTS (nuevos créditos europeos) como herramienta de construcción del currículo.
–Recursos docentes: Incorporación de las TICS.
–Utilización estratégica de la evaluación: integración proceso A-E-, evaluación formativa.

¿Les suena a ustedes de algo? ¿Tan nueva es?

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