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Los profesores reclaman una mayor confianza por parte de los padres

Los padres, por su parte, piden más mecanismos de conciliación para poder interactuar con el colegio y también para formarse mejor.
Adrián ArcosMiércoles, 2 de noviembre de 2011
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¿Para qué sirve la participación de las familias en los colegios? ¿Deben los padres intervenir en la gestión del centro? ¿Tienen también que formar parte de la elección del director? Fueron algunas de las preguntas que se plantearon en la mesa redonda organizada por MAGISTERIO el pasado día 25 en la Universidad Camilo José Cela (UCJC). Bajo el título “En busca de una nueva relación familia-escuela” la mesa inició una nueva etapa del ciclo En busca de un nuevo paradigma educativo, con el que nuestro periódico está intentando redefinir conceptos en un mundo –el educativo– en el que que se están produciendo cambios profundos.

Con respecto a la participación, Rosa Mª Bad, directora del CP “La Navata-Galapagar” (Madrid), la definió como “uno de los pilares del centro educativo”. Según ella, “en la Educación pública está normativizada a través del Consejo Escolar, y las familias tienen una responsabilidad en la gestión y la organización del centro”. José Luis Pazos, miembro de la junta directiva de la Ceapa, consideró también la participación como “un debate ya solucionado, puesto que el artículo 27 de la Constitución lo recoge claramente”. Eso sí, exigió “no confundir gestión o participación con injerencia”.
“Nosotros podemos expresar nuestras inquietudes, formar parte del Consejo Escolar, exponer los problemas que detectemos, pero las herramientas pedagógicas para sacar lo máximo de nuestros hijos las tiene el profesional”, explicó Pazos.

Por su parte, a Esther Robles, decana de Educación de la UCJM, le pareció bien que exista intervencionismo por parte de los padres, “pero hasta el extremo de no ser coercitivos y de no exigir determinadas cosas”. Para ella, “el hecho de que los padres vengan y nos digan lo que tenemos que hacer con sus hijos se produce porque no existe confianza en los docentes, en nuestra capacitación ni en nuestra cualificación”. Robles considera la tutoría “un pilar fundamental para orientar la Educación de los niños, y no porque los padres se presenten colectivamente o a través de la asociación van a ser más efectivos, porque lo importante es confiar en los profesionales, y cuando éstos se sientan respaldados por esa confianza las cosas funcionarán mejor”.

Sin embargo, para Luis Carbonel, presidente de la confederación de padres católicos (Concapa), “el problema de confianza es mutuo, tanto para profesores como para padres”. Según Carbonel, “los padres tienen que estar seriamente implicados en casa y en el colegio, pero tanto los profesores como el centro tienen que rendir cuentas y plantear dónde deben mejorar”. Además, consideró éste un tema donde “como padre, no me puedo permitir tener profesores malos o mediocres, todo ello desde el respeto máximo”.

Desde la escuela pública, José Luis Pazos manifestó que “son los padres que no participan en el centro los que desconfían de los docentes”. Según Pazos, “el padre que desconfía podrá acercarse en un momento determinado con mayor o menor acierto, y exigir lo que considere oportuno, pero no participa”. Para él “la mayoría de los padres están tranquilos con los profesores de sus hijos, y el enfrentamiento es mucho más irreal de lo que parece”.

Por su parte, María Campo, directora de las escuelas infantiles Kimba, aseguró que “todos estamos viviendo una falta de confianza en las aulas”, aunque consideró que “los docentes tenemos que ganarnos la confianza de los padres; y los padres tienen que aprender a hacer un buen uso de los profesionales”. Ella cree que es fundamental “que los docentes se formen bien y aprendan a ayudar a los padres, ya que sabemos muy poco de orientación familiar”. Por eso apostó por “las escuelas de padres, para que aprendan a sacar buen partido de las tutorías”.

Para Ignacio Socías, director de The Family Watch, “la Educación empieza en casa, y la participación de los padres en los centros sólo debe ser una consecuencia de esa premisa”. Socías cree que “la Educación se da en todos los momentos de la vida del niño hasta que alcanza la madurez, pero con la peculiaridad de que lo que aprende en casa lo aprende de forma más profunda”.

La presidenta de la Cofapa, Begoña Ladrón de Guevara, recordó que “el APA es un canalizador, y tiene que servir de intermediaria entre el director y el resto de los padres”.

LA NECESIDAD DE FORMAR A PADRES Y A PROFESORES

  • “Un APA también sirve para formar a los padres, para enseñarles precisamente a ser padres y que unos y otros se ayuden a hacerlo lo mejor posible”. Fue uno de los puntos que destacó la presidenta de la Cofapa, Begoña Ladrón de Guevara. Pero no fue la única. Otros invitados a la mesa redonda resaltaron también la necesidad de formación por parte de los padres.
  • El presidente de la Concapa, Luis Carbonel, también quiso subrayar la importancia de que los padres se formen. “Hay que plantear mecanismos de conciliación que permitan a los padres interactuar con el colegio, y también hay que facilitar a las personas con dificultades que puedan formarse”, exigió Carbonel. Él advierte que “nos hemos encontrado con una generación que exige un esfuerzo tremendo por nuestra parte, por lo que los padres tenemos la obligación y el deber de formarnos para hacer las cosas mejor con nuestros hijos”.
  • Pero también los docentes pusieron de manifiesto la importancia de formarse ellos mismos para atender mejor a los padres. “Somos profesionales de la Educación pero sabemos muy poco de orientación familiar”, apuntó María Campo, directora de las escuelas infantiles Kimba. Según ella, “en las escuelas de padres les estamos ayudando a sacar un buen partido de una tutoría, ya que muchas veces no le dan valor porque no le encuentran sentido”. Campo advierte de que “también los profesionales de la Educación necesitamos que nos enseñen a entender a todas las familias desestructuradas que hay y las que tienen necesidades, para intentar darles una solución”.
  • Por último la directora del CP “La Navata-Galapagar”, Rosa Mª Bad, mostró su preocupación por “la formación inicial de los futuros maestros, sobre todo en cuestiones que van más allá de las propias asignaturas y que se introducen en el terreno de los valores”.
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