Segregación

Todos recordamos el argumento de la entonces responsable de Educación del PSOE, Carmen Chacón, contra los itinerarios a partir de los 15 años: “son segregadores”. Nada importaba que en más de la mitad de los países de la UE la separación de los alumnos en diversas vías se produjese preferentemente a los 15 años –en Alemania o Austria a los 10, en Holanda a los 12 años, por poner los ejemplos más extremos–, pues la coletilla saltó a la fama y se quedó unida a los itinerarios de la LOCE, aunque nunca entraran en vigor.
Lo que vino después es bien conocido: el gobierno de Zapatero paralizó la LOCE en el segundo consejo de ministros de la legislatura, la Logse siguió unos años más en vigor, y fue sustituida por la LOE –aprobada el mismo día en que la ministra Sansegundo era cesada–, y todo siguió igual.
Unos años después continuamos “siguiendo igual”: desde 2002, la tasa de abandono educativo temprano –los alumnos entre 18 y 24 años que no han obtenido el título de Secundaria superior y que no están estudiando– en 2006 se encuentra estancada alrededor del 30%.
El problema es que, mientras España lleva aumentando la tasa o permanece estancada más de un lustro, el resto de países consiguen disminuirla. Como resultado, España se ha quedado en el tercer lugar de Europa de este ranking negativo, sólo superado por potencias del calibre de Malta y Portugal, países que partían de una situación mucho peor que la española.
En la tabla adjunta se puede ver que hay dos países –tres con Turquía– por encima del 30% de abandono, dos –España e Islandia– entre el 25 y el 30% y, a mucha distancia, por debajo del 21%, se encuentra Italia y otra serie de países conocidos por su potencial económico: Letonia, Rumanía, Bulgaria, Chipre, Grecia… Todos los demás países se encuentran por debajo de la media, el 15,3%, entre los que se encuentran los más desarrollados.
Si tenemos en cuenta que la Unión Europea considera que el abandono educativo temprano es una medida de la exclusión de los sistemas educativos, al considerar “en riesgo social” a los jóvenes que no han conseguido el título de Secundaria superior (Bachillerato o FP de Grado Medio en España), se puede concluir que este indicador es una medida del grado de segregación del sistema.
Pues bien, España es en ese caso el tercer sistema educativo europeo más segregador, pues deja a casi el 30% de los alumnos fuera del objetivo europeo.

También por sexos

 Pero no acaba ahí la cosa: si en vez de ordenar por el grado de segregación social del sistema educativo, nos fijamos en la segregación por sexos en el país de la paridad, vemos que además ocupa el deshonroso tercer puesto en cuanto a discriminación: mientras que en la media europea sólo abandonan cuatro puntos más los hombres que las mujeres, en el caso de España nos vamos a 12 puntos, casi tres veces más. En España abandonan un 36% de los hombres y un 24% de las mujeres. Y eso que, según algunas interesadas lecturas de PISA, estamos en el país de la equidad en Educación.
Como dato curioso, de los cuatro países más segregadores, tres –Malta, España e Islandia– mantienen juntos a los alumnos (sin “segregarlos”) hasta los 16 años, mientras que Portugal los mantiene juntos hasta los 15 años. Naturalmente, entre los menos segregadores también los hay que mantienen a los alumnos juntos hasta los 16 años: Finlandia, Noruega, Lituania, Suecia… A ver si va a ser el frío.