Conociendo otras culturas hacia un mundo más solidario

La profesora de Educación Física Fátima Ortiz nos cuenta la semana intercultural que celebró su centro, el CEIP "Miguel Hernández" de Granada, con objeto de conseguir un mundo más justo, humano y solidario. Cinco días para enriquecerse con las diez nacionalidades distintas de los alumnos del colegio
Miércoles, 7 de marzo de 2007
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Autor: Zaida PÉREZ DE ARANDA

Esta semana intercultural surgió a partir de la reflexión de la realidad del CEIP “Miguel Hernández”, donde hay niños procedentes de por lo menos diez nacionalidades distintas (Marruecos, Colombia, Argentina, Perú, Pakistán, Palestina, Siria, Ecuador, Irán, Lituania y Rumanía). La comunidad educativa y los profesores consideran muy beneficiosa esta diversidad cultural porque permite conocer diferentes formas de vida, costumbres diversas, además de adquirir valores (tolerancia, respeto, solidaridad, cooperación, etc.).

La semana intercultural resultó todo un lugar de encuentro donde se cruzaron los diversos modelos culturales y un espacio privilegiado donde, frente a las desigualdades, se ofrecía la posibilidad de reconocer la igualdad y la diferencia como fuente de enriquecimiento y no de separación o disgregación. No en vano, su objetivo no era otro que tratar de conseguir un mundo más justo, humano y solidario desde el ámbito de los educadores y maestros.

La duración de la actividad fue de cinco días. Cada día se le dedicó a un país, algunos elegidos por ser los que mayor representación de alumnado tenían en el centro, ejemplo de ello es Marruecos y Argentina, y otros seleccionados de forma aleatoria. Así, la distribución fue la siguiente: lunes, Marruecos; martes, Argentina; miércoles, Pakistán; jueves, Colombia, y el viernes se llevó a cabo una convivencia con los padres y madres de todo el alumnado.

También se organizaron los siguientes talleres: pintar con henna, teñir camisetas, construir instrumentos típicos de diferentes países, globoflexia, papiroflexia y reciclaje de papel. Los grupos para los talleres y juegos estaban formados por niños de 6 a 12 años (es decir, de Educación Primaria). En cada taller había dos maestros, excepto en el de henna, en el que participaron dos madres. Los juegos fueron seleccionados según la cultura de cada país (explicados por los propios padres y madres que llevaban a cabo la charla). Además, hubo un maestro encargado de pasar por los diferentes talleres para asegurar que todo marchaba correctamente, que no faltaba material, etc. Los alumnos, por su parte, iban rotando por los diferentes juegos y talleres a lo largo de la semana.

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