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"En casa muchos chavales pasan solos tiempos importantes"

Catedrático de Sociología en la Universidad de Deusto, Javier Elzo realiza informes sobre la juventud española desde 1989 con la Fundación Santa María. En su último trabajo publicado este investigador indaga sobre los jóvenes y la felicidad.
Miércoles, 29 de noviembre de 2006
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Cuánto han cambiado los jóvenes de  hoy respecto a los jóvenes de ayer, ¿no?
En mi generación la sociedad estaba mucho más cerrada y estaba delimitado por la familia en la que había nacido. Si era de una familia media alta el chico sabía que iría a la universidad. ¿Quién hacía Bachillerato en Gipúzcoa? El que tenía dinero y podía ir a un instituto privado. Yo, por ejemplo, que era de una familia media lo hice por libre, pero me examinaba oralmente en dos días de todo. Eso es impensable hacerlo hoy en día.

¿Los adolescentes tienen hoy más fácil la vida que entonces?
No. Porque la sociedad es mucho más abierta. Como te decía, un joven de mi generación tenía una cierta seguridad porque sabía lo que le esperaba, mientras que hoy las posibilidades de un joven son infinitamente mayores y, por tanto, la incertidumbre ante la vida es mucho mayor también.

¿Y cuál es el papel de los padres hoy?

Pues quizá es mucho más importante que el de entonces porque antes era toda la sociedad la que de alguna manera educaba. En mi casa junto a mis padres en el pueblo estaba mi abuela y una tía. Nos educaba todo el pueblo, la catequesis, la acción católica… Todo eso hoy en día está más disperso y si antes la enseñanza tenía un prestigio (la figura del maestro de escuela es algo a recuperar), hoy trabajan el padre y la madre y hay muchas familias mononucleares. Yo he hecho cosas con mis hijos que mis padres no han hecho conmigo, como cambiar pañales…

¿Qué edad tienen sus hijos?

Pues ahora ya son mayores. Tienen 23 y 21 años. El mayor acaba de terminar la carrera y  mi hija estudia Físicas. Tanto mi mujer como yo hemos estado más encima de nuestros hijos de lo que mis padres estuvieron encima de mí.

¿Los jóvenes se esfuerzan menos aún teniendo más?
Hay de todo, pero el grupo que más preocupa es el de jóvenes entre 13 y 20 años. Están creciendo en un contexto muy distinto, cambiante y lo hacen solos. Tienen más cosas, más apoyo institucional, internet, etc., pero están más solos que nunca… En casa muchos chavales pasan solos tiempos muy importantes para ellos.

Y esa soledad es mala…
Es mala porque no pueden hacer otra cosa que ver la televisión, chatear o   ver las cosas que les distraen sin ningún tipo de criterio.

¿Cómo encaja eso en la trasmisión de valores? ¿Por qué valoran tanto el hedonismo, el vivir el día a día al máximo?

Eso se lo hemos dado nosotros porque los jóvenes no son más que una masa informe de carne –dicho así brutalmente–,  con un cerebro, un corazón y una capacidad de ser más. Ese niño será lo que sea en función de la Educación que se le de. El chaval será hedonista si se le hace hedonista.

¿Y cómo se le hace hedonista?

Pues diciéndole sí a todo, por ejemplo. Si tu a un chaval para que se calle le das el chupete sin más, no le estimulas desde pequeño nada. Si hay dos hermanos, el mayor tiene que  ayudar al pequeño. Y hay que enseñarles igualmente que las camas no se hacen solas, que la mesa no se pone sola…

¿En eso tiene que educar el hogar o el colegio?
Lo esencial de hacer de un niño un adulto se juega en el acompañamiento a los jóvenes, en el recreo o el patio escolar más que en las aulas, máxime en un momento en que la enseñanza está organizada en torno a la trasmisión de conocimientos, incluso en la universidad. Se examina a los jóvenes de los conocimientos que retienen y los resultados que obtienen. Eso no es Educación. Es sólo trasmisión de conocimientos.

¿Cómo ve que se implante en la escuela la materia de Educación para la Ciudadanía?

Soy bastante escéptico ante eso y hubiera preferido el modelo de trasmisión de valores desde la transversalidad: la Biología, la Religión bien dada, etc.. Que haya tantas chinitas ante la asignatura de Religión por razones ideológicas y se quiera imponer Educación para la Ciudadanía me deja frío.

¿Cómo debería hacerse esa transmisión de valores?
Mostrando, razonando, tomando al alumno por adulto… Porque si quieres meter una cosa a un alumno con calzador, lo puedes hacer cuando tiene seis, siete u ocho años, pero si ese alumno al crecer percibe que le han impuesto con calzador una serie de ideas políticas, religiosas, etc., las va a acabar rechazando. Seguro. Creo que tiene que haber una Educación en valores pero en el sentido de mostrar la importancia que tiene el sentido de la justicia, la democracia, la trascendencia…

¿Cómo explicar la trascendencia?
Hay que abordar el tema de la trascendencia y de la Religión con otros parámetros. Se requiere introducir la dimensión religiosa en la escuela pública como ya hizo Francia, por ejemplo. En España sería muy bueno que hubiera una cátedra conjunta donde la enseñanza religiosa no apareciera como algo opuesto a Educación para la Ciudadanía. Hay que dar respuestas a los jóvenes sobre  el porqué hay que ser justos y no injustos, o el porqué tienen que hacer el bien y no el mal.  Eso sí le interesa a los jóvenes y tiene que estar en los centros escolares.


Cuidar a los hijos: cuestión de Estado

Los padres deben encontrar tiempos de calidad para estar con sus hijos. Que nos les dediquen las sobras de tiempo porque a las ocho de la tarde, cuando padres e hijos están cansados, no puede haber un tiempo de calidad.  Se que es más fácil decirlo que llevarlo a la práctica y por eso creo que es un tema de Estado. Nadie va a educar mejor a sus hijos que sus padres por eso el Estado tiene que conciliar los tiempos de trabajo y de vida familiar.
Las madres, que llevan nueve meses en el vientre a sus hijos, va a dedicar siempre más tiempo a sus hijos –y que no me malinterpreten–. No es sólo dar dinero. Es fundamental que al niño le cambien los pañales sus padres y que la hora de la cena o cuando lo vayan a acostar lo acuesten su padre o su madre. Eso es fundamental e insustituible en la medida en que se pueda.
Es fundamental que el fin de semana pasen tiempo juntos. Y cuando sean adolescentes todo pasa porque pasen comida juntos, no para abroncar al hijo sino para compartir la vida con los hijos. Esa es la Educación: convivir con ellos.
El abuelo puede ser un complemento muy importante de la Educación de los hijos siempre que no sea un sustituto de los padres porque el abuelo puede en un momento dado aliviar tensiones, da una memoria histórica y suele estar más tranquilo que los padres.
Niños y abuelos tienen ritmos similares y creo en el contacto físico. En la caricia, el beso.


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