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La Universidad se come el dinero de la Educación no universitaria

No es que sea culpa de la Universidad (al menos, no toda), pero lo cierto es que, mientras que la enseñanza universitaria obtiene fondos proporcionales a su alumnado, la no universitaria no.
Viernes, 3 de noviembre de 2006
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Al principio es sólo curioso. Por un lado, el gasto en Educación es similar en todas las comunidades autónomas: reciben por habitante, y gastan por habitante. Por otro, el gasto en Educación universitaria es proporcional al porcentaje de población que tienen en la universidad o, lo que es más o menos lo mismo, al número de universitarios que estudian en esa comunidad.
El problema es que si tenemos fijados ambos términos (y están fijados desde antes de las transferencias de Educación del 2000), el variable es el gasto en Educación no universitaria. O, lo que es lo mismo, allí donde haya más universitarios, la Educación no universitaria recibirá menos dinero.
En los extremos se ve claro: Madrid escolariza a la mayor proporción de universitarios (4,18% de la población son estudiantes universitarios), y es la que menos gasta en Educación no universitaria (464 euros por habitante en 2004) –y eso que el porcentaje de población que está matriculada en Educación no universitaria es la misma que la media española.
En el otro extremo, Baleares o Castilla-La Mancha. Ambas tienen pocos universitarios proporcionalmente (menos del 2%), y pueden gastar más en Educación no universitaria. O podrían: no aprovechan demasiado la circunstancia.
Naturalmente, Madrid escolariza a muchos universitarios de Baleares y Castilla-La Mancha, pero no recibe compensación por ello. Resultado: lo pagan los madrileños escolarizados en Educación no universitaria.
Prescindiendo de los extremos, este hecho se repite en todas las comunidades. Por ejemplo, la correlación entre alumnos universitarios y gasto universitario es relativamente alta, 0,53 (R2). La correlación entre gasto no universitario y alumnos en no universitaria es muy baja, 0,12.
Es decir, todas las comunidades tienden a repetir el patrón: el gasto no universitario no depende de las necesidades, sino que es automático, heredado, nada creativo. Es un gasto, no una inversión, salvo en contadas excepciones. Razones: inercia política, capacidad de presión de los rectores, escasa defensa de la Educación no universitaria… Por poner ejemplos.
 
  Relación entre el gasto en Ed. no universitaria y el % de población universitaria, por CCAA 
El gasto en Educación es bastante similar entre las comunidades autónomas. La variación es algo mayor cuando se separa el gasto en Educación no universitaria del gasto en Educación universitaria. Entonces, las variaciones son mayores. El problema es que, como el gasto en Educación universitaria es proporcional al número de alumnos universitarios, aquellas comunidades que escolarizan a más universitarios gastan menos en la Educación no universitaria. Como se ve en el gráfico, cuanto más crece la barra de la izquierda (% de población en la universidad) más decrece la barra oscura (gasto en Educación no universitaria), mientras que la barra clara de la derecha más crece.
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