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Metas Educativas 2021, un sueño realista para toda Iberoamérica

Álvaro Marchesi se ha propuesto convencer a los líderes iberoamericanos de que la mejora educativa es la única vía para ocupar un lugar en el mundo globalizado. Como secretario general de la OEI es impulsor de Metas Educativas 2021.
Rodrigo SantodomingoMartes, 9 de marzo de 2010
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“De todos los proyectos en los que participan de forma unánime los países iberoamericanos, éste es el más ambicioso”. Así define el secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Álvaro Marchesi, la iniciativa Metas Educativas 2021, un ambicioso programa cuyo documento base se encuentra actualmente en periodo de debate. De cumplir sus objetivos, el proyecto habría conseguido convertir en realidad el acceso a una enseñanza de calidad en una de las zonas con mayores desigualdades del planeta. Todo ello en no más de una década, un tiempo récord.

Tras un largo paseo por los despachos, escuelas y hogares del continente, la intención de la OEI es obtener el refrendo al texto final en un congreso sobre Educación que se celebrará el próximo mes de septiembre en Buenos Aires y al que asistirán todos los ministros de enseñanza de la región. Ya en diciembre de este año, los respectivos jefes de Estado y de Gobierno deberían rubricar su contenido durante una cumbre que tendrá lugar en la localidad argentina de Mar del Plata.

Marchesi (más conocido en España por haber diseñado la Logse en sus tiempos de secretario de Estado de Educación) no quiere que Metas Educativas 2021 se convierta en uno de esos compromisos utópicos que nacen con la mejor de las sonrisas (plasmada en su correspondiente fotografía oficial) y mueren, pasados unos años, sepultados por la desidia y el olvido. Por ello ha diseñado un proyecto flexible y moldeable según la situación de cada país.

Así, cada una de las metas viene asociada a diferentes “niveles de logro”. Y cada estado puede comprometerse a cumplir cada una de ellas en menor o mayor medida. ¿Contradictorio? En parte. ¿Realista? También. Lo cierto es que, más allá de cifras y datos, una aspiración más profunda subyace al proyecto: que los gobernantes iberoamericanos tomen conciencia de que la Educación es el camino y que se decidan a apostar por ella de una vez por todas. Por su importancia, dos objetivos destacan sobre el resto. En primer lugar, erradicar el analfabetismo entre las capas más desfavorecidas, una lacra que aún afecta al 25% de guatemaltecos o el 20% de nicaragüenses, en especial indígenas que habitan en recónditos entornos rurales. Por otra, universalizar la Primaria se antoja una prioridad inaplazable para empezar a soñar con otra meta de más altos vuelos: conseguir 12 años de enseñanza obligatoria y gratuita. La mayoría de países ronda o supera el 90% de alumnos matriculados en Primaria, aunque el índice de aquéllos que terminan con éxito esta etapa disminuye considerablemente.

También se pretende avanzar de manera simultánea en cuestiones esenciales (pero más difíciles de calibrar) como la calidad de la enseñanza, la atención a la diversidad, la relación entre el mercado laboral y la Formación Profesional o el nivel de implicación de la sociedad en la mejora educativa. Todo ello sin descuidar lo que la OEI llama la “agenda educativa del siglo XXI”, que incluye cuestiones tales como la incorporación de las nuevas tecnologías al aula, la innovación, la formación a lo largo de toda la vida o la revalorización de la función docente.

La OEI calcula que un cumplimiento razonable de las metas planteadas supondría un esfuerzo financiero de unos 55.000 millones de euros. Según Marchesi, 40.000 millones estarían garantizados si los presupuestos de Educación crecen a la par que el incremento del Producto Interior Bruto previsto para la región. Los otros 15.000 millones deberían llegar de un “fondo solidario” nutrido por aportaciones que provengan de la Unión Europea, el Banco Interamericano de Desarrollo o países individuales.

La cruda realidad en mil colores

  • A medio camino entre el relato corto y una colorista presentación en Power Point, el Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (financiado en parte por la Organización de Estados Iberoamericanos) ha creado un mapa interactivo para contar de forma amena y entretenida los graves desequilibrios que afectan a la enseñanza en esta región. La herramienta analiza parámetros educativos básicos tales como las tasas de alfabetización y asistencia a la escuela, de modo que es posible comparar visualmente la situación de cada país a partir de diferentes registros cromáticos.
  • Desde una perspectiva histórica, el mapa permite comprender las pautas que han definido la extensión de la escolarización en Primaria y Secundaria a lo largo de todo el continente durante los últimos 50 años. El método es sencillo: el usuario pulsa sobre la imagen y avanza en el tiempo mientras comprueba como más y más países se van adhiriendo al club de los que pueden presumir de índices de matriculación superiores, por ejemplo, al 90% en Primaria. En 1975, sólo Argentina y Uruguay; en 1985, Chile y Panamá; más tarde, México, Brasil, etc…
  • También reciben especial atención las desigualdades dentro de cada país. Así, un color cubre las zonas de, digamos Honduras o Nicaragua, en las que la tasa de alfabetización es inferior al 10%, otro hace lo propio para las cifras entre el 10 y el 20%, y así sucesivamente. Un recurso interesante porque ayuda a comprender la división geográfica de la miseria educativa en Iberoamérica, que suele azotar con mayor dureza las zonas rurales y de predominio indígena.
  • El mapa está disponible para todos los usuarios en http://atlas.siteal.org.
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