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“Sin vocaciones científicas no es posible competir como sociedad”

Rubiralta dejó claro que Bolonia ni va en contra de la Universidad Pública, ni homogeneiza, ni mercantiliza y animó a los docentes a incentivar el espíritu emprendedor de sus estudiantes.
Lola García-AjofrínMartes, 17 de febrero de 2009
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En un momento en el que la Universidad española vive la mayor transformación de los últimos tiempos son muchos los que se preguntan si estamos preparados para ese cambio. Y nadie mejor que el secretario de Estado de Universidades del Ministerio de Educación y Ciencia, Màrius Rubiralta, para contestar a esta y otras preguntas. No sólo por su cargo en el nuevo Ministerio, que ocupa desde 2008, sino por su brillante trayectoria. Rubiralta es doctor en Ciencias Químicas, ex rector de la Universidad de Barcelona y cuenta con más de 100 publicaciones.

¿Cree que los alumnos de Bachillerato están preparados para llegar a una universidad con el plan Bolonia?
Ni el profesorado ni los alumnos están del todo preparados para este cambio que hemos de ir haciendo evolutivamente y paulatinamente. Nos hemos dado cuenta de que el nuevo cambio global en el que nos encontramos requiere una Educación distinta de la que teníamos y algunas habilidades, destrezas y conocimientos diferentes. Y esos son los que hay que aprovechar para potenciar.

¿Por ejemplo?
La formación en idiomas. Sin un perfeccionamiento suficiente de otras lenguas la movilidad deja de tener sentido. Pero a eso la Universidad ya llega muy tarde y es mucho antes cuando hay que sentar las bases. Luego, hay otros conceptos que han de incorporarse en la propia Primaria y Secundaria como es el fomento del pensamiento crítico. Hay que instigar a los estudiantes para que entiendan los problemas y los analicen y no que la enseñanza se limite a una mera distribución de ideas.

¿Cómo se consigue fomentar el pensamiento crítico de los alumnos?
Para eso necesitamos profesores formados expresamente para ello. Y aunque la propia experiencia de los docentes que ya llevan muchos años en el aula les dirá cómo deben utilizar estos mecanismos, hace falta pensar en un nuevo tipo de enseñanza. También hay un elemento importantísimo que está ligado a lo que ahora está de actualidad, que es el cambio de modelo económico. Venimos de un modelo económico especulativo que nos ha llevado a la situación en la que estamos y desde el ámbito de la universidad estamos defendiendo que el conocimiento sea el elemento de valor fundamental en esta nueva sociedad basada en el conocimiento. Pero esta nueva sociedad no va a realizarse desde la Universidad si dudamos en incorporar vocaciones más científicas. De ser así, tendremos una falta de posibilidad de competir como sociedad.

¿Cómo afecta entonces el cambio económico que estamos viviendo a la Educación?
El cambio de modelo económico requiere que el conocimiento se transforme en valor económico y en valor social, y por lo tanto en ideas, que pueden ser ideas corporativas y empresariales. Y para ello lo que es fundamental es incorporar lo que en la Universidad denominamos espíritus emprendedores, que los jóvenes dejen de ser acomodaticios a un trabajo ya existente y piensen en hacer algo nuevo y creativo. Para eso la tecnología es una gran aliada. Lo vimos hace unos días en un chico de 14 años que había sido capaz de cambiar la configuración de su propio móvil y mejorarlo. Esas son las claves para adaptarnos a la situación en la que nos encontramos: espíritu emprendedor, espíritu crítico y vocaciones científicas.

¿Cómo intervienen aquí los docentes?
Porque esto sólo se consigue con la percepción de todo el sistema educativo de que es necesario ese cambio. No todo consiste en que el chico sepa todas las Matemáticas o Geografía posibles, sino que haya tenido un profesor que le haya hecho “click” y le haya hecho reaccionar. Este elemento “click” es el que te permite cambiar. Y eso depende directamente de la formación de los educadores. Yo creo que toda Europa tiene muy claro el triángulo Educación, Investigación e innovación. Y ese triángulo no es un elemento discontinuo. Por lo que una garantía del cambio económico lo hace la propia alianza estratégica de esos factores y, cómo no, de una gran alianza con la Educación Primaria, Secundaria y FP.

Ha hablado en otras ocasiones de que Bolonia no homogeneiza, pero, pone al mismo nivel a diferentes países…
Simplemente a un nivel de estructura. Pero no es homogeneizar. Cada uno, a partir de sus propias fortalezas, dirige la enseñanza. Lo que es igual es que para que exista esta movilidad ha de existir una serie de elementos de medida. Y el “metro” en conocimiento es el crédito europeo, que es el pasaporte del conocimiento en el que se apunta todo lo que estás haciendo para que puedas empezar a estudiar en un país y acabar en otro.

Se ha hablado mucho de que si Bolonia “mercantiliza” la enseñanza. ¿La crisis va a dejar que se den tantas becas como se desearía?
Bolonia ni va en contra de la Universidad Pública, ni homogeneiza, ni mercantiliza. Y no hay otras prioridades. La prioridad número uno en este momento son las becas, tanto de acceso, como de ampliación de estudios universitarios. Se han realizado grandes esfuerzos en este campo y ahora mismo se dan todas las becas que entran dentro de los umbrales indicados. Pero es verdad que hay que mejorar las becas universitarias para que el estudiante que así lo desee pueda estudiar sin necesidad de trabajar. En cualquier caso, el esfuerzo que se ha hecho en estas últimas semanas con un fondo de 7.000.000 muestra que se está haciendo un esfuerzo enorme.

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