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¿Separar para discriminar o para igualar?

Los partidarios de la Educación diferenciada se basan en las desigualdades innatas entre chicos y chicas que les hace destacar en materias distintas. Para los detractores, las diferencias se deben a causas culturales y educacionales.
Adrián ArcosMartes, 3 de marzo de 2009
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El debate se ha reabierto en las últimas semanas. ¿Es bueno separar a los alumnos en función del sexo? Varias comunidades no lo creen así, y han planteado la retirada de los conciertos a los colegios que confían en la Educación diferenciada. Se trata, entre otras, de Castilla-La Mancha, Andalucía, Cataluña, Asturias, Baleares, Cantabria y Galicia. La oposición a este procedimiento llegó de otros gobiernos regionales, como Madrid, La Rioja o Navarra, que han optado por seguir dando conciertos.

Por otro lado, la Ceapa, junto a CCOO, UGT, STES y el Sindicato de Estudiantes, presentaron el pasado 10 de febrero un Manifiesto por la Educación Mixta, en el que pedían la supresión del concierto para los colegios que separan a niños y niñas. Otras organizaciones, como la CECE, USO, FSIE, la Concapa y la Cofapa, no tardaron en reaccionar frente a lo que ellos entienden como “un ataque a la libertad de enseñanza y de los padres para elegir el modelo educativo que quieren para sus hijos”.

Pero lejos del enfrentamiento político, no faltan argumentos a favor y en contra, ni estudios pedagógicos y científicos de uno y otro bando, ni tampoco personalidades de renombre que defiendan una y otra posibilidad. Los partidarios de la Educación diferenciada se basan, sobre todo, en las desigualdades innatas entre chicos y chicas que les hace destacar en materias distintas, lo que les supone un freno para desarrollarse en otros ámbitos. La separación supone, por tanto, una reconducción de esos estereotipos y, por consiguiente, mayores oportunidades para ambos sexos. Para los detractores, las diferencias se deben más a causas culturales y educacionales. Además, consideran que una clase de un único sexo es artificial, ya que en la escuela los niños aprenden qué es la vida y ha de ser un espacio de socialización.

Para Mikel Agirregabiria, el principal responsable de iraskasten.org, una asociación de docentes vascos, “la vivencia compartida de las mismas tareas escolares está considerada como fórmula educativa idónea para garantizar la igualdad”. La convivencia temprana, según Agirregabiria, “sirve para preparar al alumnado a interrelacionarse en una sociedad formada por hombres y mujeres. Así se eliminan estereotipos y discriminaciones por razón de género, para la libre elección de estudios o destinos profesionales”.

Todo lo contrario a lo que opina el psicólogo y médico de familia estadounidense Leonard Sax. En su libro Why gender matters (Por qué importa el género), Sax explica muchas diferencias físicas y psicológicas entre chicos y chicas, que hacen que sea más conveniente educarlos de forma distinta. Según Sax, “el sentido del oído de una chica es más sensible que el de los chicos, por lo que el tono de voz utilizado por una profesora puede ser adecuado para las niñas, pero no atrae la atención de un niño”.

Existe un colegio para chicas en Inglaterra, el Chelmsford County High School, que es famoso por sus buenos resultados. Allí se ha elaborado un informe que asegura que es más probable que, a los 16 años, las chicas educadas en este tipo de colegios estudien materias que les guste y en las que son buenas, en vez de permitir que los estereotipos influyan en su elección. “Los colegios con separación de sexos parecen animar más a los estudiantes a escoger carreras según sus talentos, en lugar de según su género, mientras que en los colegios mixtos se hacen más elecciones según estereotipos de sexo”, afirma el informe.

Según la psicóloga estadounidense Christina Hoff Sommers, “en Estados Unidos, la Educación diferenciada se está poniendo de moda en las escuelas públicas, ya que se han dado cuenta de que en la enseñanza mixta sale perdiendo el chico, porque la mujer tiene más éxito, se relaciona mejor, lo que hace a veces que los chicos acaben teniendo conductas violentas”. Para Sommers, “en la enseñanza mixta, los chicos tienden a afianzarse en su rol machista, con actitudes de llamar la atención, interrumpir en clase… mientras que en la Educación diferenciada no necesitan esas actitudes, hay más compañerismo y no pierden el tiempo llamando la atención”.

“EEUU no nos debe servir de ejemplo”

Begoña Suárez, presidenta del Comité Panaeuropeo de Igualdad de la Internacional de la Educación (IE)
“Separar se basa en teorías retrógradas vestidas de un halo pseudocientífico”

  • Begoña Suárez se muestra totalmente en contra de la “segregación” de los alumnos en función del sexo. Para ella “no basta con la escuela mixta, ya que hay que alcanzar una auténtica coeducación al margen de estereotipos que desarrolle y combine las habilidades de niños y niñas”.
  • Suárez cree que “la defensa de la Educación diferenciada está basada en teorías totalmente retrógradas vestidas de un halo pseudocientífico”. “La sociedad de por sí es ya sexista, y lo que hay que hacer es frenarlo desde el sistema educativo, formando al profesorado para que sea más sensible, para que utilice un lenguaje no sexista, cambiando incluso los materiales curriculares para que reflejen las aportaciones que las mujeres han realizado a lo largo de la historia”, añade.
  • Para ella, es muy simplista afirmar que el mayor fracaso escolar de los niños se debe a que estén en clase junto a las niñas. Además, le sorprenden “estos planteamientos segregadores, despues de que durante tanto tiempo la mujer ha estado excluida del acceso a la Educación, a la Universidad y a determinados puestos de trabajo”. Considera también que “al separar a niños y niñas se corre el peligro de asignar a las chicas papeles de servicio a lo masculino”.
  • Piensa que “los casos que se producen en Europa son puntuales y Estados Unidos no nos debe servir de ejemplo, ya que la sociedad española y europea está mucho más avanzada en igualdad”. Por último, duda de que a los niños y niñas separados hasta los 16 años luego le resulte fácil convivir y trabajar con el sexo opuesto.
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