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La lucha por la profesionalización de las direcciones llega a los tribunales

Conseguir profesionalizar las direcciones no ha sido una tarea fácil en Cataluña. A nivel nacional, se intenta desde inicios del año 2000, sin éxito por los cambios de color político al frente del Gobierno. En el territorio catalán es una realidad desde que se aprobó el Estatuto y más tarde la Ley de Educación (LEC).
Noelia RamírezMartes, 25 de enero de 2011
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La nueva normativa ha abierto las puertas a igualarnos con el resto de Europa en la gestión de centros gracias a tres decretos clave que cambiarán las reglas del juego en las relaciones entre docente, alumno y dirección. Son los decretos de Dirección, Autonomía y Evaluación. Los dos primeros ya se aprobaron en los últimos meses del ex conseller Maragall y el tercero está a la espera de ver la luz ahora que el nuevo gobierno de CiU se ha hecho con las riendas de la Generalitat. La nueva consellera educativa, Irene Rigau, no obstante, no piensa poner ninguna traba al futuro de los equipos directivos puesto que fue una defensora acérrima del nuevo modelo.

Si la profesionalización de las direcciones se ha encontrado con alguna traba en su camino ha sido con la oposición sindical. En los prolegómenos de la Ley de Educación la conversión del Claustro escolar en un “equipo directivo” no gustó a las agrupaciones más combativas y fue uno de los motivos que impulsó a casi todas las huelgas generales que Maragall vivió en su contra . La Ley de Educación planteaba transformar radicalmente la gestión de los centros en aras del éxito escolar y se perdía la horizontalidad del Claustro a favor del “jefe de personal”. La norma llegó en julio de 2009 y el desarrollo de la gestión de las direcciones comenzó en agosto de 2010. La polémica estaba servida.

“Visión antidemocrática”
En plena canícula y descanso estival, el Decreto de Autonomía, primer paso para la profesionalización de las direcciones, vio la luz. Los sindicatos consideraron que implicaba “una concepción antidemocrática” de la Educación y Ustec lo recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña el 19 de octubre. Una semana más tarde, el Alto Tribunal admitió el recurso.

La verdadera revolución, no obstante, llegó el 8 de noviembre. El Govern aprobó el Decreto de Direcciones y por fin se pudo poner cara y ojos a los cambios que aportaría al sistema. Con la nueva ley y al servicio del proyecto autónomo de cada centro, la dirección podrá incidir de tres formas en la contratación de profesores: proponiendo la plantilla global, seleccionando a los interinos –dentro de la bolsa oficial que ahora va por antigüedad–, y pidiendo a la Administración que algunos docentes cumplan ciertas características –como que sepan idiomas o sean especialistas en materias–. También podrán asignar complementos retributivos relacionados con la mayor “dedicación, innovación e implicación” en la mejora del rendimiento escolar, aunque aquí el director estará sujeto a las ayudas previas que le haya asignado la Administración.

Sólo con estos dos ejemplos se levantaron ampollas en los sindicatos. Respecto a la decisión de impartir retribuciones, “no hay garantías de objetividad, mérito y capacidad”, alega la portavoz de Ustec, Rosa Cañadell. “Estos decretos son una vuelta al pasado en relación a la democracia en los centros, dificultando la participación del profesorado en las decisiones pedagógicas y organizativas, dejando en manos de una sola persona las decisiones más importantes”, indica.

Y es que el hecho de que ahora el directivo sea el representante de la Administración en el centro y no el portavoz del centro de cara a la Administración no gusta. “Estimula una tipología de liderazgo que va en contra de la buena relación y participación entre todos los miembros del Claustro y del resto del equipo directivo. Cuanto más autoritaria sea la actitud de las direcciones más dificultará la participación y la innovación entre el resto del profesorado y más estimulará la autocensura y la sumisión”, remarca Cañadell .

Las direcciones podrán captar recursos extra alquilando las instalaciones escolares, resolver casos de faltas leves de profesores, como las impuntualidades. Y serán evaluadas, al igual que el proyecto de centro, cada cuatro años, jugándose el puesto de trabajo si la evaluación es negativa. Riesgos que hay que asumir mientras su complemento salarial crecerá cada cuatro años hasta completar los 16, cuando hasta ahora sólo se cobraba al dejar el cargo.

Con todo, el 1 de diciembre Ustec volvió al TSJC para presentar un recurso contra el Decreto de Direcciones, admitido por el Alto Tribunal el pasado 29 de diciembre. La batalla por el control de los centros está servida.

Cronología de una nueva gestión educativa

  • 1 de julio 2009

Se aprueba la Ley de Educación de Cataluña en el Parlamento catalán. El texto incluye una tríada de decretos clave para la profesionalización del sector: Autonomía, Direcciones y Evaluación.

  • 3 de agosto de 2010

La Generalitat aprueba el Decreto de Autonomía. A partir de ahora los centros tendrán libertad para decidir su programa educativo. El ex conseller Maragall asegura que dejar las direcciones profesionalizadas es un paso decisivo antes de las autonómicas de noviembre.

  • 30 de octubre de 2010

El TSJC admite el recurso contra el decreto que el sindicato mayoritario de la pública presentó once días antes. La agrupación alega que el Decreto de Autonomía “consagra la discrecionalidad y abre una puerta a la arbitrariedad y a la falta de seguridad jurídica del profesorado y los centros”.

  • 8 de noviembre de 2010

Se aprueba el Decreto de Direcciones. Los directores están capacitados para imponer sanciones leves a docentes, decidir plantillas o alquilar los espacios del centro para la autofinanciación. Su salario aumenta. Por cada cuatro años que ocupen el cargo consolidarán el plus de dirección: 15% al final del cuarto año, el 35% al final del octavo, el 55% , del duodécimo y del 75% a los 16 años. Pasan a ser autoridad pública pero también se juegan su puesto de trabajo en la evaluación que el centro realizará cada cuatro años. La Agencia de Evaluación valorará si ha cumplido con los objetivos iniciales, como el éxito escolar de sus alumnos. Los recursos extra que la Administración aporte al centro (como complementos para docentes) también se jugarán en la evaluación. Ustec cree que “la evaluación sería positiva si no estuviera ligada a la promoción docente ni al ránking de centros, sino a proporcionar datos para reflexionar sobre lo que va bien y mal”.

  • 29 de diciembre de 2010

El TSJC admite el recurso de Ustec contra el Decreto de Direcciones impuesto el día 1 de diciembre.

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