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Superdotados: desperdicio de talento

El 98% de las personas con altas capacidades de España nunca sabrá que lo es y un 65% no terminará el colegio o lo hará con un mal expediente.
Martes, 22 de abril de 2008
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Autor: Lola Gª AJOFRÍN

En su clase la tachaban de "rara” y en su casa de “vaga”, pero nadie detectó hasta que cumplió los 16 años años lo que le pasaba a Cristina. Le gustaban los chicos mayores que ella, vestir de mayor, y se aburría tanto en el colegio que llegó a repetir curso. “Si un niño tiene el pie grande lo que hay que hacer es comprarle un zapato mayor, pero nunca cortarle el pie”, explica Marta R. De la Torre, la directora de Sapientec, una sociedad dedicada al desarrollo de técnicas para mejorar la inteligencia humana, y eso es lo que le estaba pasando a Cristina, el zapato se le quedaba pequeño y no grande.

A esa conclusión llegó Marisa, su madre, al leer una página web el pasado mes de enero, Cristina tenía las mismas características que los niños superdotados, o “de altas capacidades”, como prefiere denominarla, “lo de superdotado ya suena en sí mismo a raro”, añadió. Es inquieta, habla rápido, es muy observadora y crítica, con tendencias depresivas y aparentemente muy distraída. Todo ello, ligado al test de inteligencia que le realizaron en una asociación, confirmaron sus sospechas, el coeficiente intelectual de Cristina es superior a 130, la cifra a partir de la cual la Organización Mundial de la Salud determina que un niño posee altas capacidades y que gira en torno a 100 para el resto de ciudadanos. Esto  derterminaba que la falta de interés de Cristina era más fruto de una falta de motivación que de ganas de aprender por su parte.

En su caso, esta inteligencia infravalorada todavía está a tiempo de reconducir su trayectoria académica,  y por ello, desde el pasado 7 de abril participa en uno de los cuatro cursos que la Universidad Politécnica de Madrid, junto a Sapientec y la Asociación Española  para Superdotados y con Talento (AEST), imparten para alumnos de altas capacidades.“Con todo lo que hemos pasado, yo me conformo con que termine Bachilerato”,  lamentó su madre.  Pero una mayoría del 98% de estudiantes que desconoce su elevado coeficiente intelectual,  según la presidenta de AEST, Alicia Rodríguez, no tienen tanta suerte.  De los 300.000 superdotados que calculó en España un informe elaborado por el Centro de Investigación y Documentación Educativa del MEC,  en el año 2000,  sólo 2.648 casos estaban diagnosticados por el Ministerio de Educación, a finales de 2007. El resto, serán talentos desaprovechados por y para la sociedad. Con una consecuencia aún más grave que el simplemente hecho de no beneficiarse de los frutos de unas mentes privilegiadas, el sentimiento de incomprensión, la depresión y el fracaso escolar a los que le conduce a estos niños no saber lo que les pasa.

Si no se imparte una Educación específica para esos jóvenes “no sólo se está castrando su talento, que ya de por sí es grave, se está castrando una expectativa social de ese talento”, explicó Marta R. De la Torre. Y eso es lo que preteden estas clases, en las que los alumnos trabajan desde la mejora de las inteligencias y la adaptación a las exigencias preuniversitarias o la proyección científica universitaria a la comprensión de las Ciencias Agrarias y de las Ciencias Geológicas. Además, al final de cada curso, los estudiantes realizarán una investigación científica, que presentarán ante los medios de comunicación y que estará registrada a su nombre.

Fracaso escolar
Cuenta la fábula de Esopo que en el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, que ante todos presumía de ser la más veloz. Un día, la lenta tortuga le propuso una apuesta a la rápida liebre, comprobar quién de las dos ganaba una carrera.  La liebre aceptó el reto y confiada se echó a dormir, mientras que la tortuga, que aunque lenta se mantuvo constante, ganó la carrera.

Un 65% de los niños superdotados no termina el colegio o lo hace con notas muy bajas  y  uno de los principales motivos es que a pesar del elevado coeficiente intelectual de estos alumnos, si no reciben una Educación específica, el aburrimiento y la falta de motivación les conduce al fracaso, explicó la presidenta de AEST. “El niño con altas capacidades tiene un sistema totalmente diferente de aprendizaje, no entiende la repetición, que es el método que se utiliza para enseñar al resto de niños y posee un procesamiento de datos mucho más rápido de los conocimientos”. Por ejemplo, “no soportan las actividades repetitivas, como la caligrafía o copiar el enunciado del ejercicio, porque les resultan innecesarias”, aclaró Alicia Rodríguez, y “el problema es que esa desmotivación muchos padres la confunden con “vaguería  y en vez de apoyarlos, exigen aún más a sus hijos”, aclaró.

La modestia de las niñas
“Mamá, en clase me llaman empollona”, se lamenta la hija de Julia, de 8 años, cada vez que llega del colegio a casa. Éste es el segundo motivo de fracaso escolar de un gran número de estudiantes con altas capacidades, limitar  a propósito su crecimiento intelectual, con el único fin de no ser apartados del grupo.
 Muchos niños, “y especialmente niñas, que tienen más miedo al rechazo en esas edades”, explicó la madre de Julia, aparentan saber menos de lo que saben con el fin de ganar amigos, ser aceptado por los chicos de su edad y no despertar envidias.

Este fenómeno se conoce con el nombre de Síndrome de Pigmalión Negativo y afecta a un gran número de niños con altas capacidades. “El que no es superdotado, no puede aparentar que lo es, pero el que lo es, perfectamente puede aparentar no serlo”, explicó Marta R. De la Torre. “El problema reside en que cuando los niños descubren lo que les pasa, piensan que es algo malo, y eso es falso, todo lo contrario”, aclaró Alicia Rodríguez.

