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La ratio orientador-alumno, lejos de las recomendaciones internacionales

Pablo RoviraMartes, 29 de marzo de 2011
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“Es como si únicamente hubiera un equipo de bomberos para toda la ciudad. La gente pensaría que no sirven para nada porque no darían abasto para llegar a ningún fuego”. Así describe Juan Antonio Planas, presidente de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España (Copoe), la situación de los orientadores en muchos centros educativos. “Es un problema circular. La ratio llega a un orientador para todo un instituto de mil alumnos y cien profesores. Como no podemos llegar a todos los casos, alguien puede pensar que no sirve para nada”. Es en este contexto donde se enmarca la principal reivindicación de un colectivo que agrupa a pedagogos, psicopedagogos y psicólogos: que el sistema educativo asuma como propia la ratio europea y las recomendaciones de la Unesco que proponen la existencia de al menos un orientador por cada 250 alumnos. Muy lejos, eso sí, de los 75 alumnos por orientador que hay en Finlandia (según el Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunitat Valenciana), país que con sus resultados en PISA se ha convertido en el espejo educativo al que se mira toda Educación europea.

Al mismo tiempo, si la reducción de la ratio es su primera reivindicación, atajar el abandono educativo temprano en los institutos españoles se ha convertido en el primer reto –que no único– de los departamentos de orientación. “Creemos que si nos dejan la participación de los pedagogos en los centros, las tasas de fracaso y abandono escolares mejorarán sustancialmente”, señala Enrique Castillejo, presidente del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunitat Valenciana.

Para debatir sobre estas cuestiones, alrededor de 400 orientadores se reúnen esta semana en Alicante durante las segundas Jornadas Nacionales de Orientación: Orientación 2.0, organizadas por Acopova y el Cefire de Alicante. Para los organizadores, “nos interesa que entre los profesionales de diferentes campos de intervención y los que nos dedicamos a la orientación podamos recoger aportaciones sobre otra visión de la orientación con nuevas propuestas y nuevas experiencias. Analizar las perspectivas que nos ayuden a señalar, identificar, reconocer nuevos objetivos y nuevos problemas, planteándonos qué podemos hacer en este nuevo escenario”.

Como comenta Araceli Púa, directora del Cefire de Alicante, “desde finales de los 90, se ha reforzado el papel de los orientadores tanto en lo referido a la orientación educativa como a la tutoría y la orientación laboral”. Actualmente, la orientación difiere se trate de Primaria o Secundaria. En el primer caso, “intervienen equipos de orientación educativa y psicólogos que atienden a varios centros”, explica Juan Antonio Planas. “En Secundaria, los institutos cuentan con departamento de Orientación, o de orientador sin departamento en el caso de los centros concertados”. Estos departamentos son interdisciplinares, atendidos además de por el orientador, por psicólogos, maestros de Pedagogía Terapéutica, trabajadores sociales, etcétera. “En algunas comunidades autónomas, como es el caso de Castilla-La Mancha, Navarra o Galicia, ya existe un orientador en cada centro de Primaria”, señala Planas. Y algunas autonomías estudian la incorporación del segundo orientador a los departamentos de los institutos de Secundaria.

En los últimos años, los campos de intervención de los orientadores se han incrementado y enriquecido. Un ejemplo paradigmático son los informes de los alumnos susceptibles de entrar en los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI). En este sentido, el orientador interviene de manera específica en cada uno de los agentes de la comunidad educativa. Por un lado, en cuanto a la formación de los docentes. “El orientador tiene una visión más general de la problemática del centro”, comenta Araceli Púa. “El departamento de orientación de un colegio o instituto es el que puede hacer un plan de mejora contra el abandono escolar”, o “desarrollar los cursos específicos sobre los trastornos del aprendizaje”.

Por otro lado, está la orientación educativa y laboral que se realiza con el alumnado, donde hay que incluir el desarrollo de los programas de atención a la diversidad, la Educación Compensatoria y los diagnósticos específicos para los PCPI y la inserción laboral. Pero no sólo para los alumnos tradicionalmente señalados como con necesidades educativas especiales. “Últimamente, estamos viendo que alumnos cuyos padres están en proceso de separación bajan su rendimiento académico y en esos casos también tenemos que desarrollar nuestra labor”, comenta Juan Antonio Planas.

