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“La Educación diferenciada facilita la vocación académica de la clase”

EEUU dio luz verde a la Educación diferenciada en la Pública en 2006. Poco después, Chadwell empezó a coordinar este tipo de iniciativas en Carolina del Sur, donde actualmente hay más de 160 centros públicos con programas single-sex.

Rodrigo SantodomingoMartes, 8 de marzo de 2011
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Foto: Jorge Zorrilla

¿Hubo mucha polémica en EEUU cuando se abrió la puerta a la Educación diferenciada en la escuela pública?
Sí. Aunque la medida se adoptó en 2006, dicha posibilidad ya estaba contemplada en la ley No Child Left Behind, que fue aprobada en 2002 y aún continúa en vigor. Durante esos cuatro años, la opinión pública pudo exponer y compartir sus ideas al respecto, de manera que asistimos a un largo proceso de diálogo. Hoy en día, todavía hay grupos que afirman que la medida es inconstitucional, aunque la mayoría de la gente, al tratarse de algo opcional, entiende que encaja sin problemas en nuestro marco normativo. No se obliga a nadie a que introduzca la Educación diferenciada en sus centros. Hablamos de libertad de elección, de una oportunidad más.

¿Le sorprendió que Hillary Clinton fuese una de las senadoras que más apoyó la iniciativa?
No, no me sorprendió. Ella misma es un producto de una institución de Educación diferenciada, ya que fue alumna del Wellesley College, una universidad sólo para chicas en Massachusetts. Supongo que esa experiencia le ha hecho concebir esta opción educativa como una forma de ampliar las posibilidades de padres y alumnos, de fortalecer su libertad.

¿Piensa que en Europa impera la opinión de que toda la escuela pública debe ofrecer exactamente lo mismo a todos los alumnos?
Por lo que he visto y me han contado, en España la idea de igualdad está asociada a idéntico, y en ocasiones igualdad no tiene necesariamente que significar idéntico. También podemos relacionarla con el nivel de rendimiento, de forma que, si quieres que todos los alumnos puedan rendir igual (o al menos aspirar a ello), quizá tengas que probar cosas diferentes. En EEUU, estamos empezando a pensar en la igualdad como un resultado final y no como un punto de partida.

En el debate educativo, ¿es EEUU más pragmático que Europa? ¿Atienden, a la hora de plantearse nuevas medidas, más a los hechos que a cuestiones ideológicas?
Sí lo creo. Durante la última década, en mi país nos hemos centrado en los datos, sobre todo en lo que se refiere al rendimiento de los alumnos. Esto ha ocurrido porque la ley No Child Left Behind dio un fuerte impulso a la evaluación, tanto a alumnos como a las escuelas en su conjunto. Antes de 2002, por supuesto que el rendimiento era importante, pero ahora lo es todo. Aquí en Europa, tengo la impresión de que el debate sigue muy politizado, con un fuerte peso de la ideología.

¿En qué sentido contribuye la Educación diferenciada a superar los estereotipos de género?
El alumno no tiene que estar pendiente de las expectativas que imponen los estereotipos, ya que el sexo opuesto no está presente. Cuando sólo hay chicos en clase, estos no piensan “quizá debería comportarme así”, puesto que no hay una audiencia femenina ante la que actuar. Lo mismo para las chicas: como no tienen que preocuparse por el sexo opuesto –“qué piensan”, “qué dirán de mí”, “cómo puedo llamar su atención para conseguir una cita para el fin de semana”…–, pueden concentrarse en asuntos académicos. No estoy diciendo que esto no sea posible en las clases mixtas, donde también hay estudiantes absolutamente volcados en su aprendizaje. Pero pienso que la Educación diferenciada facilita la vocación académica de la clase, dejando la socialización del alumno para los pasillos, el recreo…

Para usted, ¿sería ésta la fórmula perfecta: chicos y chicas en un mismo centro para que puedan relacionarse, pero aprendiendo en clases separadas?
No sé si existe una fórmula perfecta. Lo que sí tengo claro es que, en la escuela, la formación académica debería ser lo primero, y la socialización del alumno, lo segundo. Hay quien sostiene que debería ser al revés. Yo pienso que si prestamos más atención a la socialización, nos arriesgamos a que surjan problemas de disciplina y a que los alumnos aprendan menos. Si hablamos en concreto de colegios públicos mixtos con clases diferenciadas, mi opinión es que dicho modelo agiliza mucho la implantación de esta opción educativa. No hay que construir nuevos centros: el cambio puede producirse en las escuelas que ya existen.

