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"El ciberacoso puede ser más grave que el tradicional"

Peter Smith es director de la Unidad de estudios relacionados con la familia y la escuela del Goldsmith College (Universidad de Londres). Especialista en un nuevo tipo de acoso, que él bautizó como cyberbullying ("ciberacoso"), habló en el Congreso Convivencia y Escuela, celebrado en Palma de Mallorca, sobre la naturaleza y extensión del nuevo fenómeno. Allí le entrevistó MAGISTERIO.
Jueves, 26 de octubre de 2006
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¿Qué es el «ciberacoso»?

El acoso es una forma de maltrato basado en un desequilibrio de poder. Se puede definir como un abuso de poder sistemático. Al principio sólo se consideraba así el que se hacía cara a cara, pero luego se incluyeron las que utilizaban a una tercera persona, o las que atacaban las relaciones entre alguien y sus compañeros. En los últimos años ha surgido de forma «natural» –ya que estos aparatos forman parte de su vida diaria– el «ciberacoso», donde la agresión se produce a través de medios informáticos: móvil e internet.

 

¿Cómo se produce?

A través de mensajes de texto o llamadas en el móvil, a través de correos electrónicos y chats, con vídeos y fotografías, o a través de páginas de internet. Sus características son la invisibilidad del acosador, la amplitud de la audiencia y que el acosado no puede esconderse.

 

Recuerdo que no hace mucho tiempo comenzaron a salir en los medios de comunicación casos de grabaciones de maltrato entre alumnos colgados en internet. El más famoso fue el de una alumna disminuída a la que daban collejas…

Es claramente bullying. No sólo el hecho en sí (los golpes), sino grabarlo y difundirlo. Contiene todos los elementos del acoso: es degradante, hiriente, y provoca un daño a la víctima. Hay que crear la conciencia de que esto provoca el mismo daño que el acoso tradicional, y que tiene un impacto muy negativo en los alumnos.

 

Los responsables de Educación normalmente echan balones fuera cuando se da un caso de acoso grave fuera de la escuela. El «ciberacoso» se suele producir fuera de la escuela, pero ¿compete a la escuela?

Sí, ocurre fuera. Pero también ocurre en la escuela, y entre los propios escolares. El «ciberacoso» tiene su origen en las malas relaciones dentro de la escuela, y se soluciona dentro de la escuela.

 

¿Se da el caso de alumnos acosados que, como respuesta, «ciberacosen», ya que en ese campo las fuerzas pueden estar más igualadas?

Todavía no hay suficientes evidencias que confirmen esto. No necesariamente el acosador es más fuerte, como en el caso del acosador psicológico, que también puede ser «ciberacosador», y donde la víctima física lo es también virtual. Uno de los problemas es que es muy difícil defenderse contra este acoso: se produce en la inteimidad del hogar, incluso de la habitación, y para cortarlo hay que contar con la colaboración de los proveedores de internet o móviles.

 

Ha dicho en la conferencia que el ciberacoso individual es el más dañino. ¿Por qué?

En mis estudios, los alumnos lo califican como el tipo más dañino de las diferentes formas de bullying, incluso contando el tradicional. Hay un tráfico de vídeos electrónicos, la humillación se ve repetida una y otra vez, y además tiene una enorme repercusión y alcance si se cuelga en internet.

 

¿Qué puede hacer un padre si detecta que su hijo lo sufre?

La brecha digital es un hecho, y padres y profesores desconocen muchas veces el mundo virtual. Los adultos son menos prácticos. Quizás esta formación debería formar parte de un programa para padres.

 

La brecha digital también se nota cuando la víctima es el profesor: muchas veces llevan meses insultándolo cuando se entera.

No hemos hecho investigaciones exhaustivas, pero sí que hemos detectado páginas web donde algunos alumnos machacan a un profesor. Es difícil que un docente pueda hacer nada, salvo pedir al servidor que quite los comentarios vejatorios. Pero es una buena pregunta, y es difícil ponerle coto: quizás incidiendo en programas preventivos en la escuela.

 

Hay una discusión sobre si el bullying es un fenómeno nuevo o viejo. ¿Ha crecido en los últimos tiempos?

Es una pregunta difícil de contestar, llevamos investigando el fenómeno sólo 20 años. Desde luego, ha sido algo frecuente en todos los tiempos. por ejemplo, hay una novela inglesa de 1850 en el que se describen una serie de comportamientos escolares que se consideran la piedra fundacional del bullying.

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