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Concapa presenta alternativa a Educación para la Ciudadanía

El rechazo social a Educación para la Ciudadanía continua desde distintos foros. Tras la Plataforma nacida para ayudar a los padres a objetar Educación para la Ciudadanía ahora Concapa presenta un texto alternativo.
Viernes, 1 de diciembre de 2006
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Que se escuche a la sociedad y que nazca con consenso son peticiones de padres y profesores para que la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía sea una realidad en los centros y no se quede en papel mojado porque ni familias ni profesores se impliquen con la materia. Y es que a pesar de los intentos de los responsables del Ministerio de Educación por tratar de explicar que no se trata de una materia impuesta por el Gobierno, la sensación generalizada entre parte de la comunidad educativa es que la aparición en los currículos de mínimos de la nueva asignatura se debe más a razones ideológicas que a motivos pedagógicos.
Filósofos, escritores, columnistas, rectores, académicos… se han pronunciado sobre el asunto a través de diversos foros y de los medios de comunicación alimentando un debate que confunde a buena parte de la sociedad, exponiendo argumentos a favor y en contra de la materia. Incluso se han pronunciado los obispos en torno a si debe no no ser la nueva materia una alternativa a la Religión y la semana pasada se celebraron en todas las provincias manifestaciones bajo el lema de novillada.org que  no han contribuido a calmar los ánimos precisamente. Así, mientras representantes del propio Ministerio de Educación se reunían en Santiago de Compostela para tratar el asunto con los Movimientos de Renovación Pedagógica y reafirmarse en la necesidad de la asignatura y sus postulados, desde la Confederación de APAS Concapa, se sigue considerando que esta materia es innecesaria por su contenido, pero también por la necesidad de mejora de nuestro sistema educativo en las denominadas materias instrumentales.
No obstante, según el presidente de esta organización de padres, Luis Carbonel, “habiendo sido impuesta e incluida en la ley, y mientras existan posibilidades, mantendremos abierta una vía de diálogo con el MEC, asumiendo las responsabilidades que nos corresponden en la Educación y formación de nuestros hijos”.
Carbonel se refiere así a un texto alternativo de los contenidos que debería tratar la materia que presentaron la semana pasada en Madrid y al que ya se han adherido otras organizaciones como la patronal CECE, la organización de profesores APS o los estudiantes de UDE.
La propuesta parte de que “para alcanzar la ciudadanía, previamente se debe definir un concepto de persona. La propuesta olvida la existencia de una antropología de fondo, sin la cual no podemos hablar de conceptos como capacidades emocionales o sentido crítico, entre otros. Las capacidades no se desarrollan aisladamente, sino como ámbitos o dimensiones de la persona”, señalan.
En cuanto a lo afectivo-emocional, que según Concapa “es una constante del texto, como si la madurez o la formación integral lo fueran en este único aspecto”, Concapa echa en falta referencia a valores como la inteligencia, la voluntad o la razón. Asimismo “no se puede pretender la autonomía de los alumnos olvidando que ésta es inalcanzable sin capacidad de juicio, sin madurez, sin una teoría de la ciudadanía construida sobre la base de la verdad, la responsabilidad y la justicia” dice.
Para Carbonel también es grave que “en lo formal el texto ministerial no separe con claridad contenidos, actitudes y procedimientos. Unos y otros se entremezclan incluso en los criterios de evaluación”, dice.


El MEC apoya a MRP

La Confederación Estatal de Movimientos de Renovación Pedagógica (MRP) contó en Santiago de Compostela con el apoyo de representantes del Ministerio de Educación en un foro sobre el currículo de la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos. Entre las conclusiones, los firmantes destacaron que la Educación ciudadana es un derecho básico y un deber inalienable dentro de cualquier sociedad democrática; que la Educación democrática y cívica implica la necesidad de vivir la democracia tanto en los centros como en todos los ámbitos de la vida; que más allá de concepciones sectarias e interesadas, que tienden a confundir lo público con lo privado, reivindican el derecho de cualquier sociedad democrática a educar a su ciudadanía en los principios éticos y morales en que sustentan, desde la laicidad y el respeto a y entre todas las opciones afectivas, familiares y personales.


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