¿Hay docentes, sean hombres o mujeres, cuyo perfil encaja mejor para enseñar a alguno de los dos sexos?
Pienso que todos los profesores deberían entender la importancia de los asuntos de género en el aprendizaje. Esto no significa que todos los chicos aprendan de una forma y todas las chicas de otra. Aquí confluyen varios factores como la genética, las experiencias del alumno… Pero sí parece que hay algo que tiene que ver con el género en su conjunto, y los profesores deberían saberlo. Respondiendo a su pregunta, las profesoras a las que se les dan bien los chicos tienen normalmente hermanos o hijos varones. Han tenido oportunidad de captar lo que los chicos suelen hacer y saben cómo trabajar con ellos, no les resulta extraño. Lo mismo ocurre con los profesores que se sienten a gusto frente a una clase de chicas: lo habitual es que tengan hijas o hermanas. No se trata tanto de que el docente sea hombre o mujer como de que sepa cuáles son sus puntos fuertes y débiles y los ajuste en función de la clase.

Admitiendo que existen patrones de aprendizaje propios de cada género, ¿qué hacemos con las excepciones?
Dos respuestas a esto que me plantea. La primera, por eso existe la libertad de elección: no puedes hacer que la Educación diferenciada sea obligatoria para todos. Hay alumnos y alumnas para los que ésta quizá no sea la mejor opción. La segunda, el género puede darte un marco general sobre el que trabajar, pero al final se trata de conocer a tus alumnos y responder a las necesidades individuales de cada uno. A veces se tiende a simplificar la Educación diferenciada diciendo que pretende, sin más, poner a los chicos en un sitio y a las chicas en otro. Y hay muchas piezas en el puzle. Por eso la formación del profesorado en estos asuntos se antoja imprescindible, y no sólo para aquellos que enseñan en clases diferenciadas.

Al explicar la mejora de resultados en las aulas de Educación diferenciada de la Pública, ¿es posible que influyan otros factores, por ejemplo el tipo de familias que optan por ellas?
No. Los alumnos de las clases diferenciadas en la escuela pública proceden de todo tipo de familias: tradicionales, monoparentales, con o sin estudios universitarios, ricas, pobres… Por eso la escuela pública resulta ideal para estudiar el impacto real de la Educación diferenciada.

¿Sigue avanzando la investigación sobre las diferencias de género? ¿Podemos esperar nuevos hallazgos en el futuro?
Sin duda, sólo estamos empezando a estudiar estas diferencias desde un punto de vista científico. La tecnología se está convirtiendo en una herramienta extremadamente poderosa para entender lo que ocurre en el cerebro humano.

En campos diferentes a la enseñanza, por ejemplo la medicina, existe un buen número de investigaciones que intentan comprender las diferencias entre hombres y mujeres. Algunos doctores, sobre todo en salud mental, se están dando cuenta de que quizá deberían recetar diferentes medicamentos a hombres y mujeres porque la respuesta de su cerebro difiere. Así que cada vez más profesionales toman en consideración las cuestiones de género. No como una verdad absoluta, sino como un área de conocimiento que puede clarificar algunas dudas que surgen en su trabajo. La Educación no puede ignorar esta nueva forma de ver las cosas.

Las Claves

  • Alumnos

En una encuesta realizada en 2010 entre alumnos que habían pasado a formar parte del programa de Educación diferenciada en las escuela públicas de Carolina del Sur, entre un 60 y un 80% aseguró que, desde que abandonaron las aulas mixtas, participaban más en clase, tenían mejor concepto de sí mismos como estudiantes y ponían mayor esfuerzo en sus tareas académicas.

  • Padres y profesores

Por su parte, más del 80% de los padres afirmó que, tras el cambio, sus hijos se mostraban más confiados e independientes. En cuanto a los profesores, también más del 80% declaró que la Educación diferenciada había conseguido que sus alumnos disfrutasen más de la experiencia en el aula y encontrasen menos complicado el aprendizaje en su conjunto.

  • Chicos

Según Chadwell, los chicos presentan, como grupo, algunas características que les diferencian de sus compañeras en el aprendizaje. Por ejemplo, responden bien a un tono de voz alto, se sienten estimulados por el movimiento en clase y suelen sobrestimar sus habilidades.

  • Chicas

Por el contrario, las alumnas sienten más atracción hacia el color como recurso didáctico, poseen mayor capacidad de concentración y reaccionan peor ante el estrés, según la encuesta de 2010.

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