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Unidad de las APA para aumentar su participación

Los padres reclaman una mayor participación en la gestión de los centros y en el diseño de las políticas educativas que afectan a la formación de sus hijos
Diego FranceschMartes, 22 de marzo de 2011
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Los datos son claros: la participación de los padres en los órganos de representación previstos por la ley es cada vez más escasa. Sólo el 40% participa en los consejos escolares, entre el 60 y el 80% en las actividades de apoyo, extraescolares o culturales y el 90% en el proceso de enseñanza. En lo que respecta a las reuniones de las APA, el panorama es desolador. No llega al 30% los padres que asisten siempre y el 14% no va nunca.

Por estos y otros datos, las dos grandes confederaciones de padres –Concapa y Ceapa–, de ideologías opuestas, se han unido en una jornada para reclamar cambios normativos que hagan más fuerte su participación en la vida de los centros. En el ámbito de los consejos escolares, por ejemplo, y vista la pérdida de representación de los padres y su capacidad de decisión en ellos, han convocado al Ministerio a una mesa de negociación para revisar la normativa actual con vistas a cambiarla para que “recuperen las funciones de gobierno y los padres y madres dejemos de ser meras comparsas”. En la actualidad el sistema prevé tres reuniones cada curso “con un orden del día prefijado y carente de contenido real”, según las APA.

Por eso, los padres piden que se fije una representación paritaria, de manera que padres, profesores y alumnos tengan la misma cuota de miembros.

Otra de las medidas propuesta por las APA es la de que se realicen cambios en la legislación laboral para fijar permisos laborales de asistencia a tutorías, consejos escolares y, en general, para el ejercicio de representación y participación de los padres, una antigua demanda de la Concapa. Su presidente, Luis Carbonel, señala que “otras organizaciones, como los sindicatos, cuentan con liberados para poder cumplir con la representación, pero que no es así en el caso de las APA”, motivo por el que la Concapa pide “permisos remunerados” para los padres.

Por su parte, Jesús Mª Sánchez, presidente de Ceapa, cifra en menos del 20% el porcentaje de participación de los padres y que esto es debido a que muchos se cuestionan “para qué participar si sólo es testimonial”. Sánchez añade además que las APA no disponen de recursos y que los recortes han llegado en algunas autonomías al 60%, ya que el movimiento asociativo es el que más ha sufrido y las APA subsisten con las aportaciones de las familias.

El ministro Gabilondo parece compartir estas aspiraciones de los padres y alabó el consenso (de estas dos fuerzas) como “el único camino para dar estabilidad normativa y para avanzar”. Gabilondo calificó el encuentro de las APA y el Ministerio –que se celebró en el Consejo Escolar del Estado– como “un gesto de voluntad de que en la Educación queremos trabajar conjuntamente y que mientras haya esta voluntad yo confío en que tarde o temprano haya un gran acuerdo social y político que es imprescindible”, añadió.

El ministro hizo “un llamamiento” a todas las comunidades para que “entiendan que esto es un factor determinante para el funcionamiento de la comunidad educativa, para la participación y la mejora del sistema educativo y por tanto –en la medida de lo posible– replanteen u orienten el apoyo que necesitan estas asociaciones”.

Pero la participación de los padres no se limita a su representatividad en los consejos escolares o en las propias APA. Según el estudio Indicadores de participación de los padres en la Educación (Proyecto IPPE), realizado para España por la catedrática de la Universidad de La Rioja Ana Mª Vega, el concepto de participación se refiere a varios ámbitos: participación en la prestación de servicios educativos, es decir, en la creación de centros y su financiación pública, y participación en la programación general de enseñanza y en el control y gestión de centros públicos.

En ese sentido, todavía existen dificultades para la plena integración de los padres en estos ámbitos de participación. Algunas derivadas de la propia inhibición de las familias en la vida de los centros; otras, en la desconfianza de los profesores hacia ellos y también en la burocratización que existe y en la falta de transparencia y de información.

En este sentido, el papel de las administraciones educativas también es determinante, ya que pueden favorecer o entorpecer la participación de las familias en la medida que defienden u obstaculizan la libertad de elección, etc.

Otra de las dificultades para una mayor implicación de las familias es su poca formación sobre el funcionamiento de los consejos escolares y para aquellos que forman parte de las juntas directivas de las APA y federaciones. Los padres quieren que la formación de las familias esté incluida en el Proyecto Educativo de Centro.

Para la etapa de Secundaria, donde la presencia de los padres es aún menor, las confederaciones proponen abordar los problemas concretos de esta etapa a través de escuelas de padres y madres, presentando los temas de interés que preocupan a los padres y madres con hijos en esas edades; promoviendo la democracia participativa; fomentando el uso de la figura del padre o madre delegado de aula; e impulsando la relación entre el profesorado y las familias con medidas concretas como la presentación de todo el equipo de profesorado en una asamblea de principio de curso. En definitiva, aumentar la colaboración entre los centros y los padres de alumnos.

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