El pacto andaluz
El presidente Griñán, consciente de la desastrosa situación de la enseñanza en Andalucía, pese a las optimistas declaraciones de su consejero de Educación y a los angelicales informes de sus inoperantes “observatorios”, ha vuelto a proponer un pacto educativo que incluya a partidos políticos, padres, profesores, etc.
La cosa no deja de tener su gracia, especialmente si tenemos en cuenta que el consejero de Educación del gobierno presidido por el señor Griñán acaba de imponer a esos mismos profesores, cuya colaboración para el pacto ahora reclama, un Reglamento Orgánico de Centros (ROC) que empeora notablemente sus condiciones de trabajo, no respeta la libertad de cátedra e insiste en el ya habitual integrismo pedagógico que nos ha llevado a la actual situación. Por no hablar del empecinamiento mostrado por ese mismo consejero en mantener el mal llamado “Plan de Calidad”, pese al claro rechazo que ha obtenido entre los docentes de Secundaria y a haber sido declarado ilegal por los tribunales. Pero, sobre todo, recordemos que los sueldos de esos funcionarios docentes sufrieron recientemente un recorte del todo injustificado; un recorte que, curiosamente, no tuvieron que soportar los muchos cargos designados “a dedo” que llenan las numerosas y siempre deficitarias empresas públicas andaluzas, cuyas misteriosas finalidades nunca incluyen el dar servicio a los ciudadanos.
Si realmente desea la colaboración de los profesores en ese pacto educativo que propone, señor Griñán, empiece por retirar el ROC y el Plan de Calidad. Y por cerrar todas esas empresas públicas y observatorios que financia con nuestra bajada de sueldos.
Gonzalo Guijarro
Portavoz de APIA