“¿Para qué sirve la Selectividad si más del 90% la aprueba?"
Ancaba entra en el debate educativo generado en torno al Pacto Nacional y propone la creación de una Educación Secundaria superior de tres años de duración, similar a la de países como Francia.
Laura del PozoViernes, 9 de abril de 2010
Felipe de Vicente es el presidente de la Asociación Nacional de Catedráticos de Instituto (Ancaba). Esta agrupación aboga por la implantación de un modelo de Bachillerato de tres años, similar al francés.
Ancaba lanza su propuesta de ampliar la postobligatoria a tres años. ¿Cómo se articularía?
Básicamente consistiría en terminar la enseñanza comprensiva, no la obligatoria, a los 15 años y a partir de esta edad se abrirían para los alumnos tres posibilidades: para aquéllos que terminen la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) sin el graduado tendríamos los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), y, para los que sí que hayan titulado se contemplarían dos posibilidades, o cursar estudios de Bachillerato general de preparación a la Universidad o un Bachillerato Profesional, que se concibe como una preparación a la Formación Profesional de Grado Superior. De esta manera se consigue mejorar el nivel de la FP.
¿Cuáles serían los objetivos que se persiguen?
Fundamentalmente, elevar el nivel actual de jóvenes en España que no tienen una cualificación en la enseñanza postobligatoria. Todavía nos encontramos muy lejos de los objetivos de Lisboa donde se fijó el reto de lograr que el 85% de los jóvenes españoles tuviesen estudios de Secundaria postobligatoria. Además, como en nuestra propuesta la enseñanza obligatoria sigue hasta los 16 años, conseguiríamos que, al finalizar la ESO con 15 y tener que estar un curso más en el sistema, comenzasen a estudiar alguna de estas tres vías. Si empiezan es más fácil que terminen sus estudios postobligatorios. ¿Qué es lo que está pasando ahora? Pues que el 30% de los alumnos termina la ESO sin sacarse el título. Si conseguimos que a partir de los 15 años estén todos encarrilados en alguna de esas tres vías, conseguiremos acercarnos al 85% de esos jóvenes con estudios postobligatorios.
Hablamos de un Bachillerato profesional, ¿qué diferencia habría con una Formación Profesional de Grado Medio?
La FP que nosotros concebimos tendría tres cursos: un primer año muy similar al actual 4º de la ESO, con asignaturas no troncales relacionadas con las Nuevas Tecnologías y la función profesional, y un segundo y tercer año en los que se cursarían materias idénticas a las que hay ahora en los ciclos formativos, más otro tronco de asignaturas humanísticas como Lengua y Ciencias Sociales, donde se incluiría Filosofía e Historia. De esta manera, al terminar el Bachillerato profesional los estudiantes podrían acceder directamente a la FP de Grado Superior, mientras que ahora deben realizar un curso de adaptación.
¿Estos estudios facilitarían el acceso al mercado laboral o a un Grado Superior?
Sí y además los alumnos tendrían un título de Bachillerato que, aunque suele estar orientado hacia la Universidad, serviría para cursar una FP. De tal manera, la Formación Profesional de Grado Superior se concebiría como una enseñanza de más valor que la actual, ya que, al haber desaparecido las diplomaturas, el Grado Superior sería el título intermedio entre el Bachillerato y los estudios de Grado universitarios.
El Ministerio de Educación propone la creación de un 4º de la ESO más flexible, ¿qué valoración les merece?
La propuesta del Ministerio de Educación es un quiero y no puedo. Si quieren hacer una propuesta realmente seria y acorde con lo que ocurre en el resto de los países europeos, deberían plantearse un Bachillerato de tres años.
Prácticamente nos encontramos en el grupo minoritario de países que cuentan con un Bachillerato de dos años, la inmensa mayoría de los sistemas educativos tienen implantada una postobligatoria de tres cursos.
Su propuesta es muy similar al modelo francés. ¿Por qué consideran que es oportuno copiar este sistema?
Efectivamente nosotros proponemos un modelo de Bachillerato parecido al que tienen en Francia, porque éste es un país cercano con una sociedad más parecida a la española; además de que es un sistema que funciona bien.
Quisiera destacar que, además de la duración, existe otra diferencia con el sistema francés y es el título de Bachillerato: mientras que en España lo asigna cada centro, en Francia se concede tras la superación de una prueba nacional externa, la Baccalauréat. Nosotros apostamos por un examen externo que certifique la superación de esta etapa de la Educación Superior.
¿Independientemente de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU)?
Bueno, es que a lo mejor no sería necesario realizar la PAU si se hiciese una prueba externa ligada al título de Bachillerato. ¿Para qué sirve la Selectividad si más del 90% de los presentados la aprueban? No tiene mucho sentido, ¿no?
Una de las críticas más recurrentes hacia el actual Bachillerato es que su último año está condicionado por los exámenes de acceso a la Universidad.
Así es, actualmente el segundo curso de Bachillerato se enfoca en la preparación de los alumnos para superar la PAU; si existiese una prueba externa se lograría que esta etapa cumpliese los objetivos para los que está diseñada, cumpliendo unos currículos que luego, en la prueba final, se comprobaría que los alumnos han asimilado convenientemente, demostrando su grado de madurez para acceder a estudios superiores.
