Casi once millones de estudiantes norteamericanos hablan español
Autor: Lola Gª AJOFRÍN
El castellano se impone en las clases de Estados Unidos, que crecen en número y diversidad. Aumenta considerablemente el gasto en Educación, aunque no todos los estados reciben la misma parte del pastel. Las diferencias raciales y de género prácticamente se mantienen respecto a las de años pasados. Y la violencia sigue siendo una de las lacras de las escuelas norteamericanas.
Éste es parte del balance anual de 2008 del Departamento de Educación estadounidense que revela, entre otras cosas, que aunque sus estudiantes son mejores en Matemáticas y Economía que en años pasados, siguen sin dar la talla en lectura y en la comparativa internacional. El informe La Situación de la Educación 2008 repasa las condiciones más inmediatas del sistema educativo del país y algunas de sus debilidades animan a ponerse las pilas a quien, a partir del próximo curso, sea el nuevo inquilino de la Casa Blanca, el republicano John McCain o el demócrata Barack Obama.
Sus autores, miembros del Centro Nacional de Estadísticas Educativas (NCES) y del Instituto de Servicios de Estadísticas de Educación (ESSI), con la colaboración de agencias de Educación, colegios y universidades norteamericanas, hacen un repaso a la participación, resultados, progreso y contexto de la Educación de Estados Unidos en 2008. Y una de las primeras conclusiones que obtienen es que el número de estudiantes norteamericanos es el mayor de toda la historia del país. “La población de Estados Unidos crece en tamaño, y del mismo modo lo hace la matrícula en todos los niveles de la Educación”, explica el informe, que revela que el aumento de número de alumnos ha sido especialmente importante en preescolar, donde ha pasado de un 20% a un 56% entre 1970 y 2006. Le sigue el de los jóvenes de 18 y 19 años, que estudian cerca de un 20% más que los que lo hacían en los 70.
La segunda conclusión de la La Situación de la Educación 2008 es que la escuela pública crece en alumnado a la par que la Privada sufre un claro estancamiento. En 2008, 49.800.000 jóvenes cursaron Primaria o Secundaria en un colegio público de Estados Unidos, una cifra que según el Departamento de Educación del país, “registra matrículas nuevas cada año” y que se estima que alcance los 54.100.000 en 2017. Por el contrario, “aunque el número de estudiantes que se matricula en la escuela privada era mayor en 2005 que en 1989”, según el informe, el porcentaje respecto al número total ha descendido de un 11% a un 9%. Dentro de la Privada, los colegios católicos siguen siendo los que reciben un mayor porcentaje de alumnos.
Otra de las características por excelencia de las clases norteamericanas es su diversidad. La heterogeneidad es símbolo de las calles, los trabajos, y cómo no, también de las aulas de los Estados Unidos. Una pluralidad étnica que crece a marchas forzadas cada año, –impulsada especialmente por una emergente inmigración latinoamericana– y que representa ya casi la mitad de su alumnado. El porcentaje de las minorías étnicas que estudian en la escuela pública del país pasó del 22% en 1972 al 31% en 1986 y se elevó hasta el 43% en 2006. De éstos, los estudiantes hispanos son con diferencia los más numerosos y representan ya a uno de cada cinco del total de alumnos. Esto se refleja especialmente en la imposición del español en el aula. En sólo 25 años, ha aumentado en siete millones el número de niños en edad escolar que habla una lengua distinta del inglés en casa. Y que según datos de 2006, en un 72% de los casos era el español.