Las leyes en España
“El centro deberá adaptar su vida escolar a las necesidades del niño”. Esta sentencia del juzgado de lo contencioso administrativo número 24 de Madrid, que daban a conocer los medios de comunicación a comienzos de abril y que determinaba que un niño superdotado de Fuenlabrada pudiese realizar dos cursos cada año,  como habían solicitado sus padres, “no es la primera, ni posiblemente sea la última”, explicó la presidenta de AEST, que recordó que existen cerca de 60 sentencias ganadas de padres contra la administración. “El problema es que no todos los padres pueden permitirse ir a juicio, porque supone mucho dinero”, añadió.

El Real Decreto 943/2003, de 18 de julio, es claro al respecto, y permite acelerar los cursos hasta tres años en Primaria y Secundaria y uno más en Bachillerato, en el caso que se requiera. “El problema es que en la práctica, la mayoría no lo cumplen” aclaró Alicia Rodríguez que apuesta por que cada niño aproveche al máximo sus capacidades, “aunque eso signifique pasar de curso más rápidamente y no obligarles a compartir clase con los de su misma edad”, concluyó.

“En España se piensa que hay normales, subnormales y raros”

“El talento es un patrimonio de los pueblos”. Bajo esta premisa, la creadora de Sapientec, Marta Eugenia Rodríguez de la Torre, apuesta por una Educación especializada para los niños superdotados. De su curriculum destaca por ser investigadora desde los 13 años y licenciada en Derecho, habla inglés, francés y japonés y posee varios premios, innumerables cursos y un coeficientre intelectual de 218.

¿Cómo describiría en su caso concreto la niñez de una persona superdotada?
En España hay muy poca cultura de la superdotación. Teniendo en cuenta que yo nací en el 69, en un lugar que se llamaba León. En el 69 en León había normales, subnormales y raros. Eso lo pongo en mi libro Stop al fracaso escolar. La niña es muy rara, decían mis padres a los profesores, tú lo sabrás, la niña es tuya, le contestaban. Eso es España.

¿Cómo descubrieron sus padres que era superdotada?
Al principio no lo sabían, aunque yo con 6 años ya había aprendido a leer y a escribir por los libros de mis hermanos y me sabía todos los atlas de casa y la Biblia, que era entonces lo que se tenía en casa. La directora del colegio determinó que el sistema educativo no amparaba mis necesidades, que era una forma muy correcta de decir que era rara y mis padres me metieron en el conservatorio, que era lo que se hacía con los niños raros. Ahí empecé solfeo, luego hice la carrera de piano, la carrera de violín, armonía… a los 8 años gané el premio de León de pintura, pero no había más, esto es lo que había. Entonces  me hicieron las pruebas y salió que era superdotada. Aunque mi familia siguió pensando que era rara y punto.

Y aparte del coeficiente intelectual, ¿qué diferencia a una persona con altas capacidades del resto de niños?

La organización mundial de la salud determina que un niño es superdotado con un coeficiente de 130, yo tenía 218. 130 implica una capacidad muy rápida de procesación de datos, implica imaginación, somos super sensibles, hablamos muy rápido. Además, los niños superdotados tienen todos una curiosidad innata. Son los niños del “por qué”, que generan procesos de aprendizaje autónomo. Tienen una capacidad de aprender innata. Dicen que yo nací con los ojos abiertos. Es común que no gateén y que aprendan directamente a andar.

¿Qué factores influyen en el  coeficiente intelectual de un niño?
Hay una predisposición a heredar la inteligencia genética de la madre, pero no es causa-efecto, es decir que es una bolita que entra más en el bombo, pero no es una causalidad inmediata.

Contaba que en el 69 la veían como rara, ¿en la actualidad, cree que la situación ha cambiado?
Sí, ahora mismo se ve peor. No hay una conciencia de lo que es un superdotado. Además, hay una falsa falacia, sobre la integración social de estos niños, mientras que hay millones de niños que son muy felices. El superdotado no tiene ningún problema por el hecho de ser superdotado. Pero se le puede generar un problema cuando no se atiende a sus necesidades. Hay otro falso mito, que es que el superdotado es conflictivo. El talento es un patrimonio de los pueblos. Lo que pasa que tienen una sed de aprender y de saber distinta.

Y en cuanto a la legislación ¿qué criticaría o echaría en falta?
Hay todavía muchas cortapisas, los niños no pueden estudiar en la universidad con derecho a examen. En otros países sí, yo he dado clases en Singapur, en Tokio…Y es muy normal. Hay una legislación, la cual reconoce a título meramente nominativo la superdotación y es cierto que hay normas que se aplican de determinada manera, pero en ciertos casos, la legislación española no reconoce el derecho, amparado en la Constitución a una Educación diferenciada. Hay colegios específicos para personas discapacitadas, pero no los hay para personas superdotadas.
 
¿Qué tipo de Educación reclamaría para un niño de altas capacidades?
Hay que darle a cada uno lo que necesite. Y no se trata de una Educación especial, sino de una educación específica. No es cuestión de dar más, es cuestión de dar de manera distinta. En concreto, nosotros reclamamos el derecho a una Educación diferenciada, el derecho a potenciar el talento, el derecho a llevar  la investigación y la universidad a los niños que son aptos y capaces. No se puede castrar el talento del niño. El talento es al fin y al cabo, el patrimonio de los pueblos.

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