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“La conciencia democrática se basa en ciudadanos, no en etnias”

Adrián ArcosMartes, 3 de noviembre de 2009
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Historiador, ensayista y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid. Antonio Elorza ha pasado en los últimos años a centrarse en el estudio de los nacionalismos y los integrismos, y se muestra preocupado por el peligro que existe en la escuela de trasladar a los niños mensajes totalistas y excluyentes.

Desde el punto de vista del nacionalismo, ¿cree que debería implantarse un currículum nacional?
El problema es que la Educación está transferida. La solución de Rosa Díez no es válida porque no es constitucional en este momento. Lo que se puede hacer es una labor de crítica, que puede venir desde el Consejo de Universidades o desde el Ministerio, como por ejemplo analizar cómo se está explicando la historia de Euskal Herria.

¿Y cómo se está explicando exactamente?
Euskal Herria es una referencia cultural, pero Sabino Arana nunca lo aceptó. Por eso creó el neologismo Euskadi, aunque este término es un vasco mal expresado, porque el sufijo -adi sólo se aplica a árboles. Pero Sabino no conocía bien el euskera, aunque se pasó toda la vida con ello. Por este motivo no tomó Euskal Herria; sí era el territorio donde estaba el euskera, pero ya era minoritario desde la segunda mitad del siglo XIX. El término después se ha convertido en un mito político y redentista, porque supone llevar las fronteras vascas más allá de lo que corresponde.

¿Y el uso del término supone en la escuela un peligro para los niños?
Claro, si tú asumes una visión mítica del pasado, pues es lógico que los valores que incorpora el mito, que suelen ser valores negativos, pasan a los niños, y son asumidos como naturales. En las escuelas italianas para nada se explica la absoluta salvajada que se produjo en el genocidio de la conquista italiana en Etiopía o Libia. Si esta imagen se traslada a los niños como algo glorioso, pues se crea un nacionalismo irracionalista. En el caso vasco, si tú crees que existe Euskal Herria, que es la patria natural de los vascos, sean o no nacionalistas, entonces estás procediendo de acuerdo con un contenido mítico que tiene toda su derivación al totalismo, porque el que no piensa eso es un enemigo, y te escapas del liberalismo, de la conciencia democrática que hay que formar en los niños, que se basa en ciudadanos, no en etnias.

¿La lengua también se convierte en un elemento totalista?
El problema es que la lengua no puede convertirse en un ladrillo que se arroja. La normalización debe conseguir que todo vasco sepa las dos lenguas y luego utilice la que quiera –y además el inglés, que sean sociedades trilingües–, pero sin discriminación contra otra. Que tú no puedes en Cataluña poner en una tienda pastelería, sino pastissería y si no te multan, pues esto entra en la guía del totalismo, de considerar que sólo lo tuyo es válido, que lo otro es impuro y tiene que ser eliminado.

¿Cree que el cambio de gobierno en el País Vasco va a producir algún resultado de cara a la escuela?
Yo creo que sobre la base del trilingüismo, están intentando saltar por el problema y anular las posiciones radicales de exclusión del castellano que había creado el gobierno anterior. Es lógico que todos los niños que estén en Euskadi hablen euskera, sobre todo por razones profesionales, porque si no van a tener la vida más difícil. Aunque es una faena, porque lo del euskera es una broma. Ni siquiera Sabino Arana lo dominó, y eso que se pasó su vida creando palabras en euskera y verbos vascos para separarse de los malditos maquetos (descendientes españoles) o mochas, como les llamaba.

Con la llegada de los inmigrantes a las escuelas, ¿qué se puede hacer para luchar contra los fundamentalismos?
Hay que luchar contra el racismo y la xenofobia en profundidad. Las encuestas no lo revelan, pero se encuentra por todas partes, la gente está asustada con los inmigrantes. Hasta en Bilbao, por ejemplo, hay ya un racismo de los maquetos –descendientes españoles–, contra los López, que son los maquetos por excelencia. Incluso los maquetos instalados en Bilbao desde hace generaciones, a los recién llegados los llaman coreanitos. Pero la lucha contra el racismo tiene que ser también realista, y por ejemplo decir que en el islam son más intransigentes que nosotros, que tienen una concepción de la mujer que no encaja en nuestra sociedad, pero que la solución es corregir y no enfrentarse.

¿Tiene el profesorado formación suficiente para transmitir esos conceptos?
Yo creo que no. En términos baloncestísticos hay un auténtico tapón puesto desde el propio Zapatero. Todo lo que dañe a esa Alianza de Civilizaciones que nos cuesta 650.000 euros a costa del Fondo de Desarrollo –lo cual ya demuestra la estafa–, es rechazado, excluido y eliminado.

Aquí en nuestro país ya se ha producido algún tipo de polémica acerca de que las niñas lleven el velo puesto en la escuela. También en Francia, y allí se prohibió.

El informe en que se basó la prohibición de llevar el velo no era sólo una cuestión de salvar el Estado laico, sino de salvar una vida democrática para las mujeres, porque no hay mayor barbaridad que decir que para que a una mujer no le insulten o le peguen por la calle, tiene que llevar velo. Lo que sucede es que en España no hay Estado laico. A clase pueden ir tanto una monja vestida de monja como un cura vestido de cura. Entonces, ¿cómo le vas a decir a un musulmán que no lleve el velo?

¿Cree entonces que hay que retirar los signos religiosos en la escuela?
Lo que no es admisible es el reverencialismo. Lo deseable es que no haya signos religiosos, ni políticos, ni góticos (sonríe), y por supuesto lo que debería estudiarse es historia de las religiones desde un punto de vista informativo y neutro. Yo me autodefino como ateo creyente, o de la época de Juan XXIII. Yo creo que la religión es un elemento fundamental en la vida del hombre, te guste o no te guste. ¿Qué hay que hacer con la religión? Pues en la medida de lo posible, informar.

¿Pero la religión dentro o fuera de la escuela?
En la escuela tiene que impartirse una historia de las religiones introducida por una antropología del hecho religioso, demostrando por qué existen las religiones, viendo las distintas teorías, las limitaciones, la finitud del hombre, la idea de la muerte que te lleva a pensar que tiene que haber algo más allá, y estas características se producen en prácticamente todas las religiones, salvo en las líneas del hinduismo, ya que prefieren extinguirse. Entonces lo que hay que hacer es exponer las religiones objetivamente, sin ningún proselitismo.

EL ISLAM

  • Religión de la paz

“Decir que el islam es la religión de la paz es mentira, porque islam viene de una raíz eslava, slm, que significa sumisión. Muslim es el sometido. Lo que ocurre es que se parece a shlam, que es paz”.

  • En principio neutra

“El islam como construcción teológica es una religión monoteísta pegada a un sector particularmente duro del judaísmo, que es la secta samaritana. La construcción teológica es absolutamente neutra, pero existe una elaboración posterior, basada en la admiración del profeta, que introduce elementos en el siglo VII que no son adaptables a nuestras sociedades”.

  • Democracia frágil

“La democracia siempre es frágil, porque tiene el peligro de sentirse influida por el sustrato islámico, igual que en España el sustrato franquista sigue notándose en el liderazgo carismático de jefes políticos como Rajoy o Zapatero”.

  • Alianza de Civilizaciones

“Zapatero dijo que la ONU debe asumir la civilización de occidente y el islam, ¿y las otras civilizaciones las suprimes? Yo soy más partidario de un diálogo de civilizaciones.

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