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España debería estar al nivel educativo de Suecia o Noruega

Lunes, 31 de octubre de 2011
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¿Cómo puede un mal sistema educativo convertirse en bueno o excelente? Este ha sido el hilo conductor de la conferencia inaugural del 39 Congreso de la Enseñanza Privada que acaba de ser inaugurado en Benalmádena y que este año tiene como lema “Excelencia educativa, una referencia europea”.

Gloria Macías-Lizaso, socia directora de la consultora McKinsey & Company, que es la organización responsable del estudio Cómo siguen progresando los sistemas educativos del mundo que más han mejorado, ha afirmado en su intervención que, según los datos de los diferentes estudios internacionales, “España no obtiene los resultados académicos que le corresponderían teniendo en cuenta su realidad sociocultural”. De hecho, según los factores estructurales españoles, deberíamos estar en el nivel de países como Suecia, Nueva Zelanda o Noruega. Pese a que hay grandes diferencias entre comunidades, es de los países europeos que menos desigualdades presenta entre el nivel académico de sus estudiantes.

De esta manera, Gloria Macías-Lizaso desgranó las medidas que debería llevar a cabo nuestro país para alcanzar un nivel excelente en Educación y que se resumen en la transparencia de los datos, la profesionalización de la función docente y de los directores, autonomía de los centros, para que puedan desarrollar su currículo, seleccionar a los docentes que consideren más válidos y para que puedan contar con un sistema de evaluación propio.

A nivel internacional, las conclusiones de McKinsey destacan que todos los sistemas analizados –independientemente de su punto de partida– coincidieron en rediseñar las capacidades de enseñar de docentes y de gestionar de los directores; evaluaron a los alumnos; llevaron a cabo mejoras en sus políticas educativas; revisaron el currículo y emprendieron medidas para el reconocimiento social y económico de docentes y directores.

Por su parte, el presidente de la CECE, Antonio Rodríguez-Campra, destacó que “el primer criterio a la hora de planificar la Educación debe ser la demanda social” y estableció que para que se respete realmente la libertad de elección por parte de los padres “debería eliminarse el criterio de cercanía al centro, ya que atenta contra esta libertad. Nosotros creemos que son más importantes la identificación de la familia con el proyecto educativo del centro o el número de hermanos en el centro”, añadió.

Campra recordó que “la escuela de iniciativa social obtiene mejores resultados con un 50% menos de gasto y, además, tiene una demanda creciente pese a los tiempos de crisis que estamos viviendo, por lo que demostramos día a día que nuestro modelo de gestión funciona y es eficiente”.

En una de las ponencias del congreso, el catedrático de Métodos de Investigación en Educación de la Universidad Complutense de Madrid, José Luis Gaviria, se preguntó si los informes internacionales tipo PISA son realmente efectivos y si analizan todas las variables.

Para Gaviria, los informes “actúan como un termómetro a la hora de determinar la temperatura del enfermo, dan información pero no nos revelan la enfermedad que padece”, aspecto que tienen que resolver las administraciones educativas.

Junto a ello Gaviria señaló que todos los sistemas de evaluación que conocemos hasta el momento “obvian dos variables básicas que podrían dar una explicación mucho más objetiva de nuestros resultados: la capacidad intelectual de los alumnos y el tiempo que se dedica al estudio”. “Esto, que puede parecer una obviedad, se ha estado ignorando sistemáticamente. A cambio, se han incluido otras variables como la socioeconómica y cultural que eliminan las características propias del individuo, casi ignorándolo en los análisis”.

El catedrático sospecha que “la capacidad de los alumnos no es la misma en unos entornos que en otros, pero eso no debería preocuparnos, ya que sólo se refiere a una característica “biológica”, contra la que poco podemos hacer. Sorprende, sin embargo, el poco caso que las administraciones hacen al tiempo dedicado al estudio, que sí es una variable sobre la que se puede actuar de manera clara, en caso de que sea insuficiente”, añadió.

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