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Inger Enkvist: “Los docentes en Finlandia se sienten elegidos y eso propicia clases competentes y de calidad”

La profesora señaló además, que la comprensión lectora es fundamental para que los alumnos adquieran buenos resultados en todas las materias
Miércoles, 2 de noviembre de 2011
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Inger Enkvist, hispanista y catedrática de Español en la Universidad sueca de Lund, ha hecho una comparación de dos sistemas nórdicos con resultados muy diferentes en las evaluaciones internacionales: Finlandia, que siempre encabeza las listas, y Suecia, que aunque en los 70 lideraba este tipo de estudios, por una “política de igualdad mal entendida y equivocada ha perdido mucha calidad en los últimos 20 años”.

En su ponencia, “La escuela excelente en los países nórdicos. Liderazgo y clima escolar”, Enkvist ha detallado las características de la escuela finlandesa, lo que le ha llevado a encabezar todos los rankings internacionales. Así, destacó la calidad de los docentes y de su formación inicial y continua. “Ser docente en Finlandia, afirmó la hispanista, es una profesión de élite y sólo acceden los que tienen los mejores expedientes y son capaces de pasar una entrevista que evalúa su capacidad comunicadora y de lenguaje”. Además, estos profesionales se sienten “elegidos” y saben de su competencia y disfrutan con su trabajo.

Esto crea un “clima muy bueno en las clases ya que los alumnos, sean del nivel que sean, tienen claro que tienen ante sí a los mejores de la sociedad y que están allí para formarles”. Respecto a los contenidos, Inger Enkvist señaló que la clave del éxito finlandés radica “en sus buenísimos resultados en comprensión lectora. Además, el alumno, pese a tener un gran nivel de exigencia, también goza de mucha libertad, tanto para organizar su tiempo como para elaborar su currículo, aunque siempre dirigido por docentes y directores”. Finalmente señaló que en Finlandia, “la igualdad se entiende como la capacidad para hacer que todos consigan buenos resultados y eleven su nivel”.

Después de analizar y exponer las acciones que funcionan para conseguir una escuela excelente, Enkvist señaló la experiencia contraria, la de la escuela sueca, que pese a contar en los 70 con un modelo excelente “lo fue perdiendo en los últimos 30 años por unas políticas educativas equivocadas”. Así, entre los “errores” más graves, se incidió en que todos los alumnos, independientemente de su capacidad, estudiasen juntos, lo que provocó muchos problemas en las aulas y la huída de los mejores docentes a otras profesiones. También se descentralizó la escuela y, en algunos casos, esta autonomía fue confundida con abandono en las funciones. Todo ello dio como resultado un bajón en el nivel educativo.

En un nivel más profundo, la catedrática considera que “en realidad, lo que se busca muchas veces es quitarle importancia a la relación entre el alumno y el profesor, pero una de las consecuencias es que el alumno supuestamente tiene que pasar por todo el desarrollo de la humanidad él solo, lo cual es imposible. Y todo, por la idea de que el alumno pueda integrar mejor las ideas que él mismo encuentra. Lo que sucede en el aula, es que el estudiante se dedica a tareas bastante mecánicas porque son la únicas que puede realizar sin la ayuda del profesor y todo esto va en detrimento del desarrollo del pensamiento”.

Todo ello ha llevado a lo que algunos llaman “el infantilismo en la Educación, donde en vez de preparar al niño y al joven para la vida adulta, se le invita a estar siempre jugando y satisfecho de sí mismo. Otra tendencia posmoderna muy negativa para el desarrollo intelectual del joven es la aceptación de la fragmentación, que va unida a la autonomía del alumno y a la tecnología. Si al alumno no se le pide que estructure, que desarrolle una idea, que repase y que memorice, todo queda en el instante. El rendimiento escolar es dar cuenta de lo que ha hecho un alumno previamente”.

Finalmente, Inger Enkvist enumeró algunas acciones de mejora que han tenido muy buenos resultados en su país, y que tienen al liderazgo como pilar fundamental, tanto de los directivos de las escuelas como de los propios docentes. Así, la ponente explicó que “las buenas escuelas permiten a sus docentes formarse, viajar e intercambiar experiencias otras escuelas excelentes. También les dejan espacio para desarrollar sus aptitudes en el aula”.

En el caso de los centros con más problemas, “se han dividido en unidades más pequeñas para que todos los alumnos y los docentes se conozcan, la cercanía es fundamental. También se ha intentado que el alumno se sienta parte del sistema y de su escuela con medidas tan fáciles como introducir una prenda propia, tipo uniforme. En estos casos debe trabajarse con objetivos a corto plazo”. Finalmente, Enkvist recordó la labor “fundamental de los padres, no tanto dentro de la escuela, sino cuando el alumno sale de ella, motivando, preguntando y haciendo sentir al chico que la tarea que hace es fundamental para su futuro”.

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