Fingir una dificultad para ponerse en el lugar del otro
Un residente del CAMF elaboró una felicitación navideña que el Ayuntamiento de Guadalajara utilizó como campaña contra el consumismo. Así llegó a manos de una profesora de Educación Infantil que quiso conocer al autor de la obra y realizar un primer encuentro. Sin embargo, ante las dificultades de acceso del colegio para una persona con diversidad funcional, se decidió acercar a los niños a al centro. Una vez allí, los niños vieron cómo un entorno practicable para todos daba a los residentes las mimas oportunidades que a los demás.
Al irse los niños, las trabajadoras y la profesora se dieron cuenta de lo enriquecedora que había sido la experiencia e hicieron un boceto del programa con unas actividades para familiarizar a los más pequeños con esta realidad social y que fueran capaces de interiorizar las diferencias y educarles en valores.
Por una parte, era importante que los encuentros sucediesen en el momento en que el niño se está formando la estructura mental acerca de los temas sociales, del otro y de la diferencia, que es alrededor de los 10 años; pero también que fuese divertido. Por eso invitaron a los niños a realizar los mismos talleres que hacen los residentes con sus grúas y sillas eléctricas, simulando una dificultad para ponerse por un momento en el lugar de ellos. Así, los niños desmitifican la idea de enfermedad que se tiene sobre la diversidad funcional.
Poco a poco, el programa ha ido creciendo y hoy consiste en un encuentro de una mañana con niños de segundo ciclo de Primaria. Cuando llegan, se les explica qué es la diversidad funcional, sus causas, cómo se previene, qué son las barreras arquitectónicas y cómo un entorno hostil discrimina a estas personas. Una vez explicado el contexto, los profesores dividen a los niños en tres grupos y escriben su nombre en una tarjeta para ir identificados, haciéndoles ver la importancia de dirigirse a las personas por su nombre. A partir de ahí, cada grupo pasa por tres acividades:
• Terapia ocupacional, donde se les explica qué son las ayudas técnicas y la función del asistente personal.
• Taller de pintura en seda, en el que observan la dinámica y la técnica que utilizan los residentes y pintan un pañuelo de seda con una sola mano.
• Taller de marcapáginas, donde, con una mano, elaboran un marcapáginas con la foto de uno de los trabajos realizados y una inscripción propia.
Al terminar, los niños se llevan un marcapáginas, un cuadernillo con juegos educativos elaborado por las trabajadoras del CAMF para fijar las ideas, un pañuelo pintado entre todos para su profesor y un diploma personalizado nombrándole “aprendiz de asistente personal” por prestar sus manos de manera satisfactoria.
Antes de acabar el curso, reúnen a los profesores para evaluarse e ir adaptando el programa. Las conclusiones son que los niños que han participado viven con naturalidad la diferencia y comprenden que todos tenemos los mismos derechos a pesar de las trabas en el desarrollo de los mismos. Por ello, el 25 de enero, la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha otorgó el premio del Día de la Enseñanza al programa de las trabajadoras del CAMF, que agradecen la confianza de los profesores, la implicación de los residentes y la colaboración de la Caja de Ahorros de Guadalajara, pues han demostrado que cualquier pequeña idea crece con el apoyo de todos.
