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Una asignatura reducida a dos o tres aplicaciones de unas cuantas fórmulas

Desaparecen conceptos básicos de la mecánica y de la electricidad, el sistema de partículas y la termodinámica.
Adrián ArcosJueves, 25 de febrero de 2010
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A pesar de que vivimos en un mundo en el que manejamos continuamente objetos materiales fabricados gracias a la ciencia y a la tecnología, el conocimiento que la mayoría de los ciudadanos tiene de esos productos deja bastante que desear. Y no existen mejores expectativas entre las nuevas generaciones. La causa actual está clara: un gran número de alumnos acaba sus estudios obligatorios habiendo cursado sólo dos horas semanales de Física y Química, y sólo un porcentaje reducido termina la ESO con los conocimientos mínimos que se suponen necesarios para acceder al Bachillerato científico y tecnológico.

No es hasta 3º de ESO cuando Física y Química aparece de forma independiente, con una carga lectiva de sólo dos horas semanales, mientras que en 4º la materia dispone de tres horas semanales pero es optativa, lo que llevará a muchos alumnos a preferir otras que les resulten teóricamente más fáciles de superar. Esto significa que una gran parte de alumnos acaba la enseñanza obligatoria sin una cultura científica básica.

Sin embargo, un aumento de horas tampoco resolvería el problema, ya que habría que abordar también los contenidos, que se han ido emprobreciendo notablemente en los últimos años. Como señala el profesor Carlos Herrán, “en 3º de ESO se ha producido una selección que no permite más que un mero enunciado de definiciones y de hacer dos o tres aplicaciones de unas cuantas fórmulas, por lo que no existe un hilo conceptual que garantice el desarrollo de la asignatura”.

El profesor Herrán destaca también “el adelgazamiento de los temarios que llevan a cabo las comisiones de la PAU sobre el propio programa oficial de la Física de 2º de Bachillerato”. Ya no aparecen conceptos fundamentales de la mecánica y de la electricidad, ni el sistema de partículas (sólidos, rígidos, momentos de inercia), y la corriente alterna se conoce más por Tecnología que por la propia Física. La termodinámica también desaparece y apenas se profundiza en la física de fluidos en 4º de ESO, sobre todo la relacionada con el principio de Arquímedes, pero después ya no se vuelve a estudiar, con lo cual el alumno lo olvida. El temario tampoco se detiene en la corriente eléctrica, a excepción de lo que se pueda impartir en Tecnología. En este sentido, Herranz lamenta que “hoy el alumno no conozca una gran cantidad de contenidos que antes se daban por supuestos y que formaban parte del bagaje que llevaba cuando llegaba a la universidad”.

Según Herrán, “en el primer curso de determinadas carreras, hay una gran cantidad de contenidos que se dan por supuestos que el alumno domina, pero ahora no los conoce no porque no hayan sido capaces de aprenderlos, sino porque no se lo han contado nunca, ni han tenido la necesidad de aprenderlos”. De hecho, en las facultades de ciencias y escuelas de ingeniería, se viene notando desde finales de los años 90 un descenso marcado en la preparación de los estudiantes en Física y Química, que ha obligado a introducir los llamados “cursos cero”, impropios de la universidad.

Otra de las causas de la pésima preparación con la que los alumnos llegan a la Universidad se debe a la propia opcionalidad de la asignatura también en el Bachillerato. Aquí los alumnos tienen la posibilidad de eludir la Física porque les resulta más difícil, no a causa de una planificación adecuada para su formación y estudios posteriores, sino simplemente para superar con éxito esta etapa y obtener mejores notas en Selectividad. De esta forma, un alumno puede cursar un Bachillerato científico sin alguna de estas dos materias, Física o Química, y acceder a estudios universitarios como medicina, ingeniería, veterinaria, donde el fracaso académico en los primeros cursos de estas carreras se hace más patente.

Como novedad, la LOE únicamente ha supuesto la introducción de la optativa de Ampliación de Física y Química en 4º de ESO, y otra optativa en 1º de Bachillerato que se llama Técnicas de Laboratorio, que se trata de un curso de experimentos en física y química (planteamientos y técnicas matemáticas que se utilizan para analizar los datos, realización de gráficas e interpretación de resultados).

SIN PROBLEMAS DE ATRIBUCIONES

  • Al estar tan interrelacionada la Física con las Matemáticas, a veces con un grado de exigencia fuerte, las oposiciones de Física y Química se han caracterizado históricamente por el hecho de que tres cuartas partes del profesorado es de origen químico y sólo un cuarto de origen físico.
  • Según el catedrático de Bachillerato, Carlos Herrán, “los físicos, en una proporción elevada, han optado muchas veces por las oposiciones de Matemáticas, y ahora incluso de Tecnología, lo que no ha provocado un handicap grave porque todos mis compañeros de origen químico cuando han tenido que impartir Física lo han hecho tan bien como los físicos hemos dado la Química”. Esto se debe al gran contenido en matemáticas que presenta la Física, y que lleva a los profesores físicos a encontrarse más cómodos impartiendo Matemáticas que Química.
  • Respecto a las materias conflictivas, según Herrán, “tampoco ha habido ningún problema, excepto al principio, cuando se implantó la Logse, y surgieron algunas asignaturas que eran propias o estaban en discusión con el departamento de Tecnología”. Por ejemplo, Mecánica la llegaban a impartir profesores de Física y Química, aunque tenían prioridad los tecnólogos.
  • En el temario de Ciencias para el Mundo Contemporáneo tiene un peso ligeramente mayor la biología y la geología. Pero quien la imparta finalmente va a depender de la organización del centro, teniendo en cuenta el cupo de profesores que hay en el departamento de Física y Química y en el de Biología.
  • Por último, la Infomática también la llegaban a dar los profesores de Física y Química, aunque Herrán recuerda que “al final la impartía quien sabía informática, que no siempre era de ciencias”. Con el trascurso de los años, se han consolidado las carreras de informática propiamente dichas y la especialidad en las oposiciones.
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