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“El 70% del fracaso escolar es del sistema; hay que cambiar de modelo”

Son los representantes de dos generaciones de educadores. Ella es la heredera natural de una empresa educativa que inició su andadura en 1892 y que desde 1935 está gestionada por la familia Segovia. La Educación de padres a hijos.
José Mª de MoyaMartes, 14 de abril de 2009
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Felipe y Nieves Segovia. (Foto: Jorge Zorrilla)

La Institución Educativa SEK se fundó en 1892 y, en 1935 la familia Segovia se hizo cargo de su desarrollo. Pasadas tres generaciones, la institución cuenta hoy con nueve centros, en los que estudian más de 10.000 alumnos. La creación de la Universidad Camilo José Cela en el año 2000 permitió culminar todo el proceso educativo, así como impulsar la investigación e innovación docente de la institución que, en la actualidad, preside Felipe Segovia y cuya directora general es su hija Nieves.

Ustedes representan dos generaciones de educadores. ¿Cómo han vivido el cambio de estilo de una Educación más estricta a una más permisiva?
Felipe Segovia. A mí me parece que esos cambios son más bien los que refleja la prensa, pero que no responden a la realidad. Quiero decir que, en nuestro caso, no hemos pasado de un extremo a otro nunca, podría darse en algún momento algún matiz un poco más firme, un poco más asequible, pero en absoluto un cambio. Cuando una institución educativa tiene un modelo antropológico de la persona, tiene un concepto de la Educación.
Nieves Segovia. En referencia al modelo que está demandando ahora la sociedad, creo que responde a una generación distinta, digital, con otra manera de pensar, de comunicarse, de colaborar, etc. Y el modelo familiar que está actualmente establecido no creo que sea autoritario. No sólo porque la jerarquía del conocimiento, en algunos aspectos, se ha invertido y los hijos saben más que los padres de determinados aspectos, sino porque se plantea dentro de la casa un entorno más colaborativo.

¿Hay que negociar con los hijos? Y, si es así, ¿hasta dónde, cuál es el límite?
F. S. A mí la palabra negociar la verdad es que no me gusta demasiado. Me gustan más las palabras afecto, amor… porque es lo que construye la convivencia. La familia es la que tiene que ser el centro donde se produzcan esas interacciones, sin necesidad de una negociación ni tácita ni explícita. Y, luego, los centros educativos no son unas islas. Por una parte la sociedad nos pide que mantengamos unos valores, pero por otra también nos pide que nos adaptemos a las distintas corrientes y modas. Esto produce confusión en los centros que no tengan una idea muy clara de cuál es el destino de la Educación y cuáles los valores.
N. S. Hoy en día las familias se establecen en torno a centros de colaboración y no de negociación. Yo creo más en construir un modelo de convivencia, lo cual no quiere decir que establezcamos el concepto “padre-amigo”. El padre es el padre, el hijo es el hijo y éste debe encontrar en él un referente claro y solvente. Yo creo que los padres de mi generación nos encontramos con un problema inédito y es que no tenemos ningún referente personal a la hora de educar a nuestros hijos como nativos digitales. Nosotros tenemos de referentes a nuestros padres para saber lo que está bien y lo que está mal… Pero no tenemos ningún referente de Educación del mundo digital de nuestros hijos. En cualquier caso no usaría el término negociación, porque de lo que se trata es de colaborar, de compartir conocimiento, de generar confianza, que nos permita participar de ese mundo digital del mismo modo en que me tiene que permitir participar en el mundo físico, en el mundo social. Estamos hablando de una nueva dimensión…

P. ¿Qué os parece la Educación del carácter y de la voluntad?
F.S. Todo ese tema de los valores, del carácter… no creo que se pueda explicar en el aula o en una mesa de comedor, sino que es un ejemplo permanente que se va asimilando de una manera “misteriosa” y que va formando parte de la propia personalidad.
N.S. Nosotros decimos que los alumnos aprenden más de cómo somos que de lo que decimos. Con lo cual es cierto que tiene que haber un modelo unitario; y estoy de acuerdo en que quizás en los últimos años ha habido una tendencia un poco más laxa hacia determinados aspectos como el esfuerzo, el compromiso, la superación… Más que nunca, los alumnos deben aprender una competitividad sana, basada en su propio crecimiento personal y en su propio desarrollo.
F.S. En definitiva, que los alumnos sean competitivos con los demás y que lo sean absolutamente consigo mismos.

