fbpx

“La mejor solución es que cada uno lleve sus propios dispositivos desde casa”

El responsable de la Unesco apuesta por las políticas de bring your own technology y por un aprendizaje eficiente, ya sea a través del ordenador o del papel y el lápiz convencionales.

José Mª de MoyaMartes, 17 de enero de 2012
0

Cree que es mejor que cada alumno se lleve su propio ordenador desde casa, y destinar los recursos públicos a quienes no puedan costeárselo. Francesc Pedró, director de Políticas Educativas de la Unesco, nos da su visión sobre el programa Escuela 2.0 y el aprendizaje a través de las TIC.

En España, con el cambio de gobierno, están cuestionándose los temas estrella de la legislatura anterior, como Escuela 2.0.
Esto está abocado a ser una política efímera, y la sencilla razón es exactamente la misma que ha ocurrido en las universidades españolas años atrás. En los años 90 y principios de 2000, las universidades públicas invertían mucho en equipamiento, y al final los alumnos llevaban sus propios ordenadores portátiles por comodidad. Va a pasar lo mismo en Bachillerato y Secundaria, y probablemente también en Primaria. Las políticas públicas que tienen sentido en este contexto son aquellas que identifican las bolsas de población que, por razones sociales o económicas, no disponen del dinero ni de los recursos para tener acceso a las TIC. Pero la mejor solución es optar por las políticas de bring your own technology, es decir, que cada uno se lleve sus propios dispositivos.

En los países nórdicos apenas hay brecha entre el uso de tecnologías en el colegio y en el hogar. El formato es este, es el niño el que lleva el ordenador a casa.
Esa es la idea, pero el niño puede llevar un ordenador u otra cosa. Ahora tenemos la generación de plataformas que se habilitan para que cualquiera se conecte con cualquier dispositivo. En poco tiempo veremos cómo los jóvenes españoles tendrán smartphones. Todo el ahorro de esfuerzo puede invertirse en las cosas que sí permiten sacar partido de esas tecnologías. En los países nórdicos, las aulas no están atiborradas de ordenadores. Hay que tomar el concepto de Educación en el sentido más amplio. De lo que se trata es de saber qué tecnología específica escoger para el problema que tratamos de resolver. Te voy a poner un ejemplo: para resolver una raíz cuadrada tengo papel y lápiz y un ordenador. Pues quizá es mejor que lo haga con papel y lápiz, porque un ordenador tarda en encenderse un rato. No se trata de forzar la entrada de tecnologías, sino de concebir soluciones tecnológicas que hagan el trabajo escolar más eficiente.

Toda esa “literatura” que habla de que ya no hace falta adquirir conocimientos porque todo está a un clic de Google, trabajo colaborativo, las mesas en círculo… ¿cómo te suena a ti todo eso?
Yo creo que, como en todas las cosas, hay que encontrar el equilibrio apropiado. A día de hoy es muy importante que los alumnos sepan leer y escribir muy bien; me da igual que lo hagan desde la pantalla de un ordenador o que aprendan a escribir en papel. Lo importante es que lo realicen correctamente. ¿Los alumnos están pidiendo que se aprenda a través de las redes sociales? Yo esto no me lo acabo de creer. Lo del nativo digital como promotor de cambio tiene sus límites. El nativo digital no es una persona que tenga una gran experiencia, y por tanto no puede decir que su método de enseñanza es mejor.

Se han oído mensajes del tipo de que hay que aprender del alumno porque ahora sabe más que el adulto.
Lo que es evidente es que los jóvenes, desde los 12 años, utilizan unos dispositivos y unas aplicaciones que quizás no se correspondan con los que utilizamos los adultos, y seguramente pasa también al revés. Un ejemplo muy claro es la diferencia entre la utilización de Facebook y Twitter. Lo que nos decía esa literatura años atrás, es que había que tener cuidado porque los alumnos estaban utilizando unas aplicaciones que los adultos desconocen. Cierto, pero ese tipo de aplicaciones está por ver que tengan un impacto inmediato sobre la calidad del aprendizaje.
Ahora, en el siglo XXI, el 75% de los docentes españoles (en un estudio de Fundación Telefónica) declaró utilizar tecnología para la preparación de sus clases. Por lo tanto, a mí que no me digan que esos profesores son inmigrantes digitales, porque saben perfectamente lo que están haciendo. A mí no me parece que porque un joven haga texting sea una persona más madura. Y tampoco creo que yo, como profesor de Ciencias, tenga que incorporar el texting a mis clases. Yo sólo tengo que hacerlo si, según el uso de mi juicio profesional, incorpora un valor. Y eso es lo que me tienen que demostrar los organismos internacionales y los proveedores de tecnología, me tienen que ayudar a decidir qué tipo de soluciones me aportan oportunidades de trabajo más eficientes. Con la tecnología, además, alguien tiene que enseñar al alumno a utilizarla, a trabajar con ella, porque sino ¿sabes qué pasa? Que en lugar de hablar de nativos digitales, empezaríamos a hablar de huérfanos digitales, si no tienen ningún tipo de orientación ni apoyo.

Si tuvieras responsabilidades de gobierno en España, ¿modificarías Escuela 2.0?
No me atrevo a ir tan allá, porque no tengo conocimiento suficiente. Pero el mensaje que quiero trasladar es que en una sociedad que está evolucionando tecnológicamente tan rápido como la española, la inversión en equipamiento no tiene sentido porque hay que aplicar razonablemente el principio de la subsidiariedad. ¿Verdad que no les compramos los calcetines a los alumnos? Pues entonces, ¿por qué les compramos los ordenadores? El que no tenga, vamos a ver si merece una acción compensatoria. Eso sí que tiene sentido, y gastemos el dinero en lo que realmente puede demostrar cuál es la ganancia en términos de eficiencia.

0