Lo que podemos hacer con los pinceles
Esto es exactamente lo que acaba de pasar durante el proyecto plástico que han terminado recientemente los alumnos de 4º de ESO en el IES “Francisco Salzillo” de Alcantarilla (Murcia). Ninguno había realizado ningún jamás un trabajo con materiales cerámicos y, al proponerles este trabajo, sus caras denotaban sobre todo escepticismo, desconcierto y un cierto temor ante un posible o tal vez probable fracaso. Esas sensaciones se han ido transformando paulatinamente en entusiasmo y satisfacción en cuanto han podido ver los resultados al terminar la primera cocción.
El proyecto, subvencionado por la Consejería de Educación de Murcia y supervisado por el Centro de Profesores Murcia II, ha consistido en realizar una serie de cuadros sobre soporte de azulejo de tamaño 40×25 cm previamente vidriado en blanco. Los temas representados han sido los que indica el título del proyecto: aves en su ambiente natural, para unos, y peces abisales, de colores intensos y formas llamativas, para otros.
Tras agruparse por parejas, cada pareja ha seleccionado un pez y un pájaro, para que en cada cuadro aparezcan ambos elementos. El motivo a pintar ha sido ampliado en fotocopiadora hasta conseguir el tamaño apropiado al soporte. Luego se ha pasado al azulejo mediante papel de calco y posteriormente se le ha ido aplicando el colorido.
Una fase complicada
Ésta es la fase más complicada y difícil del proyecto, ya que los esmaltes cerámicos –llamados vitrificables– necesitan un tratamiento especial. Normalmente vienen en polvo, que hay que mezclar con aceite serigráfico hasta conseguir la densidad apropiada. Luego se aplican diluyéndolos con agua y su utilización es muy similar a la de la acuarela. Es decir, no se admiten capas espesas de esmalte que al cocerse se retraerían formando grumos muy desagradables, pues el azulejo no absorbe nada de pintura. No existe tampoco el color blanco pues, en su caso, se deja sin pintar el blanco del mismo azulejo.
La mecánica adecuada es ir depositando sobre el soporte capas muy diluidas de los diferentes colores hasta lograr el grado de saturación cromática que se desea. Estos esmaltes tienen de bueno que es posible mezclarlos entre sí para obtener colores secundarios, aunque existe una amplia gama cromática.
Otro aspecto que ofrece a los alumnos seguridad y les ayuda a la desinhibición es que, si se equivocan en alguna mezcla o tono, basta con coger un trapo húmedo, borrar la zona errónea y comenzar de nuevo. Así tantas veces como haga falta.
En el horno
Una vez acabada la decoración de los azulejos, se meten al horno de cerámica y se cuecen a una temperatura de alrededor de 800º. Una cocción de este tipo puede durar alrededor de unas cinco horas, pero para que el horno se enfríe se necesita un día entero. Los resultados son verdaderamente gratificantes.
Y ahora llega la fase final: el montaje de los cuadros propiamente dichos. Hemos usado tableros de aglomerado que los mismos alumnos han estado cortando, encolando y clavando a los bordes del aglomerado para conseguir una enmarcación de tipo casero, económica y de gran valor pedagógico.
Es importante en todo momento resaltar el valor de lo que está hecho a mano. También ayuda siempre dar más valor al proceso que a los resultados.
Estas obras son y serán en el día a día y durante largos años un motivo de orgullo para sus autores que, cuando comenzaron el trabajo, ni siquiera suponían que serían capaces de obtener tal nivel de resultados. Ahora se sienten satisfechos y rebosantes por ello. La superación personal –lo han podido comprobar claramente– es siempre una fuente de alegría.
El montaje final de los azulejos
Los azulejos se pegan de dos en dos –pez abajo y pájaro arriba– sobre los cuadros, con silicona. El resultado son unos 15 cuadros realizados por los mismos alumnos en todas y cada una de las fases del proceso, que posteriormente, tras una exposición en el mismo centro, quedarán colgados de forma definitiva en los pasillos del instituto, adornando y embelleciendo nuestro entorno escolar.
De esta forma hemos conseguido montar en el Salzillo un auténtico museo pedagógico, en el que artistas como Velázquez, Picasso, Matisse, Braque, Juan Gris o Ramón Gaya están dignamente representados.
Ignacio GARCÍA GARCÍA
IES “Francisco Salzillo”
Alcantarilla (Murcia)
