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Los niños de Lorca reviven su primer día de clase en la escuela del campamento

MagisnetMiércoles, 25 de mayo de 2011
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Los niños alojados en el campamento de atención a los afectados por el terremoto de Lorca han revivido hoy la emoción del primer día de clase en tres aulas gestionadas por docentes voluntarios, que se encargarán de su escolarización hasta que finalice el curso e intentarán alejar su mirada del desastre.

El campamento, un recinto alejado de la ciudad en el que cohabitan cerca de 1.500 personas desprendidas de sus hogares por la acción de dos seísmos, cuenta desde esta mañana con un nuevo núcleo de actividad que posibilita que cerca de 40 menores recuperen su derecho a la educación.

Son tres aulas prefabricadas –una para Infantil, otra para Primaria y otra para Secundaria– equipadas con todos los muebles y los materiales necesarios para que los estudiantes de 3 a 18 años que viven en este recinto puedan recibir clases con toda la normalidad que es posible generar en una situación así.

Las ha instalado el Gobierno murciano para suplir las carencias de quienes, por diferentes razones, no pueden asistir a su centro educativo desde el pasado 11 de mayo, día en el que una decena de colegios e institutos se vieron obligados a cerrar sus puertas hasta el próximo curso para poder reparar, o incluso demoler, sus instalaciones.

Así que hoy, a primera hora de la mañana, las tres aulas escenificaban una típico primer día de clase, con niños cargados de mochilas que sonríen al reencontrarse con sus amigos, padres y madres entristecidos por desprenderse de ellos y abnegados profesores que tratan de distribuir y organizar a sus alumnos.

Según han contado a EFE algunos de los seis profesores embarcados en esta aventura, las clases ejercitarán las materias habituales de los diferentes ciclos, pero no serán tan estrictas en su seguimiento y evaluación, porque la prioridad, además de la escolarización, es "normalizar" su pequeño mundo y hacer que olviden, al menos por unas horas, la situación adversa que les condiciona.

"Lo importante es que hagan las cosas propias de su edad, que jueguen con sus compañeros y que participen en las actividades escolares para que puedan olvidarse de todo lo que han padecido", comenta José Linares, técnico de la consejería de Educación.

Los niños están apoyados, además, por un gabinete de psicólogos que les atienden para superar los posibles traumas que surgen en un menor privado de su entorno y su rutina, y que tampoco comprende demasiado bien por qué se encuentra en este lugar.

Empieza la clase en el aula de Secundaria. "Ahora es el momento de conocernos" y después vendrá el recreo, como en todos los colegios e institutos, les dice el profesor.

"Eso sí, nada de chillidos ni de hablar cuando uno quiera. Esto es el cole, y aquí se viene a estudiar", añade, y entonces algunos tuercen el gesto.

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