P. ¿Se puede ser un buen profesor y una mala persona?
F.S. El profesor, el auténtico profesor, el maestro, hunde la raíz en el amor y el amor, en principio, no se da en las malas personas.
N.S. No voy a replicar porque lo comparto plenamente.

P. ¿Además de ser un buen enseñante, tiene que dar buen ejemplo con su conducta?
F.S. Claro, naturalmente. La profesión, la auténtica vocación, se da en personas que quieren ayudar a los demás. ¿Qué es el amor sino desear el bien de la persona por encima del propio? Pues eso es el amor hacia los alumnos. Que sean más felices y que tengan las condiciones que les permitan conocer la vida, conocerse a sí mismos y los grandes enigmas de la Humanidad.

P. ¿Una institución educativa, un colegio, debe plantearse estos grandes enigmas?
F.S. Para mí es absolutamente necesario, porque si no, se convierte en un centro donde se dan una serie de técnicas o de saberes.
N.S. El modelo de profesor que tiene como único referente el libro de texto está agotado. Es el momento en el que hace falta el profesor creativo, motivador, el que inspira al alumno una forma de conducta, una forma de ser, una forma de pensamiento.

P. Una queja que nosotros encontramos a veces es: “yo he venido a enseñar Biología”, no a…
F.S. Eso es porque nadie le ha explicado ni una sola palabra de pedagogía, de didáctica, ni de Educación.
N.S. Yo creo que a ese maestro le falta la esencia laboral, la vocación de decir: yo he estudiado Biología para ser maestro. A veces hay muchos profesores en Secundaria que han estudiado sus carreras pero no con la idea de ser luego profesores. Hay mucho que modificar en todo el sistema de formación de profesores y la sociedad también debería tener una mirada distinta sobre los profesores en España. No existe respeto a la función docente como existe en otros países. Hasta que la sociedad no reconozca la importancia de esa función, evidentemente no vamos a tener mejores profesores en las aulas.

P. El problema es que también hay padres que están desesperados con la educación de sus hijos e incluso buscan un internado.
N.S. Evidentemente. Yo creo que es un fracaso de un modelo familiar. Es decir, el internado, como solución a un niño problemático, es más un problema que una solución.
F.S. Es una solución para los padres que se quitan el problema de encima.
N.S. El problema realmente lo tiene la familia.
F.S. La gente piensa que la escuela es la panacea. Es demasiado lo que se le pide. Se le pide todo y no se le reconocen los aportes que hace a la mejora de la sociedad.

Las frases

Cambio de modelo educativo en la era digital
N. S. “Nuestro modelo actual es el de la era industrial, en el cual la estandarización está vista como una virtud. Pero hoy en día, para nuestros alumnos, lo estándar no es una opción. En definitiva, se trata de promover un cambio de paradigma . La escuela analógica está agotada. El 70% del fracaso en Secundaria es del sistema. Si no lo abordamos con un cambio de paradigma absoluto vamos a seguir igual”.

Contradicción entre la enseñanza obligatoria y el 30% de fracaso
F. S.“Hemos vivido el timo de la calidad educativa. No existe calidad sin competencia. En todos los países donde se ha liberalizado el sistema se ha dispuesto el cheque escolar como herramienta que hace compatible la libertad de elección con la gratuidad, que también es importante. Es el único sistema que haría que subiese nuestro nivel de una manera exponencial”.

Sobre los responsables educativos
F. S. “A lo largo de mi vida he conocido a muchísimos ministros de Educación, gente muy inteligente que no tenía ni idea de Educación”.

La elección de centro y la libertad de los padres
N. S. “Los padres que traen aquí a sus hijos pagan doblemente la libertad porque, es cierto que han podido elegir centro, pero pagan dos veces por su puesto escolar, al que renuncian en el servicio público, y que tienen que pagarnos a nosotros; y ni siquiera tienen desgravación, con lo cual le ahorramos dinero al Estado”.

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