También es un campo de intervención la convivencia escolar. Charo Moya, vicepresidenta de Apocova, señala que “precisamente porque tenemos alguna formación sobre convivencia, la legislación nos ha ido asignando tareas en los procesos que la componen. Los orientadores somos, en muchos casos, los verdaderos impulsores, motivadores, líderes, de las acciones sobre convivencia en los centros. A veces sentimos que, lo que hacemos, es solo un parcheo impotente y/o estéril. Pero en ocasiones se ha logrado mejorar la cultura de convivencia gracias a la orientación y sus profesionales”.

A todo esto se añade el contacto con las familias que cada día más participan los orientadores a través de la acción tutorial. “Las familias conocen la figura del orientador. Y es algo positivo porque en Educación toda aproximación de posturas entre padres y profesores va en beneficio del desarrollo del alumno y, por tanto, hay que intentar hacer esas relaciones más fluidas”, apunta la directora del Cefire de Alicante.

En esta cooperación familia-escuela, los orientadores pueden aportar sus conocimientos y formación tanto en el terreno de la mediación escolar como su participación activa en las escuelas de padres.

Orientación 2.0
Las segundas jornadas nacionales de Orientación de Alicante harán especial hincapié en “la Orientación a través de las nuevas tecnologías". Para Araceli Púa, “las nuevas tecnologías están en la sociedad y la escuela no puede ser ajena a ello. Además, es un mundo que facilita la comunicación y puede ser herramienta de aprendizaje”. A su juicio, las TIC tienen mucho que aportar a la labor orientadora. “Al orientador le pueden servir como herramientas de uso personal y para el trabajo colaborativo para comunicarse con otros profesionales. Pero también como herramienta para la difusión de la orientación”.

Charo Moya afirma que “las tecnologías son fundamentales en nuestra sociedad actual donde su utilización es cada vez mayor por las posibilidades que nos ofrece. Como docentes y especialistas en Educación, no podemos estar al margen de estos recursos y debemos utilizarlos para atender al sistema educativo adecuado a una sociedad del siglo XXI. Los orientadores tenemos que asesorar y dar apoyo a todos los sectores: profesorado, alumnado y familias. ¿Pero cómo llegar a ellos cuando no podemos estar continuamente reuniéndonos? Las tecnologías, a través de la red, nos ofrecen muchas posibilidades para tener información actualizada en cualquier lugar y momento.

Jornadas nacionales sobre Orientación 2.0

  • Las jornadas nacionales sobre Orientación se centrarán esta vez en las TIC, ya que, como comenta Charo Moya, vicepresidenta de Apocova, “el alumnado maneja sin dificultad las redes sociales, la búsqueda en internet de la información que le interesa, realiza vídeos… ¿Pero cómo aprovechar estos recursos para darle un giro educativo? Este es el reto que tenemos los docentes y el esfuerzo que debemos hacer para trabajar con nuestro alumnado para que, a través de las TIC, sean capaces de ser creativos, selectivos, críticos y con la posibilidad de recoger y analizar la información tan abundante a la que pueden acceder en la red. Si en la LOE se habla de conseguir en el alumnado que adquiera una adecuada competencia digital cuando finalice la ESO, como docentes debemos profundizar en la utilización de las TIC, perdiendo el miedo al uso de esta metodología y demandando la infraestructura necesaria para que esto sea una realidad y no ciencia ficción”. En este sentido, señala Araceli Púa, directora del Cefire de Alicante, la nueva realidad educativa “exige una práctica más novedosa” y, cómo no, la utilización de los recursos TIC para la labor docente y orientadora.

De este modo, las jornadas contarán con ponencias específicas sobre TIC y orientación. Así, Jordi Adell, profesor del Centro de Educación y Nuevas Tecnologías de la Universidad Jaume I de Castellón habrá sobre “Redes sociales, utilidades para profesorado y alumnado”. Además, Amedeo Maturo, experto en Derecho de las TIC, hablará sobre “Riesgos digitales”. Durante las jornadas también habrá presentaciones de recursos educativos para orientadores como el Proyecto Ambezar o aplicaciones educativas de la psicología positiva. Además, habrá comunicaciones por parte de orientadores de IES sobre herramientas TIC.

Las jornadas también contarán con mesas redondas, más allá de las TIC, sobre los “Retos de la Orientación de la Comunitat Valenciana dentro del marco nacional y europeo” o sobre “Enfoques emergentes de la orientación”. El programa completo se puede consultar en www.apocova.com.

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