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El profesor que logra un buen clima de trabajo tiene menos repetidores

Lunes, 24 de octubre de 2011
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Un análisis de los alumnos que participaron en las pruebas PISA revela que los mayores porcentajes de alumnos que repiten se da entre los alumnos inmigrantes de centros públicos, provenientes de familias monoparentales, con padres o madres ausentes del hogar y con bajo nivel de estudios. Hasta aquí el nivel puramente descriptivo. Pero si profundizamos más, como lo hace el Gabinete de Análisis Demoscópico (GAD3) en exclusiva para MAGISTERIO, vemos que hay grandes diferencias por comunidades. En Extremadura ha repetido el 51% de los alumnos de 15 años frente al 22% de los vascos. Además de los alumnos extremeños, tienen índices elevados los de Ceuta y Melilla, Canarias, Andalucía, Castilla-La Mancha o Baleares. Por el contrario, repiten en menor medida los alumnos de Asturias, Navarra o Cataluña, además de los vascos.

De entre todas las variables educativas y sociodemográficas que muestra el Informe PISA, los factores más frecuentes que influyen en que un alumno repita o no curso, figura en primer lugar el tipo de familia, la presencia de los padres en casa y el nivel de estudios de los padres, así como la nacionalidad (si el estudiante es español o no, y si no lo es, si es inmigrante de primera o de segunda generación).

En cuanto al tipo de centro, también influye si es público o privado y –sobre todo– si hay “ambiente de estudio”, es decir, un buen clima en las aulas y una actitud positiva ante el aprendizaje.

La disponibilidad de recursos materiales y educativos, tanto en el hogar como en la escuela y la habilidad en su manejo son otros de los factores que entran en juego. Teniendo en cuenta que PISA valora lo que valora y que hay actitudes, esfuerzos y otros intangibles que ni PISA ni ningún informe estadístico son capaces de medir.

Lo que sí sabemos es que la actitud ante la lectura, bien en papel o bien on line, y la asiduidad con que se lee, además del tipo de publicaciones preferidas, influyen en el grado de consecución de los objetivos educativos.

La calidad en la relación profesores-alumnos, y cómo estos valoran y perciben el trato que mantienen y reciben de sus maestros son otras de las variables que analiza GAD.

Las más importantes de todas las citadas –a juicio de esta consultora– son el tipo de familia, la presencia de los padres en casa, su nivel de estudios, la nacionalidad, el tipo de centro, el tipo de educación (mixta o diferenciada por sexos), el clima en las aulas, la actitud ante el estudio, la habilidad en el manejo de herramientas gráficas y la calidad en la relación entre profesores y alumnos.

En las familias nucleares se da un menor número de repetidores que en las demás. Por el contrario, es mayor el porcentaje de repetidores en las familias mixtas o monoparentales; donde los padres están fuera de casa, especialmente si la madre no está; y con alguno de los padres en el paro.

En relación con la presencia de los padres en casa, estadísticamente es mayor el número de repetidores en los hogares donde no están los padres presentes, especialmente si la madre es quien se ausenta, aunque suponemos que esto se dará en confluencia con otros factores. En los hogares donde la madre no está en casa el porcentaje de repetidores alcanza el 65%; en el caso de que sea el padre quien no esté, el porcentaje es del 49%.

La ocupación de los padres es también importante: el rendimiento escolar es mejor en los hogares donde no hay parados o padres en busca de empleo y existe estabilidad laboral. Además, cuanto mayor es el nivel educativo de los padres menor es el porcentaje de alumnos que repite curso y mayor es el éxito escolar alcanzado por los hijos.

En este sentido, se puede decir que el hábito de estudiar se transmite de padres a hijos. El nivel de fracaso escolar es mayor en las familias donde los padres han estudiado menos años: tres de cada cuatro alumnos (el 76%) que declara que sus padres han estudiado tres años ha repetido curso mientras que el número de repetidores desciende a uno de cada cinco (el 21%) en el caso de padres que han estudiado más de 15 años.

Por lo que respecta a la condición de inmigrante, el análisis de GAD afirma que “el fracaso escolar entre los alumnos inmigrantes es mayor que entre los estudiantes españoles”, lo cual es estadísticamente cierto pero que hay que explicar junto a otros factores. Por lo general, los inmigrantes e hijos de inmigrantes se escolarizan en centros de entornos más desfavorecidos. La condición de inmigrante por sí misma no lleva a la repetición.

La proporción de repetidores entre los españoles y los inmigrantes es inversa: dos de cada tres alumnos de nacionalidad española examinados por PISA está en el curso que le corresponde (el 67%) mientras que dos de cada tres alumnos hijos de inmigrantes de primera generación ha repetido curso (69%).

El porcentaje de repetidores que estudia en centros públicos (el 46%) es el doble que el número de repetidores que estudia en centros de titularidad privada (el 23%). Nuevamente esto no indica casi nada. La enseñanza privada tiene una selección natural previa que no tiene la Pública.

Lo mismo podemos decir sobre la Educación diferenciada. Sabemos que las chicas tienen mejor rendimiento que los chicos en todos los tipos de centros, por eso es difícil calibrar la influencia de la enseñanza separada por sexos sin tener en cuenta otros factores que tienen este tipo de centros, por otro lado muy escasos en el caso español.

En general, las chicas suelen repetir menos que los chicos (el 68% de las mujeres está en el curso que le corresponde frete al 59% de los varones), por eso en los colegios exclusivamente femeninos el nivel de repetidoras (el 14%) es también menor que en los masculinos (el 20%), y en ambos, el número de repetidores es menor que en los centros mixtos (el 37%).

Parece, pues, que el llamado clima escolar se erige en un factor verdaderamente determinante para el buen rendimiento académico, y este es posible ofrecerlo en todo tipo de centros y circunstancias. Una evidencia es que hay mayor número de repetidores en las aulas donde se da el ruido, el desconcierto y el desorden.

El número de repetidores es mayor en las aulas donde los alumnos no escuchan (el 43% frente al 35%) y hay ruido (el 46% frente a 31%), donde hay que esperar hasta que todos están quietos y se retrasa la hora de comienzo (el 48% frente a 32%), es decir, en las clases donde el ambiente es desordenado y no se puede trabajar bien (el 52% frente al 31%) aumenta el número de alumnos que repiten curso.

Es factor hay que vincularlo a la relación profesor-alumno, verdadera esencia de la Educación. Cuanto menor es la valoración y peor es la percepción que los alumnos tienen de su relación con los profesores mayor es el nivel de repetición.

Dos de cada tres alumnos que manifiesta una opinión favorable de sus profesores está en el curso que le corresponde. El número de repetidores es mayor entre los alumnos que perciben una mala relación con los profesores y opinan que no se ocupan de su bienestar, no les escuchan ni tampoco les ayudan fuera de clase.

Por último, hay un problema de actitud ante el estudio en los propios alumnos que parece decisivo. El porcentaje de repetidores es mayor entre los alumnos que no entienden bien lo que estudian y no relacionan lo que van aprendiendo con lo ya estudiado: no memorizan los detalles, descuidan los puntos importantes y no completan las materias con información complementaria.

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