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Obligan a un docente a quitarse un piercing para dar clase

Un joven profesor de música en prácticas ha sido inhabilitado para dar clases en el colegio "Santo Rosario" de la localidad granadina de Motril. El motivo no es otro que no ceder ante una petición del centro para que se quitase un piercing.
Miércoles, 13 de junio de 2007
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Francisco Prados, un profesor de 25 años, ya no podrá seguir con sus prácticas en el colegio concertado donde las había iniciado. La dirección le obligó a que se quitara un piercing que lleva en la ceja izquierda desde hace cinco años, pero el joven no aceptó y dejó de impartir su asignatura de música en el centro.
Prados no forma parte de la plantilla de docentes de la Junta, sino que obtuvo las prácticas a través de la Mancomunidad de Municipios de Motril. Cuando llevaba dos semanas trabajando allí, la jefa de estudios del centro le informó de que estaba prohibido que un profesor llevara piercing, a lo que Prados hizo caso omiso.
Más tarde Sor Pilar, directora del centro, le advirtió de que no podría dar clase así. El joven propuso entonces encargarse de dar una charla informativa a sus alumnos sobre el motivo por el que lo llevaba y explicarles que lo hizo en su momento por ser mayor de edad, pero la dirección del centro concertado no lo aceptó.
Desde ahí todo han sido quejas, acusaciones y lamentaciones. Por este motivo Antonio Lara, delegado de Educación de la Junta en Granada, aclaró que la Administración mediará en el conflicto y que “se buscará un punto de encuentro en beneficio de los alumnos”. También explicó que hay que respetar las normas de convivencia y de estancia educativa de cada centro ya que han sido elaboradas a partir del consenso. Además, los reglamentos deben ser cumplidos para no generar conflictos.
Por otro lado, la opinión de Juan Martínez, responsable de colegios concertados de CCOO, es que no se justifica en ningún sitio que alguien pueda ser represaliado por llevar un piercing.
La Asociación de Padres del centro respalda a la dirección y se muestra indignada con el docente. Las familias de los alumnos aseguran que el colegio no le echó del centro, sino que simplemente le invitó a que se quitara el piercing. Ellos eligieron ese colegio (de gran prestigio por la zona) por las normas y valores que inculcan a sus hijos. Es más, los escolares van uniformados a clase, por lo que resulta evidente que allí la imagen es importante.

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