fbpx

“Queremos que la Constitución fije un sueldo mínimo docente”

Paim Fernandes afronta con optimismo los retos educativos fijados para el bicentenario de Brasil en 2022. Valorar más a los maestros y combatir las desigualdades serán claves para conseguirlo.
Lola García-AjofrínMartes, 13 de enero de 2009
0

Jose Henrique Paim Fernandes (Foto: Jorge Zorrilla)

Faltan apenas 13 años para que Brasil celebre el bicentenario de su independencia y para entonces el gobierno del país se ha propuesto una serie de mejoras educativas que pasan por mantener a todos los jóvenes en la escuela hasta los 17 años, conseguir que todos los niños de ocho años sepan leer y escribir, acabar con el desfase edad-curso y el aumento de la calidad y la inversión. En su visita a España, el viceministro de Brasil José Henrique Paim Fernandes explicó a MAGISTERIO cómo pretenden conseguirlo.

¿Cuáles son los principales problemas educativos que Brasil debe solventar para 2022?
Para Brasil es especialmente importante mejorar la calidad de la Educación básica. Hoy, en términos de acceso, –con un 97% de niños en Primaria y un 85% en Secundaria– no tenemos tantas dificultades, pero sí existen graves problemas de calidad. Para mejorar esto, tenemos que trabajar mucho con los docentes y en el desfase edad-curso, porque los niños llegan a la Secundaria con una edad muy superior a la que les corresponde. Otro reto es el de ampliar la Educación Infantil, donde Brasil tiene muy baja cobertura. Para todo ello estamos haciendo un gran esfuerzo desde el gobierno pero a través de los Estados, porque Brasil tiene una Educación muy descentralizada. Tenemos 5.583 municipios, cada uno con un sistema educativo y un currículo y 27 estados también con autonomía.

¿Cómo están trabajando para conseguir esas mejoras?
nR. Primero con la definición de metas concretas para cada sistema y escuela. Desde 2005 estamos llevando a cabo la que se conoce como “Prueba Brasil”, que evalúa las competencias de los alumnos en Matemáticas y Portugués. Gracias a este examen y a los datos del censo escolar obtenemos el Índice de Desarrollo de Educación Básica, que nos permite establecer metas específicas y, de este modo, entregar los recursos necesarios. Para 2009 tenemos 29.000 escuelas que van a recibir más recursos.

¿Qué papel juegan los profesores en esta reforma?
Sabemos que el esfuerzo que estamos haciendo para mejorar la calidad de la enseñanza solo será posible si los maestros están involucrados en el proceso y se sienten valorados. Para esto, se está haciendo un trabajo muy fuerte en la formación de docentes y la mejora de su sueldo. En la actualidad lo que percibe un maestro varía mucho entre regiones, por eso vamos a incluir un apartado de Magisterio en la Constitución que recoja el salario mínimo de un docente, que queremos que se fije para 2010 en 950 reales –algo más de 300 euros–.

¿Cómo esperan combatir las grandes desigualdades que existen entre regiones y sectores de la sociedad?
El país es muy grande. Hay regiones en el norte del país que tienen muchas dificultades y otras en el sur con mejores condiciones económicas, que presenta resultados más favorables. Y lo mismo ocurre en las ciudades grandes, donde en la periferia existen muchas carencias educativas. Para luchar contra eso estamos trabajando un concepto que llamamos “concertación educativa por región”, que consiste en organizar toda la inteligencia educativa para atender mejor la demanda. Otro problema es que hay ciertas regiones en las que es muy difícil el acceso. Para ellas estamos aumentando las plazas de la Educación a distancia. En 2008 lo hicimos en 600.

Y en el caso concreto de la periferia de la que me hablaba, donde además existe el problema de la delincuencia.
Para conseguir alejar a los jóvenes de otras ocupaciones estamos trabajando en la ampliación de la jornada en el turno de la tarde. Un trabajo que incluye la recuperación de alumnos pero también la oferta de otras actividades alternativas. Además, estamos entregando a los padres unas becas que llamamos Bolsa-Familia que tienen como objetivo mantener más tiempo a los alumnos de menos recursos en la escuela.

¿Qué ocurre con las universidades públicas, acaparadas por los jóvenes de colegios privados que salen con más nivel, y por lo tanto con más nota de acceso?
Las universidades federales son instituciones de excelencia, por lo que los niños de escuelas privadas quieren continuar sus estudios en la Universidad pública. Por esto, los rectores están haciendo muchas políticas de inclusión con cuotas sociales de hasta el 50% para el acceso de los alumnos de bajos recursos.

¿Cuáles son las esperanzas para el futuro?
Hemos analizado cómo Brasil podría llegar a los mismos índices de los países de la OCDE con unos parámetros de 0 a 10 y el resultado es que para 2022 deberíamos llegar a una nota de 6. Partimos en 2005-06 de 3,8 y los últimos resultados de 2008 ya presentaban una mejoría, con una nota de 4,2. Por lo que creo que hay mucho por hacer, pero estamos en buen camino.

0