Pero la pluralidad no siempre es sinónimo de homogeneidad y el aula estadounidense no podía ser una excepción. Según la Evaluación Nacional de Progreso Educativo (NAEP) en lectura y Matemáticas del Instituto de Ciencias de la Educación Norteamericano (IES), la brecha entre estudiantes blancos y negros de 4º de Primaria –aunque era menor en 2007 que a comienzos de los 90–, sigue siendo muy amplia, –apenas se redujo de 32 a 27 puntos , en una escala de 0 a 500, en lectura y de 32 a 26 en Matemáticas–. Y lo mismo ocurría con el abandono escolar, que aunque descendía entre los jóvenes de 16 y 24 años de todos los grupos sociales respecto a la década de los 70, seguía siendo menor entre los estudiantes blancos. Y si las diferencias raciales apenas disminuyen con el paso de los años, tampoco lo hacen las territoriales, que por el contrario, aumentan. Según este informe, la diferencia del gasto en enseñanza por estudiante entre estados se elevó de un 57% a un 66% entre los cursos 1997-98 y 2004-05, y apenas se redujo dentro del propio estado.
Y las que también parecen mantenerse son las diferencias establecidas culturalmente entre hombres y mujeres. Si el aula es el reflejo de la sociedad, las estadísticas demuestran que los roles masculino y femenino no han cambiado mucho en los últimos años. Y si bien las mujeres han conquistado las facultades de Psicología, Educación o de especialidades sanitarias de Estados Unidos, –en el curso 2005-06 las norteamericanas acapararon el 75% de estas licenciaturas–, carreras de ciencias, como informática e ingeniería, siguen siendo cosa de hombres.
Tras analizar el contexto, el informe da paso a los resultados y revela que respecto a años pasados, los estudiantes norteamericanos aprueban en ciencias pero suspenden en letras, según las evaluaciones nacionales e internacionales sobre lectura, escritura, Matemáticas y Economía. Aquí la que peor parada sale es la lectura, en la que, –con base en las puntuaciones de La Evaluación Nacional de Progreso Educativo (NAEP) de 2007–, los alumnos de 4º de Primaria y 2º de ESO apenas mejoraron respecto a 1992 –cuatro y tres puntos por encima respectivamente– y donde los de 2º de Bachillerato redujeron la puntuación en seis puntos en 2005.
En la otra cara de la moneda está la ciencia, –al menos a nivel nacional–, donde en la NAEP los alumnos de 4º de Primaria y 2º de ESO obtienen mejores resultados que en 1990 –27 y 19 puntos más en matemáticas, respectivamente–, aunque en la evaluación internacional sigan sin dar la talla. Las puntuaciones de PISA 2006 en conocimientos científicos sobre niños de 15, situaron a Estados Unidos, –con 489 puntos–, por debajo de la media de la OCDE –de 500 puntos– y a un punto más que España.
Pero la nota más negativa sigue siendo la de la violencia. El 20 de abril de 1999, el Instituto de Columbine se daba a conocer en todo el mundo, cuando dos de sus estudiantes, Eric Harris, de 18 años, y Dylan Klebold, de 17, mataban a 12 de sus compañeros y a un profesor y se quitaban la vida. Aunque hechos como éste no ocurren todos los días, episodios de menor gravedad son habituales en los centros norteamericanos. Según este informe, en el curso 2005-06, el 86% de los colegios públicos del país sufrió uno o más incidentes violentos y el 61% tuvo que solicitar la intervención de la policía. De éstos, en el 38% de los casos se trataba de autolesiones, el 13%, de incidentes de gravedad y el 28% de robos. Con este repaso termina el curso escolar para el gobierno de Bush, que deja la recuperación para el 4 de noviembre.
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El entorno educativo de los colegios norteamericanos
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| Ahora se estudia más El aumento del número de estudiantes es una de las conclusiones clave del balance sobre Educación del Departamento de Estados Unidos para 2008, que se refleeja en el hecho de que en 2006 hubiese un 36% más de niños de 3 y 4 años en Preescolar que en 1992 y casi un 20% más de estudiantes de 18 y 19 años. La diferencia en estas franjas de edad demuestra que los jóvenes norteamericanos empiezan a estudiar antes y terminan después de lo que lo hacían en el pasado. El auge de la Pública Inversión en Educación Familias más preparadas Educación Especial |
