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Los Príncipes apoyan un plan de alfabetización para Iberoamérica

Don Felipe cifró en 3.100 millones de euros la ayuda para formar a 34 millones de personas y recordó el apoyo de la Corona a los programas de Educación de Adultos en Iberoamérica
Miércoles, 21 de marzo de 2007
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Autor: Adrián ARCOS

“Sólo las personas que han recibido Educación son libres”, afirmaba ya en el siglo I el filósofo estoico Epícteto. A día de hoy esa libertad sólo es privilegio de una minoría en muchos países. Iberoamérica es buen ejemplo de ello, donde la Educación es prácticamente inalcanzable para los colectivos más marginados: mujeres, indígenas y campesinos.
Con la intención de paliar esta situación se presentó el pasado día 14 de marzo en la Casa de América, en Madrid, el Plan Iberoamericano de Alfabetización, que fue acordado ya en la Cumbre de Salamanca de 2005. El acto contó con la asistencia de los  Príncipes de Asturias.
En su intervención, el Príncipe Felipe cifró en 3.100 millones de euros los recursos necesarios para intentar erradicar el analfabetismo en Iberoamérica de aquí a 2015. Y no es cosa de pocos, porque son 34 millones las personas que actualmente no saben leer ni escribir en la región.

Programas Paeba

Don Felipe recordó el apoyo de la Corona a los Programas de Alfabetización y Educación Básica de Adultos (Paeba) desde su creación en 1992, y que actualmente tienen implantados varias naciones como El Salvador, República Dominicana, Nicaragua o Paraguay.
“Gracias a estos Programas, sus participantes no sólo reciben los rudimentos educativos, sino que alcanzan un nivel básico, que les permite aprovechar las oportunidades que ofrece la región”, señaló el Príncipe.
“Qué enorme satisfacción será llegar al 2015 y sentirnos orgullosos por los resultados de nuestro esfuerzo presente; qué maravilloso será constatar que esta apuesta será juzgada como uno de nuestros principales éxitos comunes”, concluyó el heredero de la Corona.
Sin embargo, las expectativas no son tan alentadoras para todos. La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, recordó que, “según la Unesco, al menos 13 países iberoamericanos corren el riesgo de no alcanzar los objetivos de Educación Primaria Universal en 2015”.

Cooperación española

Pajín puso también de manifiesto que entre 1998 y 2003 menos del 3% de la ayuda al desarrollo global fue destinada a la Educación. Frente a esta situación, resaltó que “en España la Educación fue el sector que más ayuda recibió en 2005, 174 millones, de los que 70 fueron para América Latina”.
Álvaro Marchesi, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos, llamó la atención de todos los congregados al considerar al plan “no como una acción benevolente, sino como reparación de una gran injusticia histórica de la que todos nosotros somos responsables”. Añadió que Iberoamérica no nos es ajena, ya que “incluso aquí cerca, en la Comunidad de Madrid, hay cerca de 50.000 analfabetos”.
La ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, dejó entrever en su intervención algunas líneas del sistema educativo español como modelos a seguir por la comunidad iberoamericana. Ofreció a las demás instituciones responsables del plan “la rica experiencia educativa de España” y destacó los “grandes avances en la alfabetización de adultos” que aquí se han llevado a cabo.


“No quiero que pasen por lo que yo”

Una persona marcada por la pobreza a la que, de repente, le cambia la vida gracias a la Educación. Cruz del Carmen es una mujer de 33 años procedente de León (Nicaragua). A los 16 años se quedó embarazada y tuvo que dejar sus estudios para comenzar a trabajar.
Algún tiempo después, le pasaría lo que calificó como la peor desgracia de su vida. Su suegra, con la que vivía, cedió la propiedad de su casa por engaño y, al morir ésta, Cruz del Carmen y su familia quedaron desahuciadas. “Nos fuimos a vivir a un parque público hasta que el alcalde nos cedió un terreno donde construimos una casa de plástico y latas”, explicó ella.
A partir de ahí su historia da un giro radical. Dos promotoras del Paeba se acercaron un día a su casa y la convencieron para que estudiara. Comenzó así a asistir a clase y a compaginarlo con la dedicación a sus seis hijos. “Pero lo superé, lo que me trajo estabilidad emocional ”, apuntó.
Le ofrecieron después participar en cursos de formación profesional y se decantó por el esteticismo. Cruz del Carmen posee ahora su propia microempresa con la que puede mantener a sus hijos. “Ahora ellos van a la escuela, no quiero que pasen por lo que yo”, afirmó, a la vez que pidió seguir apoyando proyectos que “mejoran nuestras vidas y dignifican a nuestras familias”.


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