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Pocos cambios en el Bachillerato tras pasar por el Consejo Escolar

El borrador del nuevo Bachillerato pasó fugazmente por el Consejo Escolar del Estado, que aprobó enmiendas como la recuperación del cero pero no propuso ningún cambio al sistema de promoción de curso.
Martes, 26 de junio de 2007
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El borrador del decreto que desarrolla el nuevo Bachillerato pasó el 19 de junio el trámite de su presentación y debate ante la comisión permanente del Consejo Escolar del Estado. Fue una reunión breve en la que las diferentes personalidades aprobaron algunas en-miendas a este reglamento, como la recuperación del cero para las notas y la oferta de una materia de Informática como optativa en el primer curso de Bachillerato.
El Consejo no aprobó, sin embargo, ninguna modificación para la principal novedad de este borrador y que ya suscitó tanta polémica cuando se presentó a la opinión pública. Se trata del  famoso sistema de promoción, en el que el alumno que supere más de la mitad de materias del primer curso –un 55%– repite únicamente las que no haya aprobado y completa la matrícula con asignaturas de segundo. Sin embargo, el texto pretende dejar claro que sólo promocionarán los alumnos que “hayan superado todas las materias cursadas o tengan evaluación negativa en dos materias como máximo”. El tiempo que se establece para cursar Bachillerato “en régimen ordinario” es de cuatro años.
Tampoco se presentaron enmiendas a la introducción de nuevas asignaturas comunes que también generaron cierta controversia, como es el caso de Ciencias para el Mundo Contemporáneo y de Filosofía y Ciudadanía. Las materias optativas son reguladas por las administraciones educativas, de forma que el alumno pueda elegir también como optativa al menos una materia de modalidad.

El currículo

En cuanto al currículo del Bachillerato se propone que las autonomías establezcan las enseñanzas mínimas que requerirán el 65% de los horarios escolares o el 55% en aquellas comunidades con lengua cooficial. El currículo será completado y desarrollado por los centros docentes, según los planteamientos de la LOE, que les otorga “un papel activo que responde al principio de autonomía pedagógica de organización y de gestión para dar respuesta a la realidad educativa de cada centro”.
El Bachillerato se divide en las modalidades de Artes, Ciencias y Tecnología y Humanidades y Ciencias Sociales, todas con estructura fija salvo Artes, que se organiza en dos vías –una de Artes Plásticas, Diseño e Imagen y otra de Artes Escénicas, Música y Danza–. Según el borrador, “los centros ofrecerán todas las materias y sólo se podrá limitar su elección cuando haya un número insuficiente de alumnos”. Además, cuando la oferta queda limitada por razones administrativas, las autonomías tienen que ofrecer la posibilidad de cursar esa asignatura mediante Educación a distancia o en otros centros.

Evaluación en Religión

El documento también proyecta que el sistema de evaluación de la Religión Católica se realice en los mismos términos y efectos que los de otras materias. Sin embargo, las calificaciones “no se computarán en la obtención de la nota media a efectos de acceso a la Universidad ni en las convocatorias para la obtención de becas y ayudas al estudio”.
Además, la propuesta insta, por un lado, a las administraciones regionales a que puedan autorizar que una parte de las materias se impartan en lenguas extranjeras. Por otro lado, pretende que el MEC establezca el régimen de convalidaciones entre materias del Bachillerato y asignaturas de las enseñanzas profesionales de música y danza.


A favor del cero

La comisión permenente del Consejo Escolar del Estado aprobó una enmienda al borrador del decreto del nuevo Bachillerato, en la que propone al MEC que se recupere la calificación de cero en las notas de la etapa. El Consejo reivindica que, en coherencia con la escala numérica usada en España, que va de cero al diez, sea posible imponer la calificación más baja de la escala a los estudiantes que no hacen nada o dejan de ir a clase. Ahora, el borrador de reglamento del Bachillerato establece que los resultados de la evaluación se expresan mediante calificaciones numéricas de uno a diez sin decimales, considerándose negativas las inferiores a cinco.
En Primaria y ESO, el MEC había argumentado que no era necesario utilizar el cero porque, al tratarse de una etapa obligatoria, la situación de absentismo continuado no tiene reflejo en las notas al conllevar la pérdida de la escolaridad. En el caso del Bachillerato, al tratarse de una etapa postobligatoria, sí es posible faltar a clase, lo que no acarrea la pérdida del derecho de asistencia.


Los fundamentos de Filosofía y Ciudadanía

Con el desarrollo de la LOE y la consiguiente propuesta del nuevo Bachillerato ha aparecido un nuevo panorama de asignaturas, algunas de ellas rodeadas de polémica. La Ética de 4º de ESO pasa a denominarse Educación ético-cívica, la Filosofía de 1º de Bachillerato se ve trocada por Filosofía y Ciudadanía y la Historia de la Filosofía, al parecer, se queda como está. A éstas hay que unirle el debut de Educación para la Ciudadanía.
En el caso de Filosofía y Ciudadanía, el decreto del nuevo Bachillerato en su Anexo I la configura con un doble planteamiento. Por un lado, pretende ser una introducción a la filosofía y a la reflexión filosófica;. Por otro, y continuando el estudio de la ciudadanía planteado en la etapa obligatoria, pretende retomar lo que es la ciudadanía y reflexionar sobre su fundamentación filosófica.
La primera parte trata sobre el saber filosófico y las distintas concepciones del ser humano. Después se abre paso a la fundamentación de la ciudadanía, la segunda parte de la materia. Según el borrador del Bachillerato, “se trata ahora de que los alumnos puedan razonar y profundizar conceptualmente en las bases que constituyen la sociedad democrática”. Destaca el documento que “esa reflexión filosófica sobre la ciudadanía debe tener una orientación interdisciplinar para poder describir y fundamentar adecuadamente los roles de oficio de ciudadano y las dimensiones fundamentales de la ciudadanía”. Incorporará también teorías éticas, sociología, ciencias económicas y teorías políticas con origen en el individualismo, el liberalismo, el socialismo y el personalismo.
Uno de los aspectos característicos de la materia es “la extensión de los valores y planteamientos de lo que es la ciudadanía a todos los ámbitos y actividades del centro escolar”. De esta forma, se presenta no sólo como una asignatura teórica, sino que “debe plantearse desde una dimensión globalizadora y práctica, tratando de extender a la vida diaria de los centros el concepto de ciudadanía y el ejercicio práctico de la democracia”. La materia se presenta, por tanto, como “un estímulo de la participación y el compromiso para que los alumnos se ejerciten como ciudadanos responsables tanto en el centro como en el entorno social”.


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