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“No todo el mundo debe ser admitido a la docencia, se requieren facultades”

Este catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la UNED es partidario de la selección previa del profesorado no sólo en cuanto a sus conocimientos, sino también por las facultades para saber educar.

José Mª de MoyaViernes, 18 de noviembre de 2011
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(Foto: Jorge Zorrilla)

Ramón Pérez Juste es catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación de la UNED. Es coordinador del Informe Ábaco titulado La Educación en Andalucía. Propuestas de Mejora. A partir de enero inicia un curso de seis meses de Especialista en liderazgo educativo, en el que va a impartir una parte dedicada al sistema educativo y a los fundamentos pedagógicos, y que trata de la importancia del proyecto educativo en la vida del centro. En esta entrevista explica algunas de estas cuestiones y la reforma del sistema de selección y formación del profesorado, así como las cualidades para ser un buen educador.

¿Cómo conseguimos que haya los mejores profesores?
La clave está en la selección inicial del profesorado. No todo el mundo debería ser admitido porque la Educación requiere una facultades humanas y personales, además de una formación sólida. Y también se requiere una forma de ser capaz de educar en valores. Todo el mundo reconoce que hoy en día esta dimensión es inviable.

No se puede hacer una selección por valores, pero sí se podría hacer por conocimientos…
Yo creo que la mayoría de la gente que quiere ser profesor tiene conocimientos suficientes. El problema es la capacidad para acercar el saber a los alumnos, que es algo más que metodología. El alumno tiene que verle como alguien importante y cercano.

¿Las reformas de los años 90 insistían en la Educación en valores, crees que han fallado?
Yo tengo la impresión de que cuando se hablaba de Educación en valores no se sabía lo que se decía. La Educación moral es todo lo que respalda la Educación intelectual. Es más, tú no puedes educar moralmente si no formas intelectualmente. Si tú tienes unos buenos criterios morales e intelectuales, puedes juzgar lo que está bien y lo que está mal, pero si desligas las dos cosas no vamos a ninguna parte y eso es lo que se hizo mal.

¿No crees que hay que dejar esos conocimientos e ir a las competencias?
No, por favor, porque no se va a subir en PISA sólo con eso. Yo creo que una persona formada moralmente trabaja más. Si eres una buena persona, serás un buen estudiante y después un buen profesor.

¿Una persona que no fuese virtuosa puede ser un buen educador?
Un buen profesor es el que se dedica a la transmisión del poder académico, pero si además es capaz de tratarte afablemente es muchísimo mejor. Un buen profesor tiene unas habilidades para transmitir saber, pero si quieres educar, o eres buena persona o no hay nada que hacer. Si tú dices que crees en unos valores y no los vives es un fallo humano. Un educador no puede ser malo porque se le va a notar y queda desautorizado.

Hay gente que dice que ahora no se puede garantizar la valía de la persona, así que dejémoslo a las familias.
Pero las familias no pueden o no quieren, por horarios o por lo que sea. Yo puedo entender que una familia que lo asume quiera eso, pero para la mayoría de la gente, si su hijo no va a un colegio que enseñe valores, no se le educa, porque ellos no tienen la oportunidad. La escuela no sólo va a transmitir conocimientos porque detrás hay un sistema moral.

¿Pero el nuevo sistema de acceso puede garantizar la capacidad del profesorado para transmitir esa serie de valores?
No hay examen que lo pueda evaluar. Esto es lo que tienen las competencias: ser competente de verdad es ejercer sabiendo hacer las cosas. El problema es que no hay forma de saber que uno es competente del todo hasta que está trabajando y, entonces, los académicos podemos decir si es competente en una serie de cuestiones pero no en el comportamiento. Tendría que haber alguna fórmula para ver si una persona es madura moralmente y en su personalidad. Cuando personas inmaduras se ponen a tratar con niños, empiezan los problemas.

Eso tiene que ver con que últimamente hayan aparecido noticias sobre niños con problemas psicóticos.
Puede haber muchas causas, pero entre ellas es por la falta de atención que sufren los niños, que en general no se sienten queridos. La idea que tienen es que a sus padres les preocupan las notas pero a pocos les preocupan sus problemas.

¿Crees que está mal pagada la profesión docente en España?
No, la verdad es que comparado con otros países esta bien. No es el problema más importante del profesorado.

¿Es posible que en Primaria e Infantil haya menos de-silusión que en Secundaria?
Puede haber mucha gente con ilusión en Secundaria, pero se encuentra con un panorama en el que muchas veces se siente desautorizado. Hoy en día los profesores no tienen autoridad ninguna en algunas cuestiones, no se sienten respaldados. La Administración tendría que romper este ciclo tomando las medidas oportunas.

¿Aprobando una Ley de Autoridad a nivel nacional?
Yo creo que la ley de autoridad hay que aplicarla cuando sea imprescindible. Resuelves una situación, pero nunca educas. Si no convences a una persona de lo que ha hecho mal y corriges su falta, no le educas. La ley responde a una necesidad lamentable de nuestra sociedad, resultado de un fracaso estrepitoso. Es útil, pero no educa. La disciplina es una cuestión moral y como tal hay que tratarla.

¿Y qué opinas de que el profesor sea autoridad pública?
No me entusiasma pero reconozco que puede ser imprescindible.

¿Tendría que exigirse un máster para poder acceder al puesto de director?
Sería una buena solución, además de incluirse unas prácticas bajo la supervisión de una persona competente.

Hay una corriente que quiere entender los colegios como empresas…
Esos modelos de gestión son buenos siempre que no les falte la sumisión a un proyecto educativo. La gestión es un medio. Sabemos incluso de centros en los que se estaban aplicando programas de calidad y no lo sabían.

¿La enseñanza pública tiene proyecto educativo?
Legalmente sí, aunque el sentir general es que el proyecto educativo era una cosa que se tenía que tener por ley pero que en realidad no se hacía en los centros.

¿Cuál es la diferencia entre ideario y proyecto educativo?
Yo creo el ideario es el proyecto educativo de los colegios privados. Sería el conjunto de ideas matrices de un proyecto educativo. Por tanto, muy poquitas y difíciles de modificar. El proyecto educativo es el que se funda en ese ideario pero abarca las cuestiones más importantes y modificables a lo largo del tiempo. El centro público no tiene ideario, porque tenemos un mismo patrón, pero sí que hay diferentes proyectos educativos.

Antes, la Educación pública era el reflejo de unos valores compartidos en la sociedad, pero ahora que estamos en una sociedad fragmentada, ya no hay valores compartidos, donde la Educación pública no se sabe qué es.
Está claro que España ahora mismo está fracturada, pero mientras sea una nación con una Constitución, ahí hay unos valores que deberían ser la luz de todo lo público. Eso no quita que haya profesores de todas las creencias, pero como profesor tienes los valores de tu proyecto educativo. Un profesor que sea laico no tiene por qué ir en contra de los valores cristianos, y al contrario tampoco. Los valores de la Pública son los constitucionales.

¿Y en cuanto a los valores morales todavía existe más fragmentación?
No está consensuado, pero ningún profesor en la enseñanza pública ni en la concertada está legitimado para intentar “comerle el coco” a los alumnos. Los valores legitimados son los de la Constitución. Si algún día cambia la Constitución, será porque España cambia sus valores.

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