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El 57% de los alumnos reconoce agresiones físicas hacia otros compañeros en el centro educativo

El último informe realizado por la Fundación Pfizer sobre 'Juventud y violencia' demuestra que la conflictividad escolar sigue estando muy presente en las aulas.
Adrián ArcosLunes, 30 de agosto de 2010
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Si alguien pensaba que ya no se registran altos índices de conflictividad escolar, parece ser que se equivoca. Es cierto que algunas investigaciones recientes reflejan un panorama más optimista y una progresiva reducción de las conductas antisociales. Sin embargo, aún aparecen algunos estudios que demuestran que la violencia sigue estando muy presente en los centros. Es el caso del último informe realizado por la Fundación Pfizer sobre Juventud y violencia. Una de las conclusiones revela que “un 75% de los jóvenes estudiantes conoce a algún compañero que haya sido insultado, amenazado o acosado por otros alumnos”. E incluso un 57% manifiesta que “este tipo de acciones han llegado a desembocar en la agresión física”.

Con respecto al profesorado, un 32% de los estudiantes conoce algún caso de maltrato psicológico directo padecido por parte de algún docente desde sus propios alumnos. Además, un 25% menciona algún caso de profesores que han sufrido daños materiales, y hasta un 5% manifiesta que han llegado a producirse casos de agresión física. En este punto, mientras que los padres comparten lo manifestado por sus hijos, los profesores elevan claramente el grado de alarma, y más del 60% afirma conocer a algún compañero docente que ha sufrido daños materiales o amenazas directas por parte de alumnos.

A la inversa, sólo un 6% de los alumnos menciona a algún compañero que haya recibido algún cachete o bofetón por parte de un profesor. También las agresiones psicológicas vía internet son evidenciadas por un 42,5% entre los propios alumnos, mientras un 11,8% de ellos hace alusión a algún caso de insultos, amenazas o acoso a un profesor a través de las nuevas tecnologías.

En este contexto, uno de cada cuatro estudiantes (27%) cree que algún compañero acude a clase con miedo a ser agredido, acosado o amenazado, una situación que el 10% manifiesta experimentar personalmente, aunque sea de forma ocasional. De hecho, un 4% de los alumnos encuestados llega a plantearse la posibilidad de cambiar de centro escolar por este motivo.

Un porcentaje similar de padres (11,2%) comparte la sensación de que sus hijos sienten alguna vez miedo a ser agredidos en el ámbito escolar. De hecho, hasta un 9,4% llega a plantearse por ello la posibilidad de un cambio de centro.

El estudio Juventud y violencia también pone de relieve que una gran mayoría de los profesores opina que nuestra sociedad ha convertido a la escuela en la principal responsable de la Educación y socialización de los jóvenes, por encima de las propias familias (93,5%). Además, señala que los casos graves de violencia escolar suceden fuera del recinto escolar (81,8%), y que en los últimos años han aumentado los comportamientos violentos (70,6%). Por otra parte, existe una tendencia común entre los profesores en señalar que no cuentan con suficiente legitimidad y autoridad ante padres y alumnos (74,8%).

De esta forma, el comportamiento de los padres de alumnos conflictivos –en opinión de los profesores– acostumbra a ser en defensa de su hijo (59,5%), frente a una minoría (32,7%) que apoya al centro escolar y a su profesorado.

Con respecto a las relaciones entre padres y profesores, la frecuencia más habitual mencionada por los progenitores es de una o dos veces al trimestre (54%); y un 87% lo hace al menos una vez al semestre. Además, el 60% manifiesta que las agresiones de los jóvenes están presentes en sus conversaciones con los docentes.

El estudio de Fundación Pfizer, realizado por TNS Demoscopia, es el resultado de una encuesta a 800 chicos de entre 12 y 18 años de toda España. También se ha entrevistado a los padres de estos jóvenes y a 200 de sus profesores.

Otro estudio reciente realizado por dos investigadoras de la Universidad de Santiago de Compostela muestra que “los comportamientos violentos constituyen una meta para los adolescentes porque les permite el logro del reconocimiento social, así como el establecimiento de una identidad y reputación antisocial que les reporta cierta popularidad ante los demás”. Estas metas antisociales están más presentes en los chicos, ya que las chicas dan más importancia a temas educativos e interpersonales-familiares.

RESULTADOS GENERALES

  • Incidencia

Tres de cada cuatro jóvenes (74%) consideran que los comportamientos agresivos o violentos son muy o bastante habituales en la sociedad española actual (para un 67,7% más ahora que en el pasado).

  • Ámbitos

Los comportamientos violentos son considerados por los jóvenes poco o nada habituales en el ámbito familiar (97%) y el más cercano, donde viven –calle o barrio– (alrededor el 80%), así como en su entorno on line, en los chats y redes sociales en los que entran (79%). Sin embargo, son destacados como más habituales en el entorno escolar (30%) y en sus lugares de ocio (33%).

  • Causas

Entre las causas que influyen en la agresividad, destacan, según los propios jóvenes, el consumo de alcohol y/o drogas (87%) y el haber padecido comportamientos violentos en su entorno vivencial (81%).

  • Justificaciones

Prácticamente, uno de cada dos jóvenes justifica este tipo de comportamientos en caso de defensa propia (49%), de un familiar (49%) o en casos extremos (45%). Sólo uno de cada cuatro encuentra justificación cuando un chico lleva una copa de más (24%).

  • Participación

¿Qué hacen los jóvenes cuando se encuentran envueltos en situaciones violentas? Un 38% elude cualquier eventual participación, mientras las posturas intervinientes más habituales serían acudir al diálogo (14%), ayudar al agredido (11,8%), enfrentarse al agresor (10%) o pedir ayuda externa (9%).

  • Agresiones físicas

Un 12% de los jóvenes manifiesta haber sido agredido físicamente por hermanos u otros familiares; un 10% por parte del padre o madre; otro 10% por compañeros de estudio; un 8% por gente desconocida; un 5% por amigos o vecinos; un 3% por policías; y sólo un 2% en referencia a los profesores, y un 1% por parte del novio o pareja.

  • Maltrato psicológico

En maltrato emocional o psicológico, los jóvenes destacan especialmente a los propios compañeros de estudio (17%) y a personas desconocidas (10%), siendo mucho menor la referencia a algún profesor (3,2%).

  • Violencia de género

Uno de cada seis jóvenes manifiesta haber sido testigo de algún caso de violencia de género en los ambientes en los que se mueve (17%), cifra inferior en sus círculos de compañeros (12%), y testimonial a nivel familiar (2